Seguimos repasando el Deadpool de Gerry Duggan, revisando el run más largo del personaje y su conclusión este año (justo a tiempo para su nueva película). En la primera parte vimos cómo Duggan (y su co-escritor Posehn, que abandona el barco en esta segunda parte a excepción de algunos especiales) agarraba al personaje completamente aplanado por Daniel Way y de a poco comenzaba a añadirle capas a su personalidad, su entorno, sus historias y a la propia metaficción de Deadpool como ícono, explicando argumentalmente las incongruencias y las características que otros guionistas habían pasado por alto (como su origen confuso y cambiante o las voces en su cabeza).
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En las notas del autor al final del capítulo #20 de este segundo volumen (uno de los mejores capítulos de toda la serie, pero más sobre eso después) Duggan habla sobre cómo no quiere escribir historias fáciles, y cumple con ese deseo (y con creces). Dejó en segundo plano o directamente ignoró al casting de personajes secundarios famosos como Hydra Bob o Blind Al y creó su propio grupo de secundarios que más que ser secuaces se convirtieron en una familia: Adsit, Preston, Shiklah, Michael, Ben Franklin, su hija Ellie y la familia de Preston no están solo para mover la trama, sino que son personas que realmente le importan a Wade, y, desgraciadamente, eso le va a costar caro. Duggan también dejó de lado las tramas obvias de Deadpool como hacer que vuelva a ser carilindo, hacer que pierda su regeneración, el romance boludo con la muerte o simplemente hacerlo pelear contra un villano genérico. En su lugar, escribió sagas que se interconectan unas con otras y profundizan al personaje y su relación con el resto del universo Marvel.
Pero sin dudas, lo mejor que hizo fue darle profundidad a Wade Wilson como personaje, siguiendo la antorcha que había dejado Remender. No es solo un payaso asesino, su único truco no es romper la cuarta pared (de hecho, trata de mantener al mínimo los meta-chistes para que, cuando suceden, realmente sean impactantes). Sería fácil hacer un asesino nihilista que no para de tirar chistes pero, como ya dije, Duggan no vino acá para hacer cosas fáciles.
PARTE CUATRO: VENGADOR MILLONARIO
La serie anterior concluyó con un Deadpool finalmente feliz. Recuperó a su hija, salvó a todos sus amigos y familiares de Ultimatum, se casó y dejó a Deadpool para ser solo Wade Wilson. Está el detalle de que después todos murieron junto con su universo pero Reed Richards se encargó de rebootear eso. En la nueva continuidad, simplemente mató a los de Ultimatum y consiguió todo lo que quería y más, porque por una casualidad muy tonta se hizo famoso por salvar a un embajador y la serie arranca con Deadpool como el héroe más popular de todo el país. Y, como no es ningún boludo, capitalizó esa popularidad y se volvió millonario. Y todavía quedan buenas noticias, porque Steve Rogers estaba formando su nuevo Escuadrón Unidad de los Avengers y al haber muerto Logan le faltaba un asesino a sangre fría que equilibrase al equipo y cruzara la línea que los otros no se atreven a cruzar. En fin, que Deadpool se convierte en un Avenger oficial. No es casual que todo esto suceda simultáneamente al principio de la serie, sino que se torna claro a medida que uno va leyendo este segundo volumen que Duggan es un dios poco misericordioso y solo le da cosas a Wade para luego quitárselas una por una y destruir al personaje. Porque esta segunda parte es eso, la destrucción de Wade Wilson. En los siguientes 50 episodios va a perderlo todo, sus amigos, su familia, su felicidad, sus héroes y, por último, a sí mismo. Los chistes están para confundirnos y hacernos creer que esto es una comedia. En realidad es una tragedia encubierta, pero todavía falta para eso.

