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The Light and Darkness War

Cómo no escribir un cómic bélico

The Light and Darkness War

Buenas historietas bélicas existen, pero The Light and Darkness War no se incluye en ese grupo. TLADW es una miniserie de seis capítulos publicada por Marvel bajo el sello Epic Comics con guiones de Tom Veicht (Star Wars: Tales of the Jedi, Animal Man) y arte de Cam Kennedy (Judge Dredd, Outcasts) entre 1988 y 1999, y es horrible.

La trama es la siguiente: durante la guerra de Vietnam, un equipo de soldados es emboscado por el enemigo y brutalmente masacrado. Todos mueren excepto por nuestro protagonista, Lazarus Jones, que vuelve de la guerra sin piernas, alcohólico, drogadicto y malhumorado. Años después, luego de una incómoda visita al monumento a los caídos en la guerra, acosado por sueños de sus compañeros difuntos, Laz tiene un accidente de auto y entra en coma. En su inconciencia, el protagonista aparece en una nave espacial de piedra rodeado de sus amigos muertos, con las dos piernas y en medio de una guerra espacial. La explicación para esta locura es que, según parece, cuando los guerreros, soldados o cualquier persona que haya tenido algo que ver con la guerra muere, su alma se transporta a esta dimensión donde solo existe la guerra, la Guerra de la Luz y la Oscuridad (¡como el título!). Los que “reencarnan” son del bando de la luz, y su enemigo es la Oscuridad, representada en el villanesco Na, un demonio con el poder de convertir a las personas en demonios zombies que obedecen sus órdenes y luchan con el objetivo de dominar esta galaxia alternativa.

Pero lo que seguro querés saber es “¿qué tiene de malo?”. El concepto es interesante (es un precursor de los ya insoportables isekais japoneses) y el arte de Kennedy hace que la batalla se sienta intensa, pero lo malo acá es el desarrollo. Si la idea era escribir una historia sobre cómo la guerra nunca termina para los veteranos o sobre cómo se puede representar la visión de la guerra desde el punto de vista de los soldados como una batalla épica entre el bien puro (nosotros) y el mal puro (ellos), entonces falla completamente y en su lugar tenemos esta historia escrita por un preadolescente que vio muchas películas de guerra y quiso recrearlas con sus juguetes.

En principio: los personajes son planísimos. Sé que los amigos de Laz (“La pandilla de la luz”, como se hacen llamar) son 3, pero son completamente intercambiables porque ninguno hace nada que lo haga resaltar entre el resto. El villano, Na, es el malo más básico que hay. Es malo porque es malo. De hecho en una de los múltiples anexos del autor se comenta que es hijo de un Mentep (una raza de apáticos seres luminosos con poderes telepáticos y telequinéticos) y una hechicera de un mundo perdido, y esa historia en una línea suena mucho más interesante que todo lo que hace el personaje en seis issues.

Imagen eliminada.

Las mujeres en la historia son un tema aparte. Hay tres personajes femeninos en la historia: la esposa de Laz, Chris, una guerrera de la Galaxia de la Luz llamada Lasha, y Delpha, una chica terrestre con insipientes poderes telequinéticos que es novia de otro personaje. De una u otra forma estos tres personajes van a terminar siendo objetos sexuales para el protagonista (como mínimo). Lo de la esposa es entendible, por supuesto, pero ese es todo el rol que tiene: se lamenta por su marido, espera a que su marido vuelva del coma, se dedica a hacerle la comida y cuidar a su marido cuando vuelve del coma a la mitad de la serie (¡spoiler! ups...), se le insinúa sexualmente mientras él la ignora y al final consigue que él le de bola y se la garche (¡pero hay un giro!). Después tenemos a Lasha, la supuesta mujer fuerte y empoderada de la historia, que apenas llega Laz lo primero que quiere es que le dé bien duro, incluso mientras están torturando a su padre (la secuencia literal es esta: ellos están investigando como rescatar al padre de Lasha, página siguiente están pasándola lindo, página siguiente vemos cómo su padre es devorado por gusanos). Lasha va a continuar deseando a Laz por el resto de la historia y a inventarse una supuesta conexión mística entre ellos dos para justificar entorpecer las misiones bélicas de la Patrulla. Según Mark Burbey en este artículo, en la Amazing Heroes #140Veitch le otorga a estos dos personajes [Chris y Lasha] mentes agudas, personalidades complejas y espíritus independientes que se equiparan al aura sexual que exudan”. Quiero aclarar que la nota la escribió antes de que saliera el cómic, como justificándolo, pero esa cosificación me produce ideas contrarias.

El tercer personaje femenino es Delpha, pobre Delpha. Ya la pasa mal teniendo visiones de la Galaxia de la Luz y que su novio científico la trate de boluda como para encima ser el objetivo sexual del villano. Na la secuestra solo para seducirla, se le mete en la mente y trata de violarla con un cuerpo falso, y ella casi que se deja engatusar por su palabrerío, solo para morirse antes de poder desarrollar esos poderes psíquicos que tanto la hacían resaltar en esta historia que no tiene nada que ver con poderes. Encima en los últimos capítulos Lasha por alguna razón que no terminé de entender insiste en que ella (que tiene novio y ya es acosada por un loco) en realidad ama a Lazarus (¿?) y que literalmente le “pertenece” a Lazarus (¡¿?!). En su lecho de muerte finalmente entiende que ella es un objeto del protagonista con el que nunca habló en su vida, un honor. En la misma nota de antes el autor dice “Ella no es una guerrera, es una exploradora psíquica. Y también es muy buena en la cama”. Sutil.

