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Deadpool de Gerry Duggan (Parte 1)

El adiós al guionista más longevo en el Mercenario

Deadpool de Gerry Duggan (Parte 1)

Después de la pochoclera “Avengers vs X-Men”, Marvel relanzó en 2013 toda su línea de cómics como “Marvel NOW!”, apenas el primer “lavado de cara” de la media docena que tendría en los años por venir. Lo que eso conllevó para el Merc With a Mouth fue un necesario cambio de equipo creativo, luego de cuarenta y tantos issues manejado por Daniel Way en lo que posiblemente haya sido la serie más berreta pero popular del personaje hasta la fecha. Fue la que puso a Deadpool bajo el foco del público y comenzó la bola de nieve mediática que lo convirtió en el ícono de Internet más sobreexplotado salido de las historietas desde Batman. Comenzaron los cosplayers, los memes, los fanboys, los “ay es que no entendés, él rompe la cuarta pared xD”, los “sabe que está en un cómic, ¿no es el mejor? Lol” y losDeadpool le gana a Superman porque se regenera y sabe que son personajes de historia”.

Mucha gente sobrevalorando al personaje solo porque hace chistes constantemente como si Spider-Man no hubiera existido nunca, o alabándolo por romper la cuarta pared como si She-Hulk o Howard the Duck no fueran personajes que alguna vez existieron. En fin, ya saben a qué me refiero, todo eso nace con el run de Way y sigue con las miniseries (en particular con “Deadpool Kills the Marvel Universe”), con los videojuegos, los cameos en las series de televisión y se consolidó con la sorprendentemente copada película de 2016. Y menciono todo esto no solo para llenar caracteres sino para establecer la base popular del personaje, lo fácil que es escribir cualquier basura y que no sea cuestionada por su fanbase memera, cosplayer y consumidora de todo lo que tenga rojo y negro en la portada.

Es fácil, muy fácil, pero Gerry Duggan y Brian Posehn no llegaron a esta serie en 2013 para escribir algo fácil e irse. Se nota desde el capítulo uno que tenían ideas profundas para explotar con el personaje, que tenían el sentido del humor necesario para que no fuera solo “Deadpool got dark” y que habían llegado para quedarse (al menos Duggan). Aprovechando el reciente final de la historia que fueron armando por cinco años, repasamos toda la historia, sus cómics paralelos, sus relanzamientos y hacemos un balance final. Como siempre esto es muy largo así que arranquemos.

PARTE UNO: MÁS QUE PRESIDENTES ZOMBIES

El primer arco, “Dead Presidents”, es la forma más explosiva que se les ocurrió a Posehn y Duggan para empezar su serie, y de alguna forma funciona: Un nigromante, Michael, siente que EE.UU. se está yendo a la mierda y decide revivir a todos los presidentes fallecidos para que lo arreglen. Igual todo sale mal porque resulta que si revivís a alguien con esa magia oscura se vuelve malo, así que se arma un ejército de zombies expresidentes con ganas de destruir al país. S.H.I.E.L.D. no puede mandar al Capitán América porque sería mala prensa que lo vean peleando con George Washington, así que la Agente Preston contrata a Deadpool para que maneje la situación. Los seis capítulos son pura locura sin filtro, acción sin freno pero con cierta lógica, retorcida pero funcional a la historia. El arte de Tony Moore (conocido por los primeros capítulos de The Walking Dead) en color es magia pura y despliega todas sus habilidades para mostrar formas distintas y creativas de destripar a los personajes. Además, los guionistas se ocupan en crearle un repertorio de personajes completamente nuevo a Deadpool sin caer en Cable, la vieja Al o Hydra Bob. Tampoco lo hacen teletransportarse ni que se le vaya el factor regenerativo ni que tenga voces en la cabeza con diferentes fuentes (no todavía, al menos). En suma, que no caen en las fórmulas que hicieron al personaje popular, sino que se ocupan en moldear a Wade de la forma que necesita la historia que van a contar.

Eso no significa que ignoren todo ese pasado. Es más, si algo caracteriza a este run es lo bien documentados que están los guionistas. Cada vez que Deadpool se encuentra con otro personaje, por más choto que sea, hace algún comentario respecto a la última vez que se vieron, por ejemplo. En el apartado de la documentación no puedo dejar de mencionar los capítulos “de archivo”, un tipo de historias que crearon Posehn y Duggan para “rellenar” el espacio entre arcos argumentales. Supuestas historias que no se publicaron décadas antes (incluso antes de que Deadpool fuera creado) y que salen a la venta porque sí. No solo cada uno parodia una década de Marvel (ya sea en forma de narración, el tipo de papel, los personajes que aparecen, los eventos que referencian, etc.), sino que además, de alguna forma, funcionan como una historia coherente de viajes en el tiempo, y establece personajes o hechos que después afectan a la historia regular. Es un laburo de organización del guion que no muchos escritores pueden lograr y estos tipos lo hacen como si nada. Particularmente son increíbles el capítulo de los 60's que es un homenaje/parodia a Jack Kirby con Wakanda, Savage Land, el edificio Baxter, Fing Fang Foom, la Zona Negativa y mil detalles más increíbles. Es la verdadera fiesta “K”. Y después está el capítulo “a-la-50's” con Nick Fury, Deadpool y Cable peleando contra Hitler viajero del tiempo. Solo eso.

