El nombre Ghost Rider no nació con Johnny Blaze, tampoco con Carter Slade. Para develar este asunto vamos a remontarnos hasta la aparición de Superman.
CALICO KID \ REX FURY (1949)
Empecemos muy muy atrás, mucho antes de Johnny Blaze e incluso antes de Carter Slade. Vamos a ir hasta finales de la década del 30.
Vincent Sullivan se encontraba trabajando en National Allied Publications (que luego será National Comics Publications para finalmente ser DC Comics) donde no sólo dibujó la tapa del #1 de Detective Comics (1937) si no también fue el primer editor en Action Comics. Sullivan decide abandonar National a principios de la siguiente década para fundar Magazine Enterprises y publicar comics de distintos géneros, siendo el western uno de los que más rindió. Entre esos títulos estaba Tim Holt Magazine (por el actor de westerns de televisión), revista con varias historias en la que se publicaba Calico Kid, dibujada por Dick Ayers. Y éste es el personaje que nos interesa.
En el #6 de Tim Holt debuta Calico Kid (mayo de 1949). Allí es testigo del secuestro de un muchacho llamado Sing Song (que luego se convertiría en su side kick) y decide no quedarse de brazos cruzados. Tras un cambio de vestuario, reaparece bajo otra identidad, salva a Sing Song de una muerte segura y atrapa al verdadero culpable llamado Samsone.
Las aventuras de Calico Kid junto a Sing Song y su caballo Ebony, continuaron su publicación sin altercados, pero tampoco con un objetivo firme, aún cuando se suma a los guiones Gardner Fox, en reemplazo del creador del personaje Raymond Crank. Sullivan los envía a ver la película The Adventures of Ichabod and Mr. Toad (la leyenda del jinete sin cabeza) como referencia del nuevo rumbo que quería para el personaje. Es así como deciden para el #11 dar un volantazo, un soft reboot para los tiempos de ahora, y cambiar un poco el tono del título.
En este número vemos como Calico Kid y Sing Song se enfrentan a los hombres de Bart Lasher, trifulca en donde el caballo Ebony muere casi al instante. Nuestros héroes no son capaces de derrotar a los atacantes y terminan siendo secuestrados. Lasher revela que la identidad de C.K. es Rex Fury, un alguacil en función (un federal marshal). Al inmediato son arrojados a una catarata, pero sobreviven y deciden usar esto como el elemento sorpresa más adelante. Dos semanas después, Rex Fury vuelve al ruedo vestido completamente de blanco haciéndose pasar por su propio fantasma.
BUENO MIENTRAS DURÓ
Este cambio resultó positivo, al punto que poco tiempo después Tim Holt (el personaje principal de la revista) comienza a usar una máscara roja y a vivir aventuras bajo el obvio nombre de Red Mask, y con ello vendría el cambio de nombre de la revista, en el #41 de 1954. Ghost Rider estaba en alza y se ganó su título propio, (incluso aparecía en un tercero, The Best of the West) donde se retocó el origen agregando unas visiones que tuvo antes de casi morir ahogado, y un caballo nuevo de nombre Spectre. En estas visiones, los espíritus de 4 leyendas del oeste le enseñan sus habilidades y le advierten que su camino es el umbral entre la vida y la muerte. Como curiosidad, en algún punto confecciona unos lentes espejados donde los enemigos creen ver, engañados por Fury, su propia culpa (recurso que adaptan con el Ghost Rider de Johnny Blaze). Las aventuras lo llevaron a combatir casi exclusivamente a bandidos y asesinos, pero también hacían su aparición algunos monstruos, que resultaban no ser tales, a lo villanos de Scooby Doo.
