Erase una vez un Multiverso
Cuando Gardner Fox presentó a la Tierra 2 en la legendaria “The Flash Of Two Worlds” como excusa para traer de nuevo a los personajes de la Edad Dorada, seguramente no imaginó que este recurso traería tantas consecuencias. En los años siguientes, la idea fue utilizada hasta el hartazgo: las nuevas tierras se multiplicaron como hongos en los diversos títulos de la editorial.
Si quieren explorar más sobre el Multiverso DC, los invito a leer un par de notas previas que lo analizan en detalle:
La Tercera Es la Vencida
Una de las primeras tierras en aparecer fue Tierra 3, que debutó en la Justice League of America #29 del año 1964. Básicamente, este era un universo “negativo”, donde los héroes clásicos eran villanos y viceversa. A lo largo de las décadas esta Tierra tuvo muchos cambios: fue la víctima inicial de la primera Crisis, se la presentó como un universo de antimateria, luego Grant Morrison la reinterpretó completamente en su célebre novela gráfica “Earth 2” y, tras algunas apariciones menores, volvió como protagonista absoluta de un taquillero evento editorial (“Forever Evil”), para después cambiar nuevamente en “Multiversity”, otra vez de la mano del guionista escocés.
Todo iba bien (o en realidad mal, pero usted me entiende), hasta que en el año 2017, el guionista Scott Snyder toma el mismo concepto, para presentarnos un multiverso entero basado en una premisa similar: en las páginas de “Dark Nights: Metal” nacía el Dark Multiverse. En aquel momento, algunos nos preguntamos adonde quedaba instalada la Tierra 3 original en este nuevo mapa, ya que ahora no tenía razón de ser… ¿o tal vez sí?
Nuevamente, si quieren saber más sobre el evento “Metal”, los invito a leer un par de notas previas que lo analizan:
Volviendo a "Multiverses End": este especial aborda exactamente este interrogante: ¿qué razón de ser tiene una tierra “malvada”, cuando hay un multiverso entero repleto de ellas? El análisis derrocha suspicacia, mucha ironía y una sorprendente auto consciencia.
El guión es de James Tynion IV, apoyado por el arte del debutante Juan Gedeon, en su primera labor gráfica para la editorial.
Ahora sí, veamos de qué trata.
Y atentos a la advertencia de Steph: ¡habrá spoilers!

¡Barrilete Cósmico! ¿De qué planeta viniste?
No pretendo explicar la trama de “Dark Nights: Death Metal”, ya que el colega Julio se ocupó de hacerlo en esta nota:
Solo mencionaré que esta historia se ubica cronológicamente después de los sucesos del tercer número del evento principal, como parte de una serie de especiales que expanden la historia central, aunque lo cierto es que eso carece de verdadera importancia. Ya veremos porqué.

La historia arranca con John Stewart (uno de los Green Lantern terrestres) atado a una silla, incapacitado, físicamente quebrado y a merced de Owlman, el análogo de Batman dentro del Sindicato del Crimen, el mayor grupo de villanos de Tierra 3.
Pero hay un problema: la última vez que lo vimos ¡Owlman había muerto!
En Justice League #50, la conclusión de “Darkseid War”, una mano azul vaporiza a Metron y Owlman, descuartizándolos en pedazos.
Sin embargo, aquí lo encontramos, sano y salvo, como si nada hubiera pasado, dando un soliloquio al buen John, a la vez que explica las “reglas del juego” en esta Tierra.
Respecto a este último punto: en realidad, el Sindicato del Crimen no es inherentemente “malo” en sí mismo. Para los habitantes de este universo, lo que nosotros vemos como “malo” son cuestiones culturalmente aceptadas como normales, ya que -como afirman algunas corrientes filosóficas- la noción de bien y mal es algo plenamente cultural, lo aprendemos a distinguir a partir de la experiencia de nuestros progenitores, educandos o prójimos. Algunos guionistas suelen pasar por alto esta cuestión, pero cabe destacarla para comprender el resto del relato.
En resumen: Owlman debería estar muerto, pero no es así. ¿Porqué será?

