Doomsday Clock, la obra de Geoff Johns y Gary Frank, nos presenta su octava entrega, y en esta ocasión otro número con mucha acción y un ritmo más elevado en comparación a su arranque.
Johns decidió por fin abandonar tanta construcción y referencia a la mitología del universo DC y su arqueología infinita, para avanzar con la trama. Desde la portada del número 1 nos prometían Dr. Manhattan y Superman, y ambos se hicieron rogar. Al Doc le tocó en el número anterior, y en este vamos a tener, por fin, al hombre de acero como protagonista.
No hay mucho que analizar, pero vamos a hacer un paneo rápido de todas maneras.

¿De qué va la trama?
Superman por fin entra en escena. Y como sugiere la portada, Ozymandias va a mover los hilos para crear un escenario que le convenga.
Tras fallar en el diálogo con nuestro querido Doc, Veidt irrumpió en la Casa Blanca y obtuvo algún tipo de información o documentos. Lois Lane recibe un sobre, el que envió Reggie (Rorschach) en el número anterior. Pero parece que alguien metió mano en el escritorio de Lois, quien recibe un pendrive que contiene información sobre la JSA.
Firestorm va a Rusia y se enfrenta a Pozhar, tras un arranque de histeria y furia provocado por la acusación de pertenecer a la Supermen Theory. En un accidente desafortunado, Firestorm pierde el control de sus poderes y convierte en vidrio a muchos civiles. La tensión internacional crece.
Encuentro con Black Adam, paneo de Kahndaq.
Firestorm, que logra revertir la situación de una de las víctimas y vuelve a Rusia con Superman para salvar a los civiles que afectó previamente. Los héroes rusos y el ejército son estúpidos (¿son?) y atacan a Firestorm, destruyendo con disparos o movilizaciones de tanques las "estatuas" de vidrio en las que se convirtieron los civiles, lo que detona que Superman se oponga a las fuerzas militares y entre en batalla con los héroes rusos. Y al parecer Firestorm se vuelve Speedball pre-Civil War y explota. Literalmente, explota. Masacre. Pero Batman dijo que la lectura de energía no era de firestorm, sino otra cosa. Obviamente la explosión fue color celeste Manhattan. ¿Taquiones?¿Bubastis? Y al final, obviamente, vemos a Ozymandias sonriendo, y un traje de militar ruso tirado al costado. Ya tiene el conflicto que quería.
Más JSA
La JSA, siendo uno de los misterios y focos del comic en cuestión, vuelven en esta entrega. ¿El pendrive que recibe Lois estaba en el sobre que le mandó Reggie, o alguien más lo metió ahí cuando ella despotrica diciendo que alguien estuvo en su escritorio?¿Tendrá algo que ver con Ozymandas infiltrándose en la Casa Blanca, o eso solo fue para desatar el conflicto con Rusia?

La JSA estuvo activa durante la Segunda Guerra Mundial, pero lo que no queda claro es cómo es posible que exista información sobre ellos, ya que fueron borrados de la continuidad por el Dr. Manhattan, quien modificó la línea temporal para que Alan Scott nunca sea Green Lantern. Cómo es posible la existencia de este video es otro misterio. Lois no los conoce, y al parecer es lo mismo con todos excepto Johnny Thunder.
¿Quién es quién?

De izquierda a derecha:
Black Eagle, Red Star, Lady Flash, Vladimir Putin, Pozhar, Negative Woman y Vostok.
No hay mucho que agregar, ya los vimos en el número 5 de la serie. Varios personajes están muertos en teoría, pero acá aparecen vivos como si nada. Black Eagle es un personaje nuevo que hereda nombre. Pozhar por suerte es su versión pre N52 (¿por qué? No sé, Rebirth).
En Khandaq vemos a Giganta y al Creeper. Interesante verlo acá, porque en números anteriores se lo referenció pero no le encontré sentido. Bueno, no es como que haga mucho acá, tampoco, excepto aparecer y darle una manzana a un chico, haciendo un paralelismo con el principio del número, donde un chico está robando una manzana en Metropolis.
La furia de Firestorm
Firestorm es un personaje que brilla por ser impulsivo, y acá no es para menos. Usado como el personaje estúpido que arruina todo, el buen Ronnie no podía usar su poder para afectar materia orgánica. Pero esta vez pudo. ¿Deus Ex Machina para la trama? Hmm... NO.
La realidad es que sí puede, pero no lo hace como una suerte de inhibición inconsciente. Por ende, cuando trata, no puede. Es como un autolímite que se pone para no descajetar el universo. ¿Se acuerdan de Gehenna, la novia de Jason Rusch? Acá les dejo un Black Lantern convirtiéndola en sal.

Particularmente no me molestó que Johns y Frank omitieran la cabeza flotante del Dr. Stein, pero le saca un poco de profundidad al personaje, solo viendo/leyendo/ escuchando la parte insufrible de Ronnie.
Black Adam y Kahndaq
El querido Black Adam es otro personaje que se hizo desear. Recibe a Superman con cortesía y le dice sin tapujos un par de cosas en la cara. Kahndaq es una nación que recibe a cualquier metahumano sin problemas ofreciendo seguridad. Black Adam no confía ni en Estados Unidos ni en Rusia. Es el personaje neutral del conflicto mundial, ofreciendo un santuario libre de enfrentamientos entre héroes o villanos. Conozco a un par de mutantes de la competencia que les vendría bárbaro un Black Adam. Hay un poco de ideas recicladas de la WWIII o de 52, pero este enfoque de Black Adam me parece maravilloso y mil veces más interesante que el retrato de "ser el villano de Captain Marvel Shazam".

Superman, agente del mundo
Se usa mucho la idea de Superman siendo el único héroe del mundo en el que toda nación parece confiar. Un héroe que no responde a un gobierno sino a los intereses del planeta. Tiene permiso para entrar en otras naciones sin que se considere invasión ni conflicto. Suena hermoso y lógico, así debería ser en un universo coherente. Pero, ¿fue siempre así? Hubo ocasiones donde Superman luchó por órdenes del gobierno, o donde renuncia a su ciudadanía Americana. ¿Recuerdan Grounded?
Y sin embargo, ahora es utilizado para desatar el conflicto con Rusia. Irónico al mango.
Aprovecho para linkear la nota del compañero Bob sobre encuentros de Superman con presidentes de Estados Unidos, que pueden visitar haciendo CLICK ACÁ)

Conclusión
Un número muy dinámico que supo mantener el ritmo elevado del anterior. Focalizándose en Superman, Johns dejó de lado tanto guiño y referencia para seguir dándole dinamismo a la trama y no entorpecer el ritmo, que fue quizás la crítica más unánime de los lectores.
Gary Frank sigue cumpliendo como el campeón que es, dejando en claro por qué es de los mejores artistas del mainstream en la actualidad, utilizando con muchísima maestría sutilezas y expresiones que dejarían cualquier voz en off o diálogo como algo completamente redundante.
Todo pareciera indicar que Ozymandias va a lograr un mundo parecido al suyo, el de Watchmen. Pero en lugar de armamento nuclear, tenemos metahumanos.
A esperar el noveno número.