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Los Transformers de Marvel Comics

Más de lo que los ojos ven

Los Transformers de Marvel Comics

No puede negarse que la década de 1980 fue regida por pensamientos diabólicos. Los colores flúor, las hombreras, los jeans nevados y Michael Jackson son grandes pruebas de ello. En el cine podía verse a un adolescente viajando hacia atrás en el tiempo para besar a su madre de joven y en el mundo real un actor de cine armaba planes con rayos lásers sentado en el principal sillón de la Casa Blanca estadounidense. Y fiel a estos regímenes malignos, las empresas jugueteras también elaboraban planes maquiavélicos. Entre Hasbro y Mattel la guerra era sangrienta. Se podían ver piezas de Barbies mezcladas con restos de My Little Pony en los campos de batalla. De aquella guerra sin cuartel, Hasbro surgió con una estrategia que probó ser ganadora. El movimiento de ajedrez consistía en armar tres patas para potenciar sus productos: una línea de juguetes de carácter coleccionable ofrecida en waves (lanzamientos de líneas anuales, esquema copiado de otras franquicias como Star Wars), una serie animada que funcionaba como un comercial largo y semanal y una línea de cómics. Para esto último (y en parte, también, para lo segundo) necesitaban un socio que supiera contar historias. Y recurrieron a Marvel Comics.

La sociedad entre Hasbro y Marvel había funcionado muy bien con el relanzamiento de una de las líneas de juguetes más importantes de la empresa fundada por los hermanos Hassenfeld, G.I.Joe. Y en su afán por ganar la guerra por el corazón de los niños, intentaron una vez más su estrategia triunfadora de tres patas. Esta vez la merca, digo, el merchandising para los niños, eran unos robots articulados japoneses, capaces de transformarse en diferentes objetos. Pero la idea de hoy no es contarles sobre como nace la línea de juguetes de Takara-Tomy/Hasbro (para eso vayan a Netflix y vean ese documental tan popular que no voy a nombrar). La idea es hablarle de una de esas tres patas, quizás la más fundamental: los cómics de Marvel de los Transformers

Portadas de los primeros 4 números
Portadas de los cuatro números de la miniserie que terminaría durando 80 números y siete años. El primero con arte del magnífico Bill Sienkiewicz.

Nadie quiere a los cómics de franquicias

La frase del título es una declaración complicada. Las franquicias generalmente provienen de otros medios: el cine, la televisión, los videojuegos. Las editoriales de cómics suelen pasarse el bardo unas a otras con los años y los autores suelen caer en esas labores para pagar las cuotas atrasadas de las tarjetas de crédito. Alien, Terminator, Predator, Sonic, y un largo etc. Sí, no voy a negar que hay muy buenos trabajos y muy buenas historias que salen de las franquicias, para nada. Hay mucho material para contradecir lo que digo al principio. Pero también hay mucho para afirmarlo (y si no me creen, intenten agarrar el primer número de franquicia que encuentren al azar). Pero bueno, enmarcados en esta premisa, pensemos en aquel momento de la primera mitad de los '80, cuando los ejecutivos de Hasbro charlaban con Jim Shooter, por entonces Editor en Jefe de Marvel, y le piden que arme la historia para su nueva línea de juguetes. Shooter le encargó el trabajo al recientemente fallecido Denny O'Neil, quien delineó algunas de las bases que continúan hasta hoy: dos facciones de robots del planeta Cybertron enfrentadas en una guerra civil milenaria, que traen su enfrentamiento al planeta Tierra donde deben disfrazarse como objetos locales para pasar desapercibidos. Los "buenos" poseen disfraces de automóviles y los "malos" de armas y objetos cotidianos, como cámaras fotográficas, radiograbadores y aviones caza (sí, digamos la verdad, el criterio fue "autos" y "no-autos"). Pero O'Neil dejó su aporte en ésto y en un nombre que quedó para siempre: Optimus Prime. El por entonces editor de Daredevil dejó el proyecto, debido a que a Jim Shooter no le cerraban sus ideas, por lo que la cabeza editorial pasó a buscar a otra víctima y cayó en un joven guionista colaborador poco conocido: Bob Budiansky. Y es él quien se encargó de darle forma a este universo. Y con darle forma me refiero a moldearlo entero: nombrar a los personajes, darles personalidades diferenciadas, escribir las biografías y las tarjetas de especificaciones que iban a incluirse en los blisters de los juguetes, etc. y etc. y etc. Y, en paralelo, le tocó editar lo que iba a ser la miniserie de cuatro números que se usaría para presentar la historia al público.