Después de ganarle a los presidentes zombies (y que no le pagaran un mango), Deadpool y sus nuevos amigos se enfrentan a Vetis, un demonio que quiere cagar a Mephisto recuperando el poder infernal que depositó en algunos mortales que hicieron tratos con el Diablo. Esa trama en sí no es tan importante como el hecho de que la Agente Preston, asesinada en el arco anterior, logró salvarse gracias al nigromante que encerró su alma adentro de Deadpool y se convirtió en la segunda voz en su cabeza. ¿No había más voces en su cabeza? ¿Solo retconearon eso? No, porque eso habría sido fácil y ya sabemos qué piensan estos guionistas de ir por ese camino. Esta serie toma todos los viejos elementos de Deadpool (incluso los que no concuerdan, como las varias versiones de su origen) y los revisiona funcionales a la historia.

Con Preston adentro de Wade aprovechan para mostrarnos la cabeza del Mercenario como un espacio retórico en el que se va representando su psiquis. Hay cosas graciosas y cosas que no lo son tanto. Recuerdos reprimidos, salas prohibidas, imágenes asquerosamente dolorosas. Hay algo que no cuadra en el cerebro de Wade, y esa idea se refuerza cuando Dr. Strange se mete en sus recuerdos y se da cuenta de que hay demasiados baches, demasiadas partes que no conectan. Una misteriosa figura femenina que lo llama cuando está por perder. Un nombre, Eleanor, que se repite varias veces. Un pozo de cadáveres con Deadpool en el centro. Mientras tanto, afuera, unos misteriosos agentes de incógnito dejan inconsciente a Wade y le sacan sangre y órganos antes de que despierte. Y parece que llevan haciéndolo hace años, solo que no contaban con que tuviera una segunda conciencia que le avise. Con los meses, se va tejiendo un misterio que se resuelve con el tercer arco de esta serie: “The good, the bad & the ugly”.

Hasta ahora la cosa era bastante regular. Para nada mala, pero no terminaba de salir del molde más allá de las novedades en el contexto del personaje. Algunos foreshadowings e ideas a explotar. Todo eso estalla en esta historia en la que Declan Shalvey toma los lápices y se desangra en el papel con su característico estilo cinematográfico. Los chistes desaparecen y la historia se torna realmente oscura en este team-up con Wolverine y Captain America.

La historia del Mercenario con cáncer que se somete a experimentación de parte del gobierno canadiense en Weapon Plus fue solo el comienzo. El villano de esta historia, Butler, estuvo metido en todo eso y está enojado porque se le escapó la cura para el cáncer adentro de Deadpool. Así que lo encontró, le lavó el cerebro, lo uso para ciertos “trabajos” y después lo dejó “libre”. Todo ese manoseo en su cabeza es similar a lo que pasó con el Winter Soldier, y terminó cagando la capacidad de Wade de tener recuerdos a largo plazo, confundiendo la fantasía que le metían para sus trabajos de mercenario con la realidad. Y entre todos esos recuerdos está el hecho de que una amante que tuvo en los capítulos “de archivo”, Carmelita, tuvo una hija. Ambas fueron secuestradas para tenerlo con correa a Wade y no duraron mucho. Y la escena en la que el protagonista se reencuentra con ese pozo de cadáveres con Carmelita podrida en brazos y Logan tratando de sacarlo, es de las más crudas y tristes de la historia de todo el personaje (solo superada por ciertos momentos en Uncanny X-Force, de Remender).

No les basta con eso y también ponen en situaciones durísimas a Wolverine (frente a un clon moribundo de él que por culpa del factor regenerativo agoniza en vez de solo morir) y al Cap (teniendo que hacerse el boludo ante la matanza en suelo extranjero que él y sus compañeros están causando).

Al final, Deadpool termina por destruir el intento de Butler de resurgir el proyecto en Corea del Norte con su venganza realizada. Eleanor, su hija, tal vez sigue viva, tal vez no (spoiler: tal vez sí) y todo se cierra con una tonada melancólica manchada de sangre.