No puedo no hablar del final, así que si no quieren spoilearse… no sé qué decirles. Básicamente consiguen que Tesla (sí, ese Tesla) les construya un super rayo y en una épica escena le disparan a Na mientras él grita “Yo soy la guerra que nunca termina, el espejo oscuro de la derrota y la desolación, la mente oscura que consume la voluntad de los guerreros, el martillo del dolor, la desesperación de los condenados, la espada del juicio, yo soy Naaaaaaa—“ y se muere. Ese discurso genérico que no te dice absolutamente nada es el perfecto resumen del personaje. Encima todo el clímax que incluye este monólogo se me arruinó completamente porque la revista vino mal impresa y las hojas estaban mal ordenadas. Por un momento pensé que Na, después de que le dispararan, seguía hablando en las mentes de sus enemigos como una especie de espíritu inmortal que en realidad existía en las mentes de los guerreros o algo así, pero no, solo era una mala historia mal impresa. Después de eso nos queda el destino del protagonista: ¿va a volver a su realidad con su esposa? ¿Se va a quedar con Lasha en su mundo de guerra? Ambas de hecho, porque de alguna forma (spoiler: todo lo que mueve a la trama pasa “de alguna forma”) su espíritu despierta en ambas realidades, cuando abre los ojos está en la tierra y cuando los cierra está en la Galaxia de la Luz (otra vez Veitch es un precursor de los peores clichés del animé, en este caso de los vagos finales de los harems). La página final es especialmente horrible, con Laz garchando con las dos minas al mismo tiempo (¡les dije que había un giro!) y con lo que debe ser el peor diálogo que leí en mi vida:

“¡Vivo en dos mundos ahora! ¡Cuando cierro los ojos veo la Galaxia de los Guerreros! Alguien más me está besando allí… ¡Estoy besando a dos mujeres en dos universos! ¿Crees que estoy loco? (…) Sí, loco… ¡loco como un guerrero de la luz que está luchando contra la oscuridad… para siempre!”

Me rio para no llorar.

A pesar de todo no puedo desmerecer ciertas cosas. Como dije antes, el concepto básico de la historia sí es interesante, y el mundo creado por Veitch también. Todos esos anexos expanden esta galaxia que tiene sus propias razas, su propia política, su propia mitología e historia y realmente te vende que puede existir. Incluso tiene lo que debe ser mi parte favorita de este quilombo y es la aparición de Tesla y Da Vinci. Al parecer Leonardo fue a parar a la Galaxia de la Luz y aprovechó los recursos alienígenas para crear armas, naves y mil cosas más con la arquitectura y tecnología de su época. Nadie critica sus conceptos hasta que “reencarna” Tesla con sus teorías sobre la energía y se le opone, pero es censurado hasta que lo necesitan para crear un super rayo. El dilema ideológico-tecnológico era divertidísimo, se nota que hubo mucha investigación detrás y me habría gustado leer más de eso y menos de…

Imagen eliminada.

Menos de eso.

La edición de Epic, fuera del error de impresión, es excelente. Por la calidad de la impresión y el papel realmente no parece que fueran revistas de los ochentas, y por la calidad de las historias que solían publicar (como por ejemplo Stray Toasters) es realmente una sorpresa que la serie haya resultado ser tan… horrible.

A fin de cuentas lo que realmente me molesta no es nada de todo lo anterior. Sí, el sexismo es horrible, la trama se cae sola y los personajes son un queso pero todo eso de última puede ser irónicamente gracioso o solo mediocre. The Light and Darkness War es malo, y es malo porque el mensaje que trata de dar y el que termina dando son completamente distintos. La Galaxia de la Luz no es un lugar horrible de muerte donde el personaje entiende que la guerra es una mierda, no es una metáfora de ‘Nam (a menos que sea una horrible metáfora en la que los enemigos de USA son demonios literales liderados por otro demonio más malo y es divertidísimo matarlos de a miles) ni es una alegoría a la experiencia de los soldados (porque en la Galaxia los muchachos la pasan bastante bien, se cagan de risa entre amigos, todas las minas quieren cogérselos, no hay secuelas permanentes, engañan a sus esposas y tienen aventuras). Realmente, TLADW es una oda a la guerra, pero a la visión sensacionalista de la guerra, la hollywoodense sobre combatientes grosos que salvan al país de los malos. Pero a la vez mezcla la otra parte sensacionalista, la de los veteranos con estrés post-traumático que la pasan para la mierda. Se entiende que el autor quería reivindicar a aquellos que murieron por su país, pero mandarlos a seguir luchando en una “guerra que nunca termina” es la peor forma posible de hacerlo. Es demostrar que al final no entendiste nada.

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Escrito por:
Matias Mir
"El especialista"
Matias Mir
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