La ferocidad del Lobo Feroz
Este trabajo monográfico es autoría de María Laura Di Paolo y Maximiliano Britos, presentado en la Universidad de Buenos Aires como proyecto final en la materia "Teoría y Medios de la Comunicación", cátedra de Carlota Ornani, profesor de prácticos Domin Choi, en la carrera de Artes.
La estructura del presente texto fue modificado ligeramente de su estructura para ser amistoso con los lectores.
Introducción
Tomando como base los cuentos tradicionales de Caperucita Roja (las versiones de Charles Perrault y Los Hermanos Grimm) y Los tres cerditos (de Joseph Jacobs), analizamos la evolución a través de la historia de la figura del “Lobo Feroz”, utilizado como personaje central en el cómic Fábulas (“Fables”, en inglés) de Bill Willingham, quien no repara en enunciar que ambos lobos de cuentos son la misma entidad.
Los cambios sociales y diversos factores culturales provocaron que el niño contemporáneo viva su infancia desconociendo las viejas historias transmitidas oralmente. Pero los cuentos de hadas tradicionales no se desvanecen. Mediante la revisitación, aquello que no puede subsistir se reformula. Fábulas presenta un perfecto ejercicio metaliterario para ser estudiado profundamente.
Como objeto de análisis nos enfocaremos en la representación y cambios en uno de los protagonistas de esta historieta, que también es un conocido antagonista en los cuentos: el Lobo Feroz. Utilizando dicho personaje como foco, podremos contextualizar el rol y la significancia que logró llevar en las historias, las diversas características atribuidas, y su contexto actual.
“Fábulas” de Bill Willingham
El cómic “Fábulas” (“Fables” en el inglés original, DC Comics, sello Vertigo, Estados Unidos, 2002) del guionista Bill Willingham y los dibujantes Lan Medina, Steve Leialoha y Mark Buckenheim, nos presenta una ficción en la que “Fábula”, es el nombre con el que se conoce a esos personajes de cuentos tan populares, que existen realmente y huyeron de su mundo originario porque están siendo exterminados por una entidad conocida como “el Adversario”. ¿Hacia dónde escapan? Hacia nuestro mundo, donde pueden vivir de forma segura ocultándose entre los humanos.
“Caperucita Roja”, versiones de Charles Perrault y Hermanos Grimm
Caperucita Roja es un cuento transmitido de manera oral en un principio y luego en escritos. Charles Perrault fue el primero que recogió esta historia y la incluyó en un volumen de cuentos (1697). Se destacaba por ser, más que un cuento, una leyenda bastante cruel; destinada a dar una lección moral a las jóvenes que entablan relaciones con desconocidos y en el cual la protagonista del cuento muere al final.
Más tarde los Hermanos Grimm (1812), dieron otro enfoque a la historia y escribieron dos versiones más inocentes, y con menos elementos eróticos que las publicadas anteriormente; además añadieron al cuento un final feliz. Se basaron en 3 fuentes: el cuento de Perrault, una versión oral de una chica de buena educación y por último una obra escrita por Ludwig Tieck (Vida y muerte de la joven Caperucita Roja: Una tragedia)
"Los tres cerditos” de Joseph Jacobs
Las primeras ediciones datan de 1852, pero se piensa que es mucho más antigua. Aquí se narra la historia de tres hermanos que deben construir cada uno una casa para protegerse del lobo; así, se precisan las razones y fines en virtud de las cuales los personajes actúan. Encontramos dos tipos de motivaciones: la de los Tres cerditos y la del lobo. La unión o enlace de estas motivaciones son las que terminan dándole sentido al cuento: por un lado, la causa de la construcción de las casas (protección), y por otro, un fin oscuro y malvado.