La mayor adición en esta segunda serie son los Mercs, un grupo de mercenarios pintorescos de poca monta que Deadpool contrató para que se vistan como él y así poder estar en todos lados a la vez. Son personajes muy copados y uno siente que solo están acá para ser presentados antes de irse a su propia serie (lo que efectivamente hicieron), así que no me voy a detener mucho en ellos, excepto por el más importante: Madcap. ¿Se acuerdan de Madcap? El ser inmortal payazesco e inofensivo que no podía sentir dolor y fue solo una molestia para el Capitán América o Ghost Rider hasta que quedó accidentalmente atrapado en la mente de Wade como una voz secundaria y sufrió la mayor tortura imaginable (no, no solo ser escrito por Daniel Way) al empezar a sentir dolor por primera vez, y no solo dolor tranquilo, sino toda la tortura física a la que se somete Wade issue a issue. Cuando se separaron, Madcap quedó traumatizado por la experiencia y decidió hacer pagar a Deadpool por ello. Esto simboliza otro gran agregado de Duggan a la serie. Por primera vez en veintitantos años le da a Deadpool un enemigo definitivo, original y a su altura, otro inmortal regenerativo que lo odia por las mismas razones por las que se odia a sí mismo y que es tan creativo como él a la hora de ejercer violencia. Madcap entra en los Mercs porque Deadpool le tiene pena por lo que pasaron juntos y quiere tenerlo cerca, pero le sale por la culata y termina con un lunático vestido con su traje atacando a inocentes y torturando a sus seres queridos. Al final Madcap se auto-pulveriza a nivel celular solo para demostrar que aun así puede regenerarse y escapa, convirtiéndose en un fantasma a la vuelta de la esquina amenazando con destruir todo lo que Deadpool construyó.
El segundo arco argumental, “Deadpool Vs Sabertooth”, no aporta mucho a la historia pero sí al personaje. Nuestro Pagliacchi sale a buscar pelea con cualquiera que se lo merezca (o que él crea que se lo merezca) y se las agarra con Sabertooth porque cree que él mató a sus padres, cuando en realidad fue Deadpool quien los mató cuando era controlado por Butler. Creed acepta la culpa porque no quiere que se mortifique por eso pero al final Wade descubre la verdad de todos modos y parece que va a volver a caer en un pozo depresivo, pero decide que ya no vale la pena preocuparse por el pasado y que lo mejor es solo concentrarse en lo que tiene: su familia, sus amigos y su estatus como héroe. Sabertooth entonces le regala unas ominosas palabras:
“Si fueses inteligente pondrías lo que necesitas en una bolsa, te subirías a una moto y pondrías detrás el desastre que es tu vida”
A partir de entonces todo empieza a ir cuesta abajo. En un innecesario crossover con la horrible Civil War 2 los Mercs traicionan a Wade y se van a su propia serie. Preston, que cuida a su hija, no lo quiere tener cerca por miedo a que le pase algo a su familia. Shiklah está hasta las pelotas de que su marido no le dé bola por andar ocupado haciéndose el héroe y empieza a cuernearlo con media Monster Metrópolis. Y a todo esto le sumamos la amenaza constante de Madcap, que sigue complotando para destruir a nuestro protagonista. Pero al menos le quedan los Avengers, ¿no?
INTERLUDIO: UNCANNY AVENGERS
Esta serie no es Deadpool pero es esencial leerla para complementar la lectura del run de Duggan, principalmente porque él la escribe y Wade es prácticamente el protagonista. Uno creería que en un equipo de Avengers en el que esté incluido el Mercenario, él solo estaría para tirar chistes y que el resto lo ignore, y si la serie la hubiese escrito alguien como Bendis seguramente habría sido eso, pero Duggan aprovecha su serie paralela para redimir al personaje ante el resto de los héroes. En el primer capítulo Spider-Man renuncia al equipo porque no acepta luchar junto a Deadpool (aunque simultáneamente comparten una serie, vamos a ignorar eso) y el resto tampoco lo acepta con brazos abiertos. Una actitud muy hipócrita porque es Deadpool el que les financia todas las operaciones y les da gratis una base. Créase o no, Wade es el más sensato del grupo, no tira muchos chistes y es efectivo a la hora de resolver los problemas, incluso más que otros miembros del equipo como Quicksilver o Synapse.

