Y salió el sexto número de esta serie Batman: White Knight. Serie que número a número me va decepcionando más por su enfoque y trama. Una excelente idea, hermoso arte, pero una indagación pobre, pochoclera y fácil.
¿Qué pasa durante el número?
Por un lado, detener a Batman nunca fue tan fácil. Y ni hablar de Nightwing siendo el primer vendido en darse vuelta y querer arrestarlo. Unas lucecitas, una carrera con un Batimóvil más viejo, un Gordon ortiva y ya está, pan comido.
Ah, pero la frutilla del postre es cuando Jack Napier le gana a Bruce en un mano a mano.
El arma que encontró Harley 2 (bueno ok, se llama Neo Joker) es ni más ni menos un cañón congela-todo (se acuerdan de la película donde aparece Arnold Schwarzenegger? bueno...) que utiliza para escribir con hielo en unos edificios "manden al Joker". En la creación del cañón estuvo envuelto el padre de Mr. Freeze con Thomas Wayne, salvo que Thomas, como buen tipo que era, quería desarrollar la tecnología para curar gente, no para congelar ciudades (por lo que lo echaron del proyecto).
Acá nos enteramos que nuestro querido Victor Fries consideraba a Thomas Wayne como un padre, lo respetaba y tenía muchísimo afecto. Incluso le pagó su boda con Nora. Por todo esto, es que conserva la identidad de Bruce sin decir nada. Y también la de Batgirl. AH, y Alfred murió para salvar a Bruce. Sí, nada más.
Harley (Harleen, la primer Harley, la Dra.) discute con Jack sobre la amenaza de Neo Joker a los gritos, incluso diciéndole que es la única que sabe que controló a los villanos... Para que, como en buena novela de 2 pesos que mira mamá o la nona, disfrutar de un lindo plano donde tenemos a un tercero escuchando la conversación (Sí, Barbara). No sé si celebrar lo ridículo o preguntarme si escuchó todo o solo el final de dicha charla (y ser más ridículo).
El final es el fanservice que todos esperaban: Jack volviéndose Joker. Sí, obvio que (¿obvio?) es algo que tiene planeado para derrotar a Neo Joker, pero igualmente es medio mamarracho.
Conclusión
No sé qué depara la serie para su próximo final, pero la premisa del orden político y social de Gotham estaba excelente. Los ricos explotando a Batman y los pobres sufriendo el daño colateral. ESO era una buena historia para contar, con la caída sistemática de Bruce. Pero Sean Murphy terminó yendo por el pochoclo, las peleas, las resoluciones incoherentes y cabezas, un villano nuevo completamente innecesario, retcons con nazis (BASTA DE NAZIS), y personajes retratados de forma horrible (excepto quizás, ahora, Bárbara y el propio Fries).
Pero el arte está excelente, eh.