Owlman exhibe un gran poder de síntesis: si no venías siguiendo la saga, en un par de cuadritos te cuenta todo lo que tenés que saber: Perpetua es una entidad cósmica con muchísimo poder, que ya ha logrado destruir a casi todo el Multiverso, con la ayuda del Multiverso Oscuro. Todavía resisten un puñado de Tierras, las más afines a su “ideología”, como la mencionada Tierra 3, Tierra X (donde los Nazis ganaron la Segunda Guerra, hogar de los Freedom Fighters) y Tierra 29 (también conocida como Mundo Bizarro, que alberga a versiones “Bizarras” de todos los héroes y villanos). En estos lugares se ha plantado una suerte de antena cósmica, que envía las energías a Tierra 0, el centro de poder y base de operaciones. Un puñado de héroes está haciendo un intento por destruir estas herramientas, con incursiones estratégicas en cada una de ellas.
Y al parecer, es así que John Stewart terminó preso de Owlman.

Aquí viene la primera revelación: Owlman es plenamente consciente del plagio que representa la figura de “El Batman Que Ríe”, renegando de su existencia y pregonando que “él estuvo primero”, en un mensaje directo al lector que aún no había caído en cuenta de esto.
Además advierte que no solo sabía de las existencia de las antenas, sino que ya las saboteó a todas con bombas y puede destruirlas con solo apretar un botón.

Cambiamos al frente de batalla, en la Detroit de Tierra 10, o Tierra X. ¿Porqué justo ahí? Quizás es un homenaje a la Liga de Gerry Conway.
El Green Lantern Guy Gardner enfrenta a Overman, una versión de Superman criada por el mismo Hitler, que domina el mundo con mano de hierro. También vemos a Kid Flash (la misma de Kingdom Come) y al Captain Carrot, el antropomórfico líder de la Zoo Crew, una versión animal de la Liga de la Justicia.
Completan el cuadro algunos miembros de los PlaSStic Men, la perversa fuerza policíaca local de elásticos poderes.

El Capitán Zanahoria es una creación de Roy Thomas, apareció como complemento de la serie New Teen Titans en el año 1982. Sus aventuras eran sencillas, simples y muy básicas, sin mayores pretensiones que pasar un buen rato, satirizando a los héroes de la editorial, con versiones “animalizadas”, al mejor estilo Disney.
Su actitud y optimismo extremo es una exagerada muestra del estilo y época que lo vio nacer, donde todo se resolvía con risas hasta el próximo encuentro.
Aunque en principio no tenían contacto con los héroes tradicionales, tras la Crisis fue integrado al resto del Multiverso y en la saga “Multiversity” se unió a Justice Incarnate, grupo sobre el que volveremos más adelante.

Vemos los otros frentes de combate: Tierra 29 (Mundo Bizarro) y Tierra 43, el planeta dominado por los Vampiros de la “Trilogía Roja”, donde Batman se convirtió en vampiro para derrotar a Drácula.
Hal Jordan y Kyler Rayner, del Cuerpo de Linternas Verdes de Tierra 0 son fundamentales para sostener el orden (aunque en cierta forma esto contradice a lo presentado por Grant Morrison en su propio título, pero bueno, todo no se puede). Volveremos sobre ellos más adelante.

En otra gran muestra de poder de síntesis, John Stewart resume parte de la historia presentada en el título “Justice League” de Scott Snyder: Perpetua es la madre del Monitor, del Anti-Monitor y del Forjador de Mundos, un trío de hermanos cósmicos responsables de haber generado la creación misma del Multiverso original.

Como decía más arriba, el Capitán Zanahoria se creía inmune a los embates cósmicos, por su particular naturaleza. Sin embargo, Perpetua arrasó con su mundo, matando cruel y salvajemente a todos sus habitantes.
El Capitán sostiene a Felina Furr, alias Alley-Kat-Abra, un personaje que recuerda a nuestra Zatanna.
En una segunda lectura, el meta mensaje advierte que en el mercado actual NO hay lugar para este tipo de personajes.