Esta serie (al menos los 23 capítulos que escribe Duggan) son muy entretenidos y divertidos de leer, incluso sin ser fan de Deadpool. La acción es impresionante, los giros de la trama realmente se sienten como que alteran el status quo y a Duggan no le interesa pasar desapercibido. Él agarra los sucesos de otras series y los usa como punto de arranque para un arco argumental interesante, ya sea la muerte de Hulk en Civil War 2, la fusión de Ultron y Hank Pym en Rage of Ultron o la búsqueda del cerebro de Xavier que comenzó Remender en volúmenes anteriores del mismo título.
Pero volviendo a Deadpool, en los Uncanny Avengers logra reconciliarse de alguna forma con sus compañeros Vengadores y corregir aunque sea un poco la imagen que todos tienen de él. Varias veces en ambas series Wade plantea que se vende a sí mismo como un idiota para evitar que las personas se le acerquen y, a la vez, para nunca decepcionarlos.
El producto derivado de esta serie es la relación de Wade con Rogue, no algo romántico sino una especie de entendimiento entre almas similares (aunque hubo un par de besos succionadores de poderes en el medio). Esa relación va a ser importante más adelante en la historia de Deadpool.
Al final del run de Duggan en la serie, el Capi (ya joven de nuevo y mentalmente alterado para ser de Hydra) deshace el Escuadrón Unidad, despide a Deadpool y lo deja con una base de operaciones abandonada y destruida por Ultron. ¿Se acuerdan cuando dije que el mayor miedo de Wade era decepcionar a sus héroes? Bueno, es exactamente lo que sucede. Y así con un equipo fracturado, sin hogar al que regresar y con la voz de Steve Rogers en su cabeza diciéndole que no es lo que él esperaba, Duggan deja a los Uncanny Avengers y pasa la antorcha (ah, y también recuperan el cerebro de Xavier, pero eso es una nimiedad).
PARTE CINCO: HASTA LA MUERTE
Hablemos del capítulo #20. Con su vida otra vez hecha pedazos, Wade se encuentra con una adolescente a punto de suicidarse. La escena inmediatamente nos recuerda a esa de All-Star Superman que todos conocemos, y sorprendentemente no es la única referencia que Duggan va a hacer a Grant Morrison antes de cerrar la serie. Wade volvió a caer en desgracia y se enfrenta a un problema que no puede resolver matando, de hecho es todo lo contrario. Es un capítulo unitario muy fuerte porque el suicidio adolescente es una temática muy compleja y no existe una solución que pueda narrarse en una historieta de veinte páginas. Ver al peor de todos nosotros poner su granito de arena en pos de esa lucha es simplemente sorprendente, y uno de mis capítulos favoritos de Marvel en general.
Casi me olvido de mencionar un capítulo muy importante, el One-Shot “Deadpool: Last Days of Magic”, un crossover con Doctor Strange que puede leerse solo y que le da una conclusión horriblemente trágica a la historia de Michael, el necromante que dio inicio a tooooda esta aventura. Las últimas páginas de este capítulo son brutales y representan lo que significa ser amigo o siquiera estar relacionado con amigos de Deadpool, como si éste fuera un veneno que afecta todo lo que toca.

A pesar de haberlo perdido todo, a Wade todavía le queda su hija y su familia extendida, protegidos por Preston. Desgraciadamente Madcap decide volver para acabar con todo eso y deja a todos excepto la propia Preston en coma y al borde d la muerte por culpa de un bio-virus sin cura. Incluso derrotar a Madcap no va a salvarlos, por lo que Deadpool vende su alma al diablo (otra vez) y consigue que cierto viajero del tiempo le sintetice una cura en el futuro. No, no es Cable, sino su clon malvado Stryfe, que a cambio de la cura lo convierte en su asesino personal.