80# in a four-issue limited series...

Los Transformers llegan al público por primera vez cuando sale el primer número de su serie limitada. Antecediendo por muy pocos meses a la salida de los juguetes y la serie animada, las primeras viñetas plantean el mismo escenario que pudimos ver en el comienzo de esta última. En Cybertron, la guerra entre Autobots y Decepticons llega al punto donde los primeros escapan en una nave con destino desconocido, cayendo en la Tierra y quedando ambos ejércitos desactivados durante 4 millones de años. Y ya en las primeras páginas, la historia sigue su propio camino. El guion y el dibujo en los primeros cuatro números son un poco caóticos, con la participación de Bill Mantlo, Ralph Macchio y Jim Salicrup escribiendo y Frank Springer dibujando. Y con una primer portada de Bill Sienkiewicz alucinante. Pero adentro tenemos diseños complicados, poco definidos, con personajes que pareciera le cuestan a Springer. Y el coloreado debe estar entre los peores de la época. 

Estando Marvel de por medio es interesante destacar como el clásico toque que tienen sus personajes se filtra entre las páginas. Los Autobots y los Decepticons son percibidos negativamente por los humanos, "temidos y odiados", sin distinción. Los primeros deben padecer el ser culpados por las acciones de sus rivales, y toman de forma personal el defender a los seres humanos quienes no son mas que víctimas colaterales de su guerra. Casi indistinguible de ciertos mutantes que andaban por ahí desde los '60. Y otra cosa a destacar: éstos primeros números se hacen cargo de estar en el Universo Marvel. Hay algún cameo de Nick Fury e incluso Spider-Man aparece como invitado especial en el tercer número, donde viaja a las cercanías de Seattle (lugar en el cuál hasta ese momento transcurren las historias), portando su traje negro y haciéndose amigo del sensible Gears (un autobot que gracias a Spidey empieza a entender a los humanos). Luego de esos cuatro números, Bob Budiansky se hace cargo de los guiones y hace repuntar de a poco las historias. Si bien en un principio corre en paralelo con ciertos sucesos clave de la serie animada, toma su propio tono. Budiansky introduce sus propios secundarios, principalmente humanos, como G.B. Blackrock y la villana Circuit Breaker y aprovecha más a algunos personajes. También le da chapa a personajes a los que en la serie animada no profundizó. Vuelve a Shockwave un villano a temer, deja a Megatron (que pareciera nunca le terminó de convencer) en un papel relegado, da chapa a Ratchet (y establece una vínculo entre este y Megatron que quedaría en el imaginario de los cómics), le da lugar a Prowl, Skids (un personaje que en toda la animación tiene dos escenas... y una es ser una silla inmóvil). Ubica a Ratbat, un mini-cassette, como comandante enemigo y pone de protagonista en varios números a Blaster (el autobot estéreo) que varias veces reconoció como su favorito. La introducción de nuevos juguetes, digo, personajes, trata de ser explicada con las historias (y no aparecen de la nada, como sucede en la mayor parte de la animación). Por ejemplo, el origen de los Dinobots resulta natural y se vincula a la Savage Land de Marvel (este es quizás el último link entre la serie y la continuidad de la editorial, que luego se pierde y nunca vuelve a retomarse). Sin embargo estas introducciones terminan siendo una espada de doble filo a medida que avanzan los números y son cada vez más los personajes a introducir. Por momentos la serie se vuelve casi un catálogo de Hasbro. Para darles una idea, este es un listado no exhaustivo de las nuevas líneas que Budiansky incluye en sucesivos números: Dinobots, Jetfire, Aerialbots, Throttlebots, Protectobots, Goldbug, Mini-vehicles, Terrorcons, Headmasters, Targetmasters, Pretenders, Powermasters, Triggerbots, Seacons y Micromasters. Hacia el número 50 la cantidad de personajes es tan grande que se vuelve muy difícil seguir la historia. 

Bumblebee en la colina
Bumbleb​​​ee, un robot con sentimientos (como Astroboy, pero con modo Volkswagen más divertido).

Budiansky es la mente detrás de las historias, pero en los lápices la silla se mantiene en bastante movimiento: arranca Alan Kupperberg pero también pasan por la serie los pocos conocidos William Johnson, Mike Manley, Ricardo Villamonte, Jim Fern, hasta que llegan Herb Trimpe y Don Perlin que se vuelven medianamente estables. Y finalmente aparece el argentino José Delbo que pasa a ser el dibujante fijo en la mayor parte de los números. Incluso el propio Budiansky es reemplazado unas pocas veces por Len Kaminski.