Muy heavy. Después de eso la trama vuelve a la acción bombástica con “Deadpool vs. S.H.I.E.L.D.”. Este arco sirve para cerrar la historia de todos los secundarios, devolver a Preston a su cuerpo, que Wade se vengue del jefazo de S.H.I.E.L.D. que no le pagó y en el camino masacre a una organización terrorista, Ultimatum. Todo marcado por un nivel de violencia más puro, con menos chistes (no por eso sin humor). Deadpool está enojado por lo que le pasó en Corea y no sabe cómo lidiar con ello, dándole así capas más profundas por explorar por los guionistas.

INTERLUDIO: EL ABURRIMIENTO DE DRÁCULA

Si uno solo lee la serie principal entonces cuando llegue al capítulo #27 no va a entender nada. Deadpool está enojado, violento, triste y solo ahora que ya no tiene a Preston con él. Arco siguiente: Deadpool se casa. ¿Qué? Exacto. Para entender eso tenemos que leer la serie digital “Deadpool: Dracula’s Gauntlet”, originalmente publicada como Infinite Comic, esas historietas que se publican en diapositivas que se “mueven” mientras pasas las páginas en un lento stop-motion. Esta serie es demasiado larga para su propio bien y se va alargando solo agregando villanos. No es muy graciosa ni muy interesante. La única razón para leer esto es para conocer a Shiklah, la prometida de Drácula que Deadpool tiene que llevarle a Vlad Tepes. En el camino Wade y Shiklah van a enamorarse y la misión cambia a un enfrentamiento con Drácula, pero en el medio van a aparecer Blade, Hydra, A.I.M., Modok, los monstruos de la metrópolis subterránea, los Terrific Four, fantasmas y muchos vampiros. Valoro la aparición de los olvidados Thunderbolts rojos-y-negros de Punisher y la creación de Marcus, el centauro hombre lobo simbiótico y diabético, que me causó la única risa real en todo este embole.

La historia termina con un Dracula cuerneado y Wade conviviendo con Shiklah, su prometida demonio líder de la sociedad de monstruos de New York, y recuperando un poco de felicidad en su vida. Bien por él.

PARTE DOS: LA FAMILIA DEADPOOL

Y así como lo ven Wade se casa con Shiklah, la única hembra en el universo que puede encontrar algo que amar en ese cuerpo y en esa personalidad. Todo empieza a funcionar para Deadpool ahora que forma una nueva familia y recuperó a sus amigos. Pero todavía hay algo que falta además de su hija. Algo olvidado en los salones de su mente, no por culpa de las drogas de Butler sino por influencia de fuerzas mayores. Para conocer qué es tenemos que leer el Annual #1, donde descubrimos qué pasó justo antes y justo después de la serie de Daniel Way, esa en la que Deadpool habla con otra voz en su cabeza. Una voz en su cabeza que los guionistas y los lectores tomaron por sentado que existía solo por motivos cómics y que los astutos Gerry Duggan y Brian Posehn torcieron para su propio beneficio. La cosa es así: Deadpool justo antes de Secret Invasion se encontró con Madcap, el indestructible y casi omnipotente villano del Capitán América, Ghost Rider y Daredevil, y por casualidades del destino él y Deadpool fueron pulverizados y se regeneraron al mismo tiempo, pero esta vez en un solo cuerpo: el de Wade. Durante todo el run de Way esa voz “de la razón” en su cabeza era simplemente Madcap (lectores muuuy atentos lo dedujeron encontrando a Madcap en algunas escenas en la cabeza de Deadpool). Al final, antes del #1 de este nuevo volumen, volvieron a separarse y continuaron sus vidas, ambos afectados por la influencia del otro.

Pero volviendo al presente, lo que siguió después del casamiento fueron los típicos e inevitables crossovers con los maxi-eventos de siempre, pero como ya dije, estos guionistas saben agarrar a la continuidad y el shared-universe por las bolas y exprimirle todo el jugo para avanzar su propia trama. Primero fue Original Sin, esa historia donde se revelan secretos de personajes clave de los ojos robados del Watcher. A partir de esa explosión de secretos los amigos de Wade (Preston y Adsit), descubren información clave: la hija de Deadpool sigue viva (¡yey!) y Wade mató a sus propios padres (¡no yey!). Pero pará, ¿los padres de Deadpool estaban vivos? Los lectores más veteranos habrán leído que el padre había muerto, y los fans de Cable & Deadpool seguramente saben que es la madre la que había muerto. Después está el “X-Men Origins: Deadpool” donde aparece el padre vivo. Todas esas incongruencias se resuelven con la explicación de que era información falsa que le metió Butler en la cabeza a Deadpool para ocultar la más oscura realidad.