La trama de Shiklah y los monstruos explota en el arco “TIL DEATH DO US”, que es realmente malo, tan malo como “Dracula’s Gauntlet”, al que sirve de secuela. Es crossover con la serie de los Mercs y Spider-Man/Deadpool que solo sirve para que Shiklah finalmente se decida a conquistar la Tierra junto con su ex Dracula y que Deadpool tenga que detenerla. Es otra historia innecesariamente larga que lleva a una pelea final de película cuya conclusión no sorprende a nadie. Al final Shiklah detiene la guerra y se va con Dracula, abandonando a Wade finalmente. Otra pérdida más para Pagliacchi.
Shiklah no es un personaje particularmente interesante, y a nadie le importa lo que le pase a ella. Lo que sí nos importa es cómo ella afecta a Wade, por lo que su ausencia se siente. Sin embargo sabemos que no es un adiós gracias a un experimento interesantísimo de Duggan que se va desarrollando a lo largo de toda la serie. ¿Se acuerdan de los “capítulos de archivo” de la serie anterior? Bueno, en este segundo volumen Duggan hizo todo lo contrario y escribió la saga del futuro, capítulos que suceden en 2099 (sí, ese 2099) y nos muestran un pantallazo al porvenir. Es interesante porque hasta ahora nunca nos habíamos planteado los efectos a largo plazo del factor regenerativo, y la respuesta es que sí, ochenta años después Wade sigue vivo, pero es un anciano decrépito con la memoria más convenientemente mala del mundo. Capítulo a capítulo me asombra más cómo Duggan puede manejar no solo múltiples historias simultáneamente y que todas se afecten entre ellas, sino el hecho de que escribe al mismo tiempo la serie en el presente y en el futuro sin que ninguna spoilee a la otra y que ambas se mantengan interesantes.

El arco del 2099 nos presenta a dos Deadpools nuevas: por un lado Warda, una hija secreta de Wade y Shiklah que maneja a la mafia de los Bobs y que tiene secuestrado a nuestro Deadpool para sacarle información respecto al paradero de su madre. Así nos enteramos que Shiklah volvió de su exilio con Dracula y hubo una guerra que Deadpool ganó, aunque no sepamos cómo (y él tampoco). La otra Deadpool es Ellie, la hija de Wade y Carmelita, que quiere rescatar a su padre. Tal y como nos habían revelado en el arco de Sabertooth, Ellie es una mutante, y cuando ambas pelean y ella libera su poder es una escena alucinante, pero eso sí que no me gustaría spoileárselo a nadie. Al final la familia Deadpool logra reconciliarse y nos indican que, eventualmente, va a haber un final feliz para Wade, o al menos que las cosas van a mejorar. ¿Y dónde está Shiklah, entonces? Ese es otro giro de la trama increíblemente inteligente y tierno de parte de Duggan para cerrar al personaje de la reina demonio que no puedo ni expresar en palabras.
“Ella es la única bala que nunca pude esquivar”
Volviendo al presente, hay un capítulo que sirve de preludio a Secret Empire, la historia donde Steve Rogers, manipulado mentalmente por el cubo cósmico para ser un agente de Hydra, domina Estados Unidos y se vuelve el enemigo más difícil de enfrentar para los héroes del universo Marvel. En esa historia unos viajeros del tiempo vienen del futuro para evitar el Imperio Secreto del Capitán América. Deadpool está desesperado por demostrarle al Capi que puede ser un buen soldado, así que lo ayuda a derrotar a estos enemigos del futuro, sin saber que está ayudando al ascenso de Hydra. El que sí empieza a sospechar algo es Phil Coulson, y Steve se da cuenta de eso. Esa historia no va a tener un final feliz.
