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The Divided States of Hysteria

Howard Chaykin con la correa suelta

The Divided States of Hysteria

Hermoso es escribir sobre un comic que haya levantado tantas quejas por todos lados. Más interesante aún es que Howard Chaykin todavía siga creando historietas y que, por suerte, a sus sesenta y pico de años, siga sin tener pelos en la lengua y escriba y dibuje lo que se le canten las pelotas. Allá por Comicopolis 2015 pude conocerlo y aparte de firmarme mi Black Kiss y la mini de The Shadow con mucha onda, durante la charla conocí justamente a eso: un autor que va contra todo, que putea al que tiene que putear, dice lo que tiene ganas de decir y que todavía tiene mucho para dar. Y hablo de un tipo que, aunque muchos no recuerden, cambió para siempre muchas cosas dentro de la historieta. Un maestro influyente, hoy perdido en un sinfín de dibujantes y guionistas que sin darse cuenta demuestran en sus laburos influencias de este monstruo que sigue dándole a los lápices.

Vamos a lo que compete. The Divided States of Hysteria empezó a publicarse casi a fines del año 2017 en Image Comics y fue reunida en un TPB en Enero de este año. Son 6 numeritos en los que Chaykin da rienda suelta a sus propias visiones del presente que esconde detrás de una historia de ciencia ficción que nos transporta a un futuro no muy lejano. Ahí es donde el comic gana: nos está hablando de un futuro que puede o no llegar a ser, pero cuando miramos el presente y leemos las viñetas pensamos “bueno, pero esto está pasando justo ahora…”.

Sin pelos en la lengua y sin pedirle disculpas a nadie, Chaykin nos cuenta las peripecias de Frank, un agente venido a menos que recluta a un par de personajes para salvar a Estados Unidos de una conspiración que busca derrocar el poder establecido y dejar en cenizas a todo aquel que se oponga. Con el presidente muerto y un país casi en estado de sitio, sumido en el más profundo terror, nos vamos enterando de a poco quienes son los que conspiran y de donde vienen.

Más interesante aún es el plantel que Frank reúne para salvar el país y de paso limpiar su nombre: Henry Noone, un negro detenido por cometer asesinatos de tipo racial, Christopher Silver, una trans detenida injustamente por cometer asesinatos en legítima defensa, Paul Evan Berg, un asesino caza fortunas y John Nacamulli, un psicópata con serios problemas para manejar la ira.

Con grandes dosis de humor negro, Chaykin nos muestra como todos estos personajes interactúan, como tratan de traicionarse entre sí y como cada uno camina en busca de un bien personal, importándoles muy poco el país en el que viven. Sin embargo, algunos de ellos terminan transformándose en héroes al final de la historia.

Imagen eliminada.

Los lápices de Chaykin ya no son lo que eran. Eso no voy a negarlo: lejos quedaron los días de American Flagg , Blackhawk o Time2, por poner unos pocos ejemplos. Más desprolijo, quizás más estático, los dibujos muestran cierto cansancio autoral pero sería muy poco justo no decir que ciertas escenas son espectaculares y que el color está bien utilizado. Chaykin todavía sabe narrarnos escenas violentas y de acción de una manera sumamente particular y personal, aunque muchos a veces pensemos que todos los personajes que dibuja son calcos de Reuben Flagg, recordado protagonista de su obra maestra “American Flagg”.

Imagen eliminada.

En lo que realmente gana The Divided… es el guión, en esa constante denuncia y situaciones que asustan y por momentos te hacen levantar y decir “la puta madre, estamos condenados…”, que es, probablemente, la causa por la cual mucha gente salió a repudiar al comic en cuestión. Es un trabajo muy visceral e incómodo de leer. Tan incómodo como mirar las noticias o leer el diario y mucho más directo. Chaykin nos salta a la yugular sin demasiadas concesiones, haciendo que lo odiemos pero también por momentos obligando al aplauso por la manera en la que está denunciando lo que pasa todos los días en el mundo real.

Alejado un poco de las típicas temáticas pulp que Chaykin frecuenta en sus historias, tenemos en su lugar una obra de ciencia ficción más de corte realista que hace preguntas y no se preocupa demasiado en dar respuestas. Pareciera que el maestro está buscando que el lector vaya cuestionando las situaciones del comic y haga un laburo interno acerca de lo que está bien y lo que está mal. Inevitable es comparar estas páginas con lo que sucede en el día a día en el mundo en general. El acierto más turbio del comic es la universalidad de la historia. La historia podría haber ocurrido tanto en EE UU como en cualquier otro país del mundo.

Resumamos todo en la frase "el maestro no deja títere con cabeza". Es interesante que un tipo de la edad de Chaykin tenga guardadas estas obras en su cabeza y que no esté demasiado conforme. Podrá gustar o no, pero tiene algo para decir y The Divided… es eso: lo que él tiene ganas de decir, le guste a quien le guste. Crítica social, política, cultural y más en cuestión de 6 numeros que nunca bajan un cambio.

De paso, en el TPB está la explicación sobre la censura del cover #4 y de porqué decidió cambiarlo. Una explicación que es un gran “bue…giles”.

Una obra interesante, que no es para todos los gustos pero que puede abrir debates interesantes entre aquellos que se atrevan a darle una oportunidad. Mis aplausos a Chaykin por arriesgarse a todos los palos y también a Image Comics por abrir camino para que obras como estas no se pierdan y logren un lugar en los estantes.

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Escrito por:
Tomas Bianchi
Tomas Bianchi
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