En otra secuencia cargada de simbolismo, el tierno Capitán Conejo confiesa que había perdido completamente la esperanza, hasta la llegada del Cuerpo de Linternas Verdes.
En contraposición, Guy Gardner (el Linterna más conservador y reaccionario), a su vez responde que a pesar de todo su poder, no fueron capaces de detener la embestida de una Legión de Batmans malignos, con extraordinarios miembros como un Dinosaurio Robot, un Mago Supremo, un Cthulhu (?) y todo tipo de monstruos.
Alguna vez, no hace mucho tiempo, la franquicia de Linternas Verdes fue una de la más rentables de la casa editorial, cuna de las ideas más innovadoras y fructíferas. Asimismo, su nivel de poder representa un desafío para los guionistas, que debían imaginar amenazas cada vez más grandes a los que enfrentarlos.
Pero esos eran otros tiempos: los Linternas hoy no están pasando por su mejor momento a nivel comercial, con un mercado totalmente desbordado por los títulos del Hombre Murciélago y derivados, como sutilmente lo expresa el carismático Guy Gardner.

¿El mensaje anterior no quedó claro? Pues seamos más explícitos.
¿Qué puede ser más ridículo que un Batman Cthulhu o un Dinosaurio? ¿Qué tal un Batman Bebé en clave M.O.D.O.K.?
Y para acrecentar la burla a los Linternas, pongámoslo a liderar un batallón de Bati-Linternas Multicolores.
Brillante es poco.

Pero volvamos al debate inicial: Stewart le explica a Owlman que luego de haber generado la Creación, Perpetua queda presa en el Muro, aquella barrera cósmica ideada por Jack Kirby para su Cuarto Mundo. Para liberarse, manipula a diversos actores, generando las Crisis que fue sufriendo el Multiverso, a saber: “Crisis en Tierras Infinitas”, “Hora Cero”, “Crisis Infinita”, “Crisis Final” y la ya mencionada “Noches Oscuras”,
Todo esto resumido en sólo dos páginas.

Asimismo, le revela que en esa última aventura, la Liga tuvo que hacer “cirugía cósmica mayor” y terminó liberándola de su eterna prisión, generando una serie de sucesos inesperados.
Lo que nadie sabía, es que ante cada uno de estos eventos, el Multiverso se autoregula, para volver a una suerte de punto inicial, generando los faltantes y balanceándose hasta lograr un estado de normal equilibrio.
Es así, que como corolario, la Tierra 3 volvió a "existir”, con todos sus habitantes, aún los que estaban muertos, como Owlman, que murió en el final de la “Darkseid War” (Justice League #50).

Breve interludio de batalla: el Cuerpo de Bati-Linternas Multicolores resultan un hueso duro de roer, quebrando al Superman Presidente de Tierra 23, a la Wonder Woman ideada por Stan Lee, a Hal Jordan (citando un histórico y absurdo enfrentamiento que mantienen desde hace décadas) y mofándose de uno de los peores momentos de Kyle Rayner.
En la Green Lantern #54, publicada en el año 1994, el héroe descubre a su novia descuartizada dentro de un freezer, un hecho que fue repudiado por fans y críticos, al punto de generar el movimiento feminista “Women In Refrigerators”, dedicado a luchar contra las representaciones misóginas en el noveno arte, entre otras cosas.
Muy mal, Batman...

Volviendo a Owlman, desde una bitácora cósmica, aprende sobre sus encarnaciones anteriores, conociendo a las versiones que murieron en Crisis En Tierras Infinitas, Crisis Infinita y la Darkseid War, respectivamente.
Este escriba se atreve a citar al menos tres versiones más, que seguramente fueron omitidas por cuestiones de espacio, simpleza o desconocimiento: el primer Owlman en aparecer post-Crisis surgió en las páginas de “Justice League Quarterly” durante el año 1992, que es distinto al que fue protagonista de la novela gráfica “Earth 2” en el año 2000, mencionada más arriba. Y aunque no sea del mismo universo, también recuerdo al Owlman "bueno" que se unió a los Outsiders cuando Batman había sido dado por muerto. ¿O acaso estas iteraciones ya quedaron olvidadas?