Tanto la revista Tim Holt como el propio título de Ghost Rider tuvieron la suerte de contar, en muchas de sus tapas, a un Frank Frazzeta muy joven pero con un talento inconmensurable. Frazzetta tendría luego su propio título en Magazine Enterprises, llamado Thun’da, la historia de un piloto de la Segunda Guerra Mundial, que se estrelló en una tierra salvaje y prehistórica, habitada por distintas tribus y dinosaurios. A Crank no le gustaban los elementos de ciencia ficción y en su rol de editor decidió llevarlo por un camino más tarzanesco. Esto no fue del agrado de Frazzetta, el cual renunció tras terminar lo acordado, y nunca más tomó trabajo de la editorial.
Pero volviendo a Ghost Rider, en 1954 su periodo de bonanza llegó a su fin, consecuencia del Comics Code Authority, el cual no permitía títulos con alusiones a criaturas como vampiros, hombres lobo y, claro, fantasmas. Magazine Enterprises comenzó a ubicar al personaje en historias de back up, pero así la popularidad y las ventas se fueron a pique, causando que el personaje cayera en dominio público.
…AND HERE COMES MARVEL
Para el año 1967 Dick Ayers ya acumulaba varios años de trabajo en Marvel Comics (y en Atlas previamente), siendo uno de los entintadores que más trabajó sobre las páginas del rey Jack Kirby. Al sugerir el estado de los derechos del personaje, pusieron manos a la obra y junto al guionista Gary Friedrich, lo relanzaron con otra identidad civil: Carter Slade.
El título propio no le duró mucho al pobre Slade. Siendo cancelado para el número 7, se debió trasladar a la revista Western Gunfighters, donde fue escrito por Friedrich y luego por Len Wein.
CARTER SLADE Y LOS FUGACES (1967)
Quién recoge el manto en esta ocasión es Carter Slade, un maestro de primaria que se encontraba cabalgando cerca de una granja cuando ésta es atacada por indios. Al intentar frenar a los atacantes, es herido y dado por muerto. Pero un muchacho llamado Jamie, que sobrevivió al esconderse en un sótano, ayuda a Slade y decide llevarlo al médico del pueblo, pero aún confundido, encara en la dirección contraria. Así, arriba a un campamento indígena y es tratado por Flaming Star, el “curandero” que le pide a los grandes espíritus que se apiaden del alma del cara pálida (por más feo que suene, son así los términos que emplean). Al recuperar la consciencia, Slade se entera del presagio o profecía del gran guerrero blanco, logra domar un caballo al que llama Banshee y decide adoptar a Jamie tras abandonar el campamento. Con la ayuda de un polvo especial que otorga brillo a los objetos por la noche (super conveniente como regalo) y otros trucos más, Slade comienza su andadura como el Ghost Rider, ahuyentando o castigando a quienes decidan hacer el mal, mientras cosechaba algún “archi-villano” como Tarántula o Sting Ray.
En su anteúltimo número, Carter muere en un acto heroico. Jaime, decidido a no dejar morir el legado de su amigo y mentor, se apropia de su alter ego, y su carrera como enmascarado dura tan solo un número. En el lugar de su muerte, Lincoln Slade jura convertirse en el nuevo Ghost Rider, pero luego del Western Gunfighters #7, no se volvió a publicar nada más sobre él (bueno, al margen del universo 616 de Marvel).
PROBLEMAS DE NOMBRE
Cuando Marvel renombró a este personaje (por pasarle el nombre al alter ego de Johnny Blaze) tuvo un pequeño traspié antes de decidirse por Phantom Rider. Por un breve período de tiempo, el personaje llevó el nombre de Night Rider, que es como le decían en algunos estados del sur, a miembros del Ku Klux Klan. Si eso no era poco, éstos en algunas ocasiones montaban caballos a los que también vestían de túnicas blancas.
Para el #50 de la serie regular de Ghost Rider (1980), Johnny Blaze y Carter Slade comparten una aventura, pero no muchos números después, seis para ser exactos, se encuentra con el nuevo Night Rider, quién lo ayuda contra el villano Moondark. En esta nueva encarnación se trata de Hamilton Slade, tataranieto de Lincoln Slade, y de profesión arqueólogo. Una gran diferencia con los anteriores, es que Hamilton era poseído por el espíritu de su antepasado, y no tiene recuerdos de lo sucedido durante este estado.
