Hoy salió el número 5 de Batman: White Knight, escrita y dibujada por Sean Murphy y coloreada por Matt Hollingsworth.
¿Qué tal estuvo? Ni increíble ni malo.
Básicamente, la idea es pasearnos por el misterio de los Wayne que se sembró al final del número anterior, mientras vemos a un Batman mucho más distanciado con sus aliados y con la mismísima ciudad. Incluso hay una discusión entre Nightwing y Batman donde se dicen cosas bastante jodidas.

Y mientras tanto, la Harley falsa descubre de forma fácil y rápida, con ayuda de Poison Ivy (a la que controla), una habitación secreta que al parecer ni Bruce conocía, dentro de su mansión (sí, malísimo).

Para seguir con la fiesta Deus ex machina, Batman consigue la foto del final del número anterior, donde veíamos a sus padres con la del padre de Mr. Freeze, implicando alguna alianza nazi o algo extraño. Y tan simple como eso, al ir a encarar al buen Victor, Bruce obtiene un simple (y acá traduzco a libertad) "Los Wayne son una familia con muchos secretos. ¿O no, Bruce?".
Pero guarda con el final, que en los túneles que figuraban en los planos que robaron Harley 2 y sus amigos... No sé, al parecer encontraron una máquina o arma oculta. Pffft.
El título me atrapó desde el principio, pero las resoluciones y vueltas en el medio como esto, me molestan bastante. Son recursos bastante baratos y justo vienen como anillo al dedo para ayudar a la caída de nuestro héroe. Ojalá para el próximo mejore, porque la premisa del número 1 se está perdiendo en un mar de drama innecesario.