“Psicoanálisis de los cuentos de hadas” de Bruno Bettelheim
Bruno Bettelheim (1903-1990) fue un célebre psicólogo y psiquiatra infantil. En esta obra, analiza los cuentos de hadas como fuente de transmisión de enseñanzas a los niños. Usando como ejemplos los cuentos más populares de occidente (como Caperucita Roja, Blancanieves, La bella durmiente, entre otros), explica la función moral y emocional que los populares cuentos ejercen sobre los infantes. Al identificarse, temer o comprender los acontecimientos de los cuentos, el niño forma su propio sentido de sentimientos y valoraciones frente al amor, valentía, justicia y muchos otros valores, como parte orgánica de la adquisición de conocimiento y diferenciación entre el bien y el mal. Sin embargo, varias figuras ficticias pueden ser analizadas como representaciones de ciertos valores vigentes según la época, y cierta manipulación por condicionamientos puede ser instalada en la mente del niño. La exploración sexual es condenada, la obediencia es premiada y los valores enseñados son recompensados si se aplican.
Citando al autor respecto al significado de “Fábula”:
«Una fábula es, en su estado original, una narración en la que, con fines moralistas, unos seres irracionales, y a veces inanimados, actúan y hablan como si tuvieran intereses y pasiones humanas» (Samuel Johnson). Ya sea de modo beato o divirtiéndonos, las fábulas afirman siempre, y explícitamente, verdades morales; no hay ningún significado oculto, no queda nada para nuestra imaginación. Por el contrario, el cuento de hadas deja cualquier decisión en nuestras manos, incluso la posibilidad de no tomar decisión alguna. Depende de nosotros si queremos aplicar algo del cuento a la vida real o, simplemente, regocijarnos con los sucesos fantásticos que nos relata. Nuestra propia satisfacción es lo que nos lleva a responder, en la diversión, a los significados ocultos, relacionándolos con nuestra experiencia de la vida y con nuestro actual estado de desarrollo personal." (Bettelheim, Bruno. P. 53-54)

Análisis y resolución de hipótesis
Bill Willingham se toma una gran licencia al presentarnos al personaje llamado Lobo Feroz (Bigby Wolf en el idioma original), sentenciando desde el principio que no es únicamente el que atormentaba jóvenes muchachas con capa roja disfrazándose -referenciando a Caperucita Roja- sino también, quien destruía casas de cerditos -haciendo alusión al cuento de los Tres Cerditos-.
Dejando su pasado atrás y obrando como Sheriff de Villa Fábula (FableTown), “Feroz” (nombre por el que lo llaman sus pares) también es el culpable del mito del hombre lobo en nuestro mundo, pues él puede tomar forma humana a voluntad. Feroz es un ávido fumador, explicando que el tabaco le arruinó los sentidos “lo suficiente para soportar la vida en nuestro mundo”.
El mayor atractivo de Fábulas es la cosmología que utiliza Bill Willingham para dotar de un nuevo sentido y lógica a las creaciones fantásticas de los cuentos de hadas. Todo personaje ficticio existe, tiene una historia, una coherencia y una personalidad. Provienen de un mundo de fábulas y escapan a nuestro mundo, donde podemos verlos actuar entre humanos, adaptándose a un mundo con reglas y valores distintos.
Según Fábulas, Lobo Feroz es hijo de una Loba y del Viento del Norte (lo que le confiere su capacidad de soplar tan fuerte, con lo que derribó las casas de los Cerditos). Procede de diversas interpretaciones de cuentos de la tradición oral como Caperucita Roja o los Tres Cerditos. Llamado por las otras fábulas simplemente “Feroz”, básicamente es la fábula protagónica del cómic. La ley de las fábulas es simple: Si pueden aparentar ser humanos normales, pueden vivir en Villa Fábula (localizada en Manhattan, Estados Unidos). Si en cambio son seres antropomórficos o con otro tipo de apariencia que no pueda mezclarse con la humana, deben vivir en La Granja, sitio ubicado en las afueras de New York. Asimismo, sin discriminar, las fábulas gozan de amnistía al llegar a La Tierra: Todos los crímenes o pecados son perdonados, porque vivir en nuestro mundo implica un inicio nuevo. Lobo Feroz tiene como habilidad poder convertirse en humano, por lo que su estadía en Villa Fábula no es un problema. Al haber ayudado a numerosas fábulas a exiliarse a nuestro mundo desde las Tierras Natales (mundo originario de las fábulas), Feroz se benefició de la amnistía general por sus crímenes como monstruo violento que comía humanos, atemorizaba cerdos intentando devorarlos, o perseguía jóvenes mujeres, entre otros.