Los insistentes villanos de Ultimatum secuestran a Eleanor (prefiere que le digan Ellie) pero Wade los masacra de nuevo y salva a su hija, recuperando así el pedazo de familia que le faltaba. La nena empieza a vivir con Preston y los suyos mientras Deadpool se ve mezclado en otro maxi-evento-en-el-que-todo-cambia-y-ya-nada-será-igual: AXIS. Los héroes se hacen villanos y los villanos se hacen héroes, y Deadpool, que no es ni lo uno ni lo otro, se convierte en Zenpool, una versión budista y anti-armas de Wade que no le cae bien a Shiklah ni a él mismo. Hay algunos guiños interesantes a la ya clásica Uncanny X-Force de Remender, cuando Wade se convierte en el único que puede detener a un enloquecido En Sabah Nur. Con el pobre Evan asustado y odiado por todos, Deadpool lo deja quedarse en su casa con Michael y vuelve a ser él mismo. A pesar de que todo termina bien sigue estando esa sensación de depresión al pensar que tal vez Zenpool fue el mejor Wade que hubo.

Para limpiar su mente, Deadpool se va a un país perdido de medio oriente a enfrentar a la corporación Roxxon y en el camino se enfrenta a Omega Red, que casualmente pasó por controles mentales similares a él. Por primera vez en la historia del personaje, las cosas se resuelven cuando Wade logra empatizar con su enemigo y llegan a una tregua. Roxxon no es derrotado pero al menos es detenido un tiempo. Por otra parte, Shiklah encuentra un ejército de antiguos soldados de su padre y se prepara para conquistar el mundo.

PARTE TRES: LA MUERTE DE DEADPOOL

Los arcos que siguieron a la genial “The good, the bad & the ugly” fueron bastante mediocres. Zafables, sobre todo cuando logran llegar a lo emocional del personaje, pero se perdieron en arte horrible y chistes peores, dándole mucho foco a personajes con los que nunca empatizamos (como Shiklah). La historia de Deadpool Vs Roxxon uno la sufre más que disfrutarla. Por eso, cuando llegamos al supuesto final de la serie, esperaba un cierre mediocre. Para mi sorpresa no fue así. El #45 de la serie nos muestra como todo lo que queda de Ultimatum decide por tercera y última vez matar a Deadpool y a todos sus seres queridos. Wade sabe que una matanza indiscriminada no va a resolver nada, así que primero tiene que asegurarse de que lleven a todas sus fuerzas hacia él en un lugar alejado de la civilización y de los suyos, donde pueda darles machaca sin parar hasta asegurarse de una puta vez que no lo jodan más. Le toma vario días y todo su dinero pero al final sale todo bien y se da la batalla más ultraviolenta de toda la serie. No quedan sobrevivientes, prisioneros de guerra, heridos, nada. Los recontra asesina a todos. Y al final se escapa con todos sus amigos y familiares (excepto Shiklah, que no necesita que ningún hombre la proteja) en un barco rumbo a nuevos horizontes, dejando atrás a “Deadpool” y empezando a ser solo “Wade”, permitiéndose sentir de una puta vez un poco de felicidad real. Es una pena que los Avengers y los Illuminati no hayan podido frenar las incursiones universales que destruían el multiverso y la tierra choca contra su equivalente Ultimate, cerrando el telón en el Universo-616. Todos mueren, incluso Deadpool, que puede regenerarse de casi cualquier cosa, pero no puede regenerarse de que todo su universo sea eliminado de la realidad. Al menos muere feliz, rodeado de los suyos y con la fortuna de no tener que sobrevivirlos. Un final ¿feliz?.

Necesito resaltar el último de los capítulos “de archivo” que a la mitad deja de serlo y se convierte en un epílogo magistral para la serie. Deadpool le roba el Infinity Gauntlet a Thanos en algún momento de los ‘90s, y usa su poder para organizar una gala en su nombre y que asistan todos sus amigos, familiares y compañeros del universo Marvel. Hay muchos chistes, muchos momentos tiernos, muchos guiños copados, pero al final se pudre todo cuando los invitados descubren que están atrapados en esta fiesta de risas bajo el poder del infinito y que Deadpool los tiene controlados. Todos quieren escapar pero no pueden, y es así como se siente Wade todo el tiempo, atrapado en ese ciclo repetitivo de chistes malos. En una sublime referencia a Roscharch, Deadpool entiende finalmente que él es el verdadero Pagliacchi, el payaso que hace reir a todos a costa de su propio sufrimiento. Ese “todos” no solo incluye a los otros héroes o a sus amigos, sino a nosotros, sus lectores, y a él mismo. Y con esa idea todavía flotando en la mente de los lectores, Deadpool termina.

O no. Más de eso en la segunda parte.

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Escrito por:
Matias Mir
"El especialista"
Matias Mir
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