El #30 de este volumen es una aventura unitaria de 80 páginas sobre Deadpool viajando al espacio en busca de un arma para derrotar de una vez por todas a Madcap. No aporta casi nada a la trama principal pero es una divertidísima aventura espacial llena de destripamientos, cameos, muchas referencias (desde Steven Universe hasta Alien) y muchos pero muchos chistes. Tener el cuádruple de espacio le permitió a Duggan hacer cierto humor que no tiene lugar en una historia más comprimida (como gastar tres páginas de malentendidos o hacer que aparezca un personaje invitado en una página solo para que se vaya en la siguiente). Lo que más me gusta de este capítulo es que Duggan le permite respirar al personaje y se dedica a hacer todas las bizarreadas que le quedaron en el tintero por última vez antes de embarcarse en la última parte de su run, la más oscura y emocionalmente demoledora de todas.
PARTE SEIS: SECRET EMPIRE
Ya lo dije antes pero tengo que decirlo de nuevo: Duggan es un genio a la hora de adaptar sus guiones al universo compartido. Si hay algo interesante sucediendo en otras series él va a agarrarlo y convertirlo en una parte vital de su propia historia. Los tie-ins de Deadpool de Secret Empire no son solo un cruce comercial e insignificante con otros héroes, sino que afectan permanentemente al personaje. A pesar de haber asesinado a cientos de personas en toda la serie, Wade cruza una línea muy importante cuando el malvado Steve Rogers lo envía a asesinar a Coulson, el único capaz de prevenir que Hydra domine el país. Y Wade cumple con su misión y real y canónicamente asesina al Agente Coulson porque si la orden viene del Capitán América entonces debe ser lo correcto. Y entonces Hydra gana y Deadpool se convierte en un agente fascista y traidor. La primera en descubrirlo es Preston, así que Wade la destruye y se queda con los pedazos. Hasta él se da cuenta de que todo está mal, pero si lo admite y se une a los rebeldes entonces eso significa traicionar a Steve Rogers, y Wade está tan desesperado por la validación de su héroe que no puede aceptar que tal vez los héroes pueden traicionarnos a nosotros.
Todo este arco es muy deprimente, y cuando finalmente Deadpool hace lo correcto y ayuda a Maria Hill a salvar New York y potencialmente el resto del país, ella lo traiciona y le roba el crédito. Los héroes ganan, pero Deadpool sale del imperio de Hydra como un traidor y un asesino. Su hija finalmente lo abandona y con ella cae la última ficha de esta secuencia de dominó que es la vida de Wade.
Repasemos: Wade pasó de ser un Avenger famoso, millonario, casado, con socios y una familia a ser un paria odiado por todos los héroes, abandonado por su esposa y su familia, con la culpa de haber asesinado a sus padres, con el miedo de que un psicópata invencible asesine a sus seres queridos, pobre y arrepentido de haber seguido al único hombre que creía incorruptible. Cada vez hay menos chistes y la tragedia es más clara.
PARTE SIETE: LA MUERTE DE DEADPOOL (OTRA VEZ)
Hay un cambio de numeración poco relevante al comenzar los últimos tres arcos argumentales: “DEADPOOL KILLS CABLE”, “BUCKET LIST” y “THE MARVEL UNIVERSE KILLS DEADPOOL”, pero los tres son parte de algo más grande que es Duggan atando todos los cabos sueltos y cerrando la historia. Recordemos que a Wade no le queda ni su alma porque se la vendió a Stryfe con tal de salvar a su familia y ahora le debe cuatro muertes: Cable, Evan y dos mujeres aparentemente inofensivas. Lo que más me hace ruido de esta última parte es cómo se dramatiza que Deadpool asesine a ciertas personas cuando es un genocida reconocido. Supongo que tiene que ver con que esta vez él siente que estos objetivos no merecen morir, pero igual se siente un poco hipócrita las dramáticas escenas en las que mata a un personaje random. Y están muy bien escritas, por lo que es una pena.