Instalado hace muchos años en Villa Fábula, Feroz obtiene el cargo de Sheriff y Jefe del servicio de espionaje. Hombre de palabra, es rebelde e independiente y posee pocos escrúpulos con los enemigos de los exiliados, pero su fidelidad con la causa y los habitantes de la comunidad siempre está fuera de toda duda. Su espíritu libre le llevó a participar en las Guerras Mundiales y a inspirar el mito del Licántropo entre los mundanos (como denominan las fábulas a los humanos). Manteniendo su salvajismo a raya todo el tiempo, su interés amoroso es Blancanieves, una mujer que no parece en lo absoluto la frágil dama de los cuentos de hadas.
La versión de “Caperucita Roja” Charles Perrault comienza como todas las otras versiones, narrando que la abuela le hace una caperucita roja a su nieta y, al enfermarse, necesita que le lleven comida. La niña tenía que atravesar el bosque, donde se encuentra con el lobo. Éste no se atrevió a comérsela entonces porque el bosque estaba lleno de leñadores, así que preguntó a Caperucita adónde iba, y ella se lo contó todo.
El lobo llegó a casa de la abuela primero, fingiendo ser Caperucita, y se comió inmediatamente a la anciana. En la historia de Perrault, el lobo no se disfraza de abuela, sino que simplemente se acuesta en su cama. Cuando llegó Caperucita, el El lobo le pidió que se metiera en la cama con él. Ella se desnudó, se introdujo en el lecho y, entonces, sorprendida al ver a su abuela sin ropas, exclamó, «¡abuelita, qué brazos más grandes tienes!» a lo que el lobo respondió, «¡para abrazarte mejor!» Y continúa con este breve diálogo (que no encontramos en la versión de los Hermanos Grimm, seguido de la famosa serie de preguntas acerca de las orejas, los ojos y los dientes de la abuela, hasta llegar a la última respuesta del lobo, «¡para comerte mejor!», «y, al pronunciar estas palabras, el lobo malvado se arrojó sobre Caperucita Roja y se la comió».
La versión original de Perrault continúa con un breve poema en el que se plantea la moraleja que debe extraerse de la historia: que las muchachas no deben hacer caso del primero que se les acerque, ya que pueden ser devoradas por el lobo.
Los Hermanos Grimm presentan una variación importante de «Caperucita Roja» que contiene, esencialmente, un elemento añadido a la historia original. En esta versión, cuando Caperucita lleva de nuevo unos pasteles a la abuela, otro lobo intenta apartarla del camino directo (interpretado como el camino de la virtud). Esta vez, la niña corre hasta la abuela, se lo cuenta todo y ambas atrancan la puerta, con lo que el lobo no consigue entrar. Al final, éste resbala por el tejado y cae a una balsa llena de agua donde se ahoga de inmediato. La historia termina así: «Finalmente, Caperucita Roja volvió feliz y contenta a su casa, y nadie le hizo daño alguno».
La segunda versión que escriben, en la que aparece la figura del cazador, vemos cómo a pesar de la intención inmediata que tiene éste de matar al lobo, se reprime. No lleva a cabo este objetivo en pos de salvar a las dos mujeres y, en lugar de dispararle al lobo, le abre la barriga con unas tijeras, salvando así a Caperucita y a la abuela. Después de su rescate, es a la propia Caperucita a quien se le ocurre la idea de llenar de piedras la barriga del animal, «y cuando despertó, intentó moverse, pero las piedras pesaban tanto que cayó, reventó y murió». Es posible resucitar de la maldad, como nos dice la historia al final.
Esta nueva versión hizo que Caperucita fuera conocida casi universalmente, y es hoy en día, una de las más leídas entre todos los cuentos de hadas.