Esta inyección de información provoca una epifanía y éxtasis en el Hombre Búho, que libera a Stewart de su prisión, camino al desenlace.

Nada que aportar, esta viñeta-página es absoluta, con un manifiesto directo que no requiere segunda interpretación.
Por cierto: ya leyeron Animal Man #19? Aquí pueden encontrar un pormenorizado análisis, cortesía de Luquitas:

Lo que sigue es muy precipitado: Owlman mata a los miembros que quedaban vivos en su propio equipo (Ultraman y Superwoman) y activa las bombas instaladas en la antenas.
Pero antes de seguir, me detengo a rescatar un chiste interno: desde “JLA #01” (1996) en adelante, Grant Morrison estableció que ante momentos de duda o peligro, Batman emite un sonido vacío, que en las viñetas se ilustra como “HH”. Quizás la escena más recordada en que la puso en práctica sea el final de “Crisis Final”, justo antes de recibir la sanción de Rayos Omega por parte de Darkseid.
Este cuadrito potencia y parodia esa misma situación, reflejando el momento en que los Rainbow Batmen Corps caen en cuenta del inminente final.

Aquí recae lo más potente de todo el número: en un devastador diálogo de cara directa al lector, Owlman interpela al Bati-Bebé, cuando en realidad le habla a la industria, a los fans nuevos y viejos y a los autores “de moda”: a pesar de los vaivenes del mercado, de los gustos de los lectores y de cualquier evento, el personaje se autopercibe como una idea, y como tal NO puede morir.
¿Qué nos quiere decir el autor con esto? ¿No te gustan los comics del momento? ¡No te preocupes! Las malas ideas son pasajeras y efímeras, las ideas buenas son las que perduran, de alguna forma siempre se abren camino, no hay cómo matarlas.
Y tras esta última revelación, las bombas implosionan y Owlman “muere” tranquilo, sabiendo que ayudó a los héroes y solo es cuestión de tiempo hasta reaparecer en su próxima iteración, eterno e inmortal.
Me permito citar una adaptación: este final guarda muchas similitudes con la película "Justice League: Crisis On Two Earths", donde un soberbio James Woods ensayaba un espectacular discurso final.

Habiendo cumplido la misión, Guy expresa lo que muchos fans vienen diciendo hace años: los asuntos multiversales a veces se ponen innecesariamente complicados…
Y al igual que alguna vez le pasó a Donnie Darko, podés terminar reflexionando sobre la vida con un conejo gigante, que a pesar de eso resulta ser un gran tipo.

Llegamos al final, con el heroico rendezvous de Justice Incarnate, los defensores del Multiverso.
De todas las ideas que Grant Morrison esbozó para DC Comics, esta es probablemente una de las más desaprovechadas (aunque hay que reconocer que el concepto guarda similitudes con los Exiles de la Maravillosa Competencia). Hasta la TV se animó a apostar por su propia versión de este equipo, en esa locura denominada “Legends Of Tomorrow”.
Desde su creación, las apariciones de Justice Incarnate se pueden contar con los dedos de una mano, como si los editores o guionistas le tengan miedo y/o respeto. Tal vez sea mejor así.
El Final Es En Donde Partir
La aventura termina con un nuevo punto de partida: los héroes han tenido éxito en su misión y el evento debe seguir su camino hacia el tramo final. En el medio pasaron muchísimas cosas: la revelación de la naturaleza cíclica del Multiverso, que funcionó, funciona y funcionará siempre igual a pesar de los cambios constantes (que finalmente no son tales), en un eterno juego que requiere del compromiso entre autores y lectores, en un Ouroboros de historias infinitas.
A final de cuentas, el tragicómico Hombre Búho nos recuerda que el destino no es relevante, lo que realmente importa es el viaje que hacemos para llegar hasta ahí.
Esa es la verdadera magia del noveno arte y ninguna Crisis podrá cambiarla.