Por supuesto que se las arregla para no tener que matar a Evan y a Cable, pero no deja de ser tortuoso verlo ir en contra de los pocos amigos que le quedan. La historia con Cable tiene un argumento ingeniosísimo en el que los quilombos de viajes en el tiempo se explotan a la infinita potencia y explicitan todo lo que uno siempre se pregunta cuando suceden historias así. Por ejemplo, ¿no sería más fácil ir a matar al villano antes de que se convierta en el villano? ¿O no puede simplemente ir el malo al pasado a matar a nuestro héroe? Todas esas cosas se plantean y suceden al punto en el que es irritante lo imposible que es luchar contra dos viajeros del tiempo. Guion 10/10.

Casi cerrando la historia Deadpool se enfrenta uno a uno a los personajes con los que tiene que cerrar asuntos, ya sea el Steve Rogers malvado de Hydra (el ya conocido como Stevil Rogers), Rogue, los Avengers, los Mercs, Madcap o el verdadero Capitán América. Es en esos encuentros que se da cuenta que toda chance de redención que le quedaba después de pasarse a Hydra la perdió cuando mató a Coulson. Y es por eso que Wade entiende que ya no puede seguir viviendo.
Exacto, la conclusión a esta historia es que Deadpool quiere morirse de una vez. Ya no se banca más toda esta mierda, pero es bastante difícil morirse para alguien con un factor regenerativo, así que pone precio a su propia cabeza para que todos los villanos de la Tierra ideen una forma de acabar con él. Casualmente el que más chances tenía de lograrlo, Madcap, lo dejó en paz y se fue, porque se dio cuenta de que nunca va a poder hacerle más daño a Wade del que él mismo se hizo. Esa conclusión para la rivalidad inmortal entre estos dos que compartieron un solo cerebro es casi poética después de las brutales batallas que tuvieron a lo largo de la serie.
Pero nadie puede acabar con Deadpool, así que él mismo tiene que acabar con el trabajo. Antes de eso igual tiene una persona más con la que cerrar algunos asuntos, y esa persona es el propio Duggan. Sí, y la comparación con Animal Man no se nos escapa ni a nosotros ni a Wade, que le dice en la cara a su guionista que se está copiando de Morrison sin carpa, y aunque sea solo un chiste no puedo evitar hacer la comparación con la serie de Vertigo porque ambos finales se sienten muy parecidos. Tanto Buddy con Wade terminan sus historias con complejas tramas de viajes en el tiempo, perdiéndolo todo, atravesando crisis tras crisis y yendo hasta el infierno (o el limbo) solo para encontrarse con sus creadores y reclamarles un poco de felicidad (Buddy le ruega a Morrison, Wade pela el arma y mata a Duggan). Por supuesto que no estoy comparando a Grant Morrison con Gerry Duggan ni tampoco poniendo en el mismo nivel a Deadpool con Animal Man, pero se entiende cómo la obra de Morrison es una influencia muy fuerte en esta historia más allá del chiste.
La muerte de Duggan es tan literal que en los créditos aparece como el guionista solo hasta su muerte, y a partir de ahí co-escribe el propio Deadpool. Wade se venga de su Dios y luego lo termina todo, usando las drogas de control mental de Butler al nivel de una sobredosis mortal y termina con su sufrimiento. ¿Se acuerdan de la mente de Deadpool? Ese espacio gráfico donde se refleja la psiquis de Wade. Bueno, con la sobredosis todo es destruido. Todos los recuerdos, todas las relaciones, todo lo que alguna vez le importó a Wade se hace cenizas, pero también todo lo malo: la culpa, los amigos perdidos, las decepciones y los desamores también son olvidados para siempre. Literalmente queda en estado vegetal y por fin puede descansar.