Tanto en las versiones de los hermanos Grimm como en la de Perrault, se encuentran varios simbolismos o arquetipos entre los cuales encontramos:
Caperucita: Caperucita es un arquetipo de la inocencia es un personaje joven y muy humano, que profesa un gran cariño, pero que lucha con los problemas de la pubertad; es decir, el deseo de libertad, El deseo de experimentar y de comprender; varios elementos que menciona el cuento se relacionan a los sentidos.
El Lobo: El lobo representa el mal, la astucia y lo masculino asociado a la perversidad y el deseo. También el invierno y la noche que devora todo lo que es claridad. El lobo es un peligroso seductor y se convierte en el asesino de la abuela confiada y de la Caperucita inocente. Es la figura que se impone, tienta y pone a prueba la inocencia de Caperucita. En el cuento de Perrault, el lobo no es castigado.
La abuela: aunque la vejez por lo general está asociada a la sabiduría y la prudencia en este caso el hecho de su edad solamente está justificado por tener una nieta, sin embargo la abuela es un arquetipo de la incapacidad; a decir una mujer indefensa, incapaz de valerse por sí misma.
El bosque: El bosque encarna lo desconocido y al mismo tiempo el peligro; un escenario que oficia como punto de partida para el conflicto, desencadenado por las decisiones de Caperucita.
La caperuza: El color rojo de por sí destaca en los atuendos. Los arquetipos que representa el color, ligado a la naturaleza femenina del personaje, son los procesos de cambio, la pasión, el pecado, incluso la sangre menstrual.
La inocencia de Caperucita que no ve la diferencia entre el lobo y su abuelita; además el hecho de que el lobo se coma a caperucita y a la abuelita ha sido considerado símbolo de una doble violación de echo en el cuento de Perrault, narra que en el segundo encuentro de caperucita con el lobo en la casa de la abuelita, en la cama la niña se desnuda y se acuesta con él, al final Caperucita es engullida por el lobo.
También en el cuento de Perrault narra el suceso en el que el lobo ya disfrazado de abuelita, invita a la niña a consumir carne y sangre, pertenecientes a la pobre anciana, a la que acaba de descuartizar. Este puede ser tomado como una invitación hacia el pecado puesto que en la cultura religiosa, más exactamente la judía, era considerado pecado comer la carne con su sangre.

Respecto a “Los tres Cerditos”, esta historia muy apreciada entre los niños nos habla del principio del placer frente al principio de la realidad. Creada por Joseph Jacobs, encontramos que la construcción de las casas de los protagonistas, es básicamente un símbolo de esa evolución deseada en el ser humano. El cerdito menor, poco trabajador y muy juguetón, hizo su casa de paja, material que no requiere de mayores técnicas; el del medio, la hizo de madera, requería un poco más de fuerza y tiempo; y el mayor, construyó una casa en ladrillos, tan sólida como su carácter. En esta parte del cuento se refleja la importancia de la experiencia: el cerdito mayor es símbolo del trabajo y de los buenos resultados. Es posible que la evolución de las construcciones forme parte de un progreso que el hombre requiere para su vida en sociedad.
El ataque del lobo, quien al final no logra su objetivo, y la ayuda entre todos los cerditos, evidencia el apoyo incondicional de la familia en momentos difíciles; igualmente, los resultados de un trabajo mediocre y de poco esfuerzo que terminan dejándonos resultados negativos. Finalmente el reconocimiento del héroe (cerdito mayor) demuestra que los cerditos menores son conscientes de su equivocación y valoran el trabajo realizado por su hermano. El cuento, manifiesta una estructura repetitiva que puede interpretarse como la búsqueda del autor por mantener la atención del joven lector: mediante la repetición de elementos que permiten la retención de los datos importantes de la historia. Así, el cuento es la evolución por la que un individuo necesariamente debe pasar de acuerdo a la adquisición de determinados valores y conductas que la sociedad demanda. “Al vivir de acuerdo con el principio del placer, los dos cerditos pequeños buscan la gratificación inmediata sin pensar en absoluto en el futuro ni en los peligros que implica la realidad, aunque el mediano da muestras de madurez al intentar construir una casa algo más sustancial que el pequeño. De los tres tan sólo el mayor ha aprendido a comportarse según el principio de la realidad: es capaz de posponer su deseo de jugar, y actúa de acuerdo con su capacidad para prever lo que puede ocurrir en el futuro, incluso es capaz de predecir correctamente la conducta del lobo, del enemigo o extraño que intenta seducirnos y atraparnos; por esta razón, “el tercer cerdito puede vencer a fuerzas mucho más poderosas y feroces que él”. (Bettelheim Bruno, 1975. p.53).