Lo más destacable, por lo infame sobre todo, es la historia con Mockingbird dentro de West Coast Avengers. Es un relato de emociones fuertes, si nos referimos así a la indignación y vergüenza ajena que pueda ocasionar. El que quiera, búsquela bajo su propio riesgo.
Si todavía se estaba quedando corto de nombres, en los reprints de AC Comics, de material del Ghost Rider de los 50’s, éste fue llamado The Haunted Horseman, ya que los derechos recaen sobre el nombre, y no sobre el personaje.
HELL RIDER, DE GARY FRIEDRICH Y ROSS ANDRU (1971)
Dedicada casi en su totalidad a comics de terror, Skywald Publications decidió jugar con otros géneros. Así es como ve la vida (muy corta, tan solo 2 números de 64pags) Hell-Rider, un vigilante influenciado por las novelas The Executioner, de Don Pendleton. En su identidad civil nos encontramos a Brick Reese, veterano de la guerra de vietnam, cinturón negro en artes marciales, abogado y poseedor de fuerza sobrehumana, que se las ingenió para acoplar un lanzallamas a la moto (como podemos apreciar en la foto), y un cohete en la parte trasera para conducir por las paredes (¿algo más campeón?). Con todo eso, está listo para salir a hacer justicia por llama propia. Hell-Rider se quedó sin nafta luego del segundo número, y aunque un tercero fue producido, nunca vió la luz.
Algunas curiosidades:
- Las dos historias backup que traía la revista, de los personajes The Butterfly y The Wild Bunch, estaban integradas a la historia mayor de Hell-Rider, haciendo de cada número una gran historia.
- Butterfly fue, aparentemente, la primera superheroína negra.
- Estos dos únicos números fueron republicados en un TradePaperBack por Gwandanaland Comics (que nombrecito pegaste), que se encarga de material en dominio público, aunque más orientado a personajes.
DALE HERMANO ¿LA CALAVERA CON FUEGUITO PARA CUANDO?
Durante la administración de Nixon, el departamento de salud inició conversaciones con Marvel Comics sobre hacer una historia sobre los peligros de las drogas. Stan Lee aceptó, pero luego el Comics Code Authority (CCA) frenó la producción de dicha historia por la mera mención de drogas, al margen de si el mensaje era o no positivo. Se tomó la decisión de saltarse la aprobación del CCA y publicarla de todas formas. La respuesta no solo fue favorable desde la opinión pública y especializada, sino que además llevó a una revisión del código hasta la fecha. Por si a alguien le interesa, esta historia, y la subsiguiente sobre Harry Osborn, referirse a Amazing Spider-Man #96 a #98.
No solo por estos cambios del CCA, o por una erosión casi inevitable en su imagen o importancia, también se realizó una distribución diferente y muchos títulos llegaban directo a tiendas que no requerían la aprobación del código.
Roy Thomas y Gary Friedrich comenzaron la discusión sobre un personaje nuevo, que aprovechara al ya conocido del western, pero también estas nuevas libertades. Entre las nuevas ideas que se barajaron, Thomas mencionó que la campera de cuero que usaba Elvis Presley en The Comeback Special (1968) era un elemento ideal para un personaje nuevo, así que fue incluida. Friedrich consideró muchas de las ideas usadas en las versiones previas, y sumado a la intención de hacer un comic dentro del género terror (o lo que podían hacer ellos por esa época), se compuso un personaje que cumpliera con todo.
El título elegido para presentarlo fue el #5 de Marvel Spotlight, para la cual Gerry Conway y Mike Ploog publicaban Werewolf by Night. Ploog quedó como dibujante y con Friedrich en los guiones, comenzó el viaje de Johnny Blaze.
Así que ahí tienen, para lograr un personaje que les haya rendido tanto, luego de cuatro nombres e influencias extrañas como Elvis, The Executioner e incluso Superman, eso, si se me permite robar unas palabras, es un milagro termodinámico.