O no, porque Deadpool es demasiado popular y ya hay otro guionista preparado para seguir la serie, así que Wade despierta y es nuestra peor pesadilla: un payaso violento que grita “chimichangas” y no le importa nada ni nadie. Todo el conflicto, toda la profundidad, todo el drama y la estructura argumental construidas en casi 100 capítulos se pierden y volvemos al punto donde lo dejó Daniel Way. Y así termina Deadpool.
Hay un último epílogo de dos páginas donde volvemos al 2099 y vemos el verdadero final feliz con Wade y sus hijas y prefiero quedarme con eso, porque si mi final es que retrocedemos cinco años en el desarrollo del personaje entonces me pongo a llorar sobre el teclado.
CONCLUSIÓN
Esto se hizo infinito, pero no quería dejarme nada en el tintero. Duggan tiene tantos trucos a la hora de escribir sus guiones que si no los elogiaba iba a sentir que no le hacía justicia. Después de cinco años y 95 capítulos de historias, ¿podemos decir que el Deadpool de Duggan es de calidad? Sí, definitivamente. Sin dudarlo puedo decir que es la mejor serie propia que tuvo el Mercenario en toda su existencia (aunque la competencia no sea mucha). Pero no es perfecto, tiene muchos problemas hay que ser justos y mencionarlos.
En primer lugar, hay varios problemas con el humor. No digo que no sea una serie graciosa, pero si uno lee la serie toda de una se da cuenta de que se repiten varias veces los mismos chistes o que se hacen referencias a cosas muy puntuales que leídos fuera de su publicación original solo dan vergüenza (como cuando en el primer arco Wade dice que si se muere al menos no va a tener que escuchar el Gangam Style…). Además a veces el chiste es demasiado rebuscado y en el segundo que tardás en pensarlo ya dejó de tener gracia. Al menos el humor es más de masturbación y necrofagia y menos de culos y pedos como los que hacía el guionista anterior.
Otro problema que sentí al terminar la serie es que dejó muchos cabos sueltos, lo que molesta más cuando se nota que Duggan se tomaba muy en serio dejar plantadas semillas de historias para continuar luego. Por ejemplo, en el 2099 Iron Fist le muestra un extraño objeto a Deadpool y le dice que es un asunto que tienen que cerrar y que jamás vuelve a mencionarse. En el arco de Sabertooth, Wade le dice algo al oído a Magneto y nunca nos enteramos qué fue (o al menos no en las series que escribió Duggan). Hay otras cosas sin resolver pero que quedan a la imaginación del espectador, como qué sucedió con Ellie entre que abandonó a Wade y el 2099, o cuándo nació Warda, o quién es la misteriosa figura femenina que apareció al principio de la serie y vuelve 90 capítulos después a perdonar a Wade antes de desaparecer de sus recuerdos para siempre (yo tengo entendido que es Carmelita, pero también podría ser su madre).
Pero el peor problema de toda la serie son los arcos argumentales innecesarios, esos que no aportan nada a la trama a largo plazo ni tampoco son graciosos o desarrollan mucho al personaje. En criollo, el relleno. Las sagas de Shiklah o los crossovers con otras series son el mayor ejemplo de esto. Son baches innecesarios que manchan un poco la serie.
En fin, incluso con todos esos problemas no deja de ser una serie muy disfrutable que pueden leer los familiarizados con el Mercenario o los que quedaron manija con las películas. Ambos se van a llevar una sorpresa agradable con toda la profundización del personaje y las complejas vueltas de tuerca de la trama. A algunos incluso puede gustarles el final (yo no estoy entre ellos) en el que el guionista realmente destruye a Deadpool, aunque eso implique destruir todo lo que construyó en el proceso. Recemos que Skottie Young siga la posta y no deje caer a este personaje que de la mano de Duggan llegó a niveles insospechados para un payaso que solo es famoso por romper una pared.