El lobo “ha de penetrar en la casa del cerdito, que vuelve a vencer, pues el lobo se desliza por la chimenea hasta caer en agua hirviendo y quedar convertido en carne cocida para el cerdito. Se ha hecho justicia: el lobo, que ha devorado a los otros dos cerditos y quería devorar también al tercero, termina siendo comida para este último”. (Bettelheim Bruno, 1975. p.54). Los tres cerditos representan los distintos estadios del desarrollo humano, y, por ende, la desaparición de los dos primeros cerditos no es traumática; el niño comprende, inconscientemente, que tenemos que despojarnos de nuestras primeras formas de existencia si queremos trascender a otras superiores y que debe aprender por sí mismo sin decirle nunca lo que debería hacer permitiendo que el niño extraiga sus propias conclusiones contribuyendo a su maduración. En algunas versiones más recientes los dos cerditos pequeños sobreviven, lo cual despoja al cuento de su impacto original. Existen algunas modificaciones en que los cerditos poseen un nombre, cosa que disminuye la posibilidad de que el niño los considere como representaciones de los tres estadios de desarrollo. Por otra parte, algunas versiones afirman que la búsqueda del placer impidió que los cerditos pequeños construyeran sus casas más sólidas, y, por lo tanto, más seguras; el más pequeño hace su refugio de barro porque resulta muy agradable revolcarse en él, mientras que el segundo cerdito se sirve de coles para construir su vivienda porque le encanta comerlas. Para atraer a una audiencia más joven Joseph Jacobs hizo algunos cambios para no terminar el cuento de manera tan terrible, cada uno de los cerditos fue refugiándose en la casa del otro, hasta llegar a la casa de ladrillos del hermano mayor, allí cuando el lobo feroz se dispone a bajar por la chimenea éstos preparan una olla hirviendo de trementina y así se quema la cola y huye del dolor a través de la chimenea para nunca más volver. Así ni los cerditos ni el malvado lobo mueren y aprendida la lección viven felices para siempre.
Ahora bien, procederemos a describir nuestro objeto de estudio en las diferentes Fábulas y en el cómic respectivamente. En Caperucita Roja, se infiere que El Lobo Feroz mientras más amable sea, más peligroso se vuelve. Este lobo es seductor, encantador, astuto, manipulador, no obstante, en lo que se refiere al contenido manifiesto de la historia, el lobo no hace más que lo que parece natural, es decir, come para alimentarse. Marca la ambivalencia entre vivir de acuerdo al principio de realidad o del placer, la tienta. “el personaje masculino es mucho más importante y está disociado en dos formas completamente opuestas: el seductor peligroso que, si se cede a sus deseos, se convierte en el destructor de la niña; y el personaje del padre, cazador, fuerte y responsable. Es como si Caperucita intentara comprender la naturaleza contradictoria del personaje masculino al experimentar todos los aspectos de su personalidad: las tendencias egoístas, asociales, violentas y potencialmente destructivas del ello (el lobo) y los impulsos generosos, sociales, reflexivos y protectores del yo (el cazador)” (Bettelheim, Bruno, 1975. p.204). Éste representa todas las tendencias antisociales y primitivas que hay dentro de cada uno de nosotros, representa la maldad, la oscuridad. En el relato de Perrault, el Lobo no devora de inmediato a Caperucita porque tiene miedo de algunos leñadores que merodean la zona y como buen seductor tiene reparos en seducir a una muchacha ante los ojos de otros hombres.
En el relato de los Hermanos Grimm, el Lobo debe eliminar primero a la madre (abuela) ya que dicha presencia evitaba que Caperucita fuese suya, una vez libre de ese obstáculo el camino se allana para actuar de acuerdo a los propios deseos que habían tenido que permanecer reprimidos mientras la madre seguía estando presente, a este nivel, el relato se refiere al deseo inconsciente de la hija de ser seducida por el padre (lobo) y a distinto nivel de interpretación se podría decir que el Lobo no se come inmediatamente a Caperucita, después de encontrarla en el camino porque quiere acostarse antes con ella: un encuentro de tipo sexual tiene que preceder al acto de devorarla.
En los tres cerditos de Jacobs El Lobo representa el enemigo o extraño que intenta seducirnos y atraparnos, es aquella fuerza más poderosa y feroz que el protagonista. “El lobo destructor y salvaje representa las fuerzas asociales, inconscientes y devoradoras contra las que tenemos que aprender a protegernos, y a las que uno puede derrotar con la energía del propio yo” (Bettelheim, Bruno, 1975. p.53). Es un animal evidentemente malo porque nos muestra que solo quiere destruir, pero esa maldad es algo con lo que el niño puede reconocer en su propio interior; el deseo de devorar y sus consecuencias, es decir, la angustia ante la posibilidad de experimentar un destino igual, entonces se observa como el lobo es una externalización, una proyección de la maldad del propio niño y la historia demuestra cómo ésta puede manejarse de modo constructivo. El lobo refleja el principio del placer descontrolado, ya que uno quiere devorarlo todo enseguida sin ver las consecuencias de cara a la realidad, según el cual se consiguen alimentos más inteligentemente. Aquí en este relato, el Lobo feroz recibe su merecido, ya sea sirviendo de comida al cerdito mayor o escapando del agua hirviendo preparada por los tres hermanos.
Conclusión
Según lo expuesto, podemos concluir que los cuentos evolucionan de acuerdo a los tiempos que corren. Así como la sociedad evoluciona y cuestiona ciertas enseñanzas o modos de antaño, la necesidad de actualizar los cuentos de hadas y fábulas varias para que estén en sintonía con el niño contemporáneo y la sociedad en general, son necesarias. El auge del cómic en la población amerita llegada a un público nuevo. Los cuentos son reelaborados y actualizados para comprender la asimilación de los valores en nuestra sociedad, y el trabajo de los autores principalmente intenta actualizar y reinventar elementos ideológicos o morales.
Si bien, en la actualidad, la figura del lobo feroz y sus atrocidades pueden infundir miedo y terror entre los niños pequeños, no se puede negar que en la antigüedad eran utilizados para educar y dejar moralejas que pudieran recordar muy bien para prepararlos para la vida adulta.

Ciertos cuentos pierden vigencia y se deterioran. La sociedad ya no acepta usar figuras que representen cuestiones sexuales o castigos kármicos para condicionar el comportamiento de un niño. Toda historia vieja sometida a un análisis en la actualidad no podría perdurar ni salir ilesa de una crítica. Pero Fábulas reivindica en los tiempos contemporáneos el arquetipo del Lobo Feroz, dotándolo de una tridimensionalidad y humanización características de las demandas de la población en las ficciones actuales, que no se conforman con un simple “porque sí” y necesitan justificar los elementos, accionares y caracterizaciones. Feroz es un personaje complejo que lidia con su pasado de cuentos, convirtiéndose en una persona con un carácter marcado, un ambiente que le teme y una búsqueda de redención por medio de actos, enfrentando incluso a quienes les hizo mal en el pasado. La actualización que padece el personaje es necesaria para que se mantenga vigente entre el público, dotándolo de una nueva popularidad y llegando a la gente no como un arquetipo de maldad ineludible, como una función consecuente a los actos ajenos, sino como un ser con motivaciones reales.
Bibliografía
- Bettelheim, Bruno. Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Crítica, Barcelona, 1994.
- Jacobs, Joseph. La historia de los 3 cerditos, Anaya, Madrid, 2008.
- Perrault, Charles y Grimm, Hermanos. Caperucita Roja, Nørdicalibros, Madrid, 2011.
- Willingham, Bill. Fábulas. DC Comics, Vertigo, Estados Unidos, 2002.