Algunos números a destacar: el #13 donde un ladrón común se encuentra y maneja a un amnésico Megatron en su forma de revólver; el #14 con los autobots protegiendo un concierto de Bruce Springsteen, digo, Brick Springster y su banda; el #16, centrado completamente en Bumblebee con guion de Len Kaminski y espectaculares dibujos de Graham Nolan; o el #20 con Skids de protagonista, el autobot antropólogo.

En el #41 la serie alcanza un punto cúlmine en la trama, donde entre los Autobots llegan a un enfrentamiento por su liderazgo (luego de que Optimus Prime muriese, un tópico del que no escapan ninguno de los guionistas de Transformers, matar y revivir a Optimus Prime) entre el dinobot Grimlock y Fortress Maximus junto a Blaster en la Luna. Y es la primera vez que aparecen todos los personajes conocidos hasta el momento juntos en un enorme enfrentamiento con robots y lásers por todos lados. Lo interesante de esta historia es que marca el tono que venía desarrollando Budiansky donde los Autobots no son ese grupo näive e impoluto de la serie animada. Acá tienen matices, personalidades que se enfrentan, problemas que resolver. Hay opiniones que discuten entre sí y llevan a nuevos conflictos. Algo inteligente que encuentra Budiansky para manejar tantos personajes es la idea de ponerlos en "stand-by". Los robots pueden ser apagados ("muertos") esperando ser reparados, lo que le permite tanto a él como al guionista que lo sucede sacarse de encima varios personajes cuando quiere sin la necesidad de borrarlos del mapa para siempre.

Entre todos los números de Budiansky se incluyeron algunos fill-ins extra. El que quizás es el punto más alto en cuanto a historia lo encontramos el los números #33 y #34, titulados "Man of Iron", a cargo de los británicos Steve Parkhouse y John Ridgway. Por supuesto transcurre en Gran Bretaña y como dato de color, los modos autos de los personajes llevan el volante a la derecha. El #43, por ejemplo, es una historia fuera de continuidad donde Ralph Macchio y Alan Kupperberg adaptan un guion de la tercera temporada de la serie animada llamado The Big Broadcast of 2006, que transcurre en un futuro e incluye a personajes que no eran usados por Budiansky, como Wreck-Gar, Ultra Magnus y el villano Galvatron (versión futura de Megatron que debutara en la película de 1986). También salieron algunas miniseries paralelas.

En 1986 tenemos tres números titulados Transformers: The Movie por Ralph Macchio y Don Perlin que adaptan lo contado en la mencionada y muy recomendable película (me voy a mandar un largo paréntesis acá, pero es indispensable para justificar porque vale la pena ver esa película: la música la rompe desde el minuto uno, con The Touch como una de las mejores canciones de los '80, en los primeros 20 minutos la acción no para y mueren la mitad de los protagonistas de la serie hasta el momento, mueren Optimus Prime y Megatron en una batalla épica, tiene una animación del carajo, aparecen nuevos personajes que corresponden a la nueva serie de juguetes, con un toque más futurista y diseñados en conjunto entre americanos y japoneses, está ambientada en 2005 -futuro algo lejano para 1986-, la historia tiene muchos paralelismos con la primer Star Wars, el villano principal es un robot que se transforma en planeta y devora otros planetas -hola Galactusbot-, cuenta con la voz de Leonard Nimoy como Galvatron y el @"#$** Orson Welles como Unicron en lo que fue su último trabajo antes de morir -listo, vayan a verla, está en youtube-).

En 1987 se lanza la miniserie crossover G.I.Joe/Transformers, con cuatro números por Michael Higgins y Herb Trimpe donde se explota una relación que seguirá por la historia entre las dos franquicias y se aprovecha para presentar a Goldbug, la nueva cara del querido Bumblebee. Y finalmente, en 1987, sale Transformers: Headmasters, escrita por el propio Budiansky junto a Frank Springer en los dibujos, que presenta a la raza de los Nebulans, a un nuevo elenco de robtos y a nuevas líneas de juguetes, que confluirían con la historia de la serie a partir del #38.

Para cerrar sus historias, Budiansky junto a José Delbo arma una gran saga entre los números #47 y #50, titulada la "Underbase Saga", uniendo a la mayor parte de los personajes con Starscream como gran villano. Y con Buenos Aires y el Obelisco siendo escenario de uno de los ataques del traicionero decepticon. Luego siguen un par de números unitarios hasta que en el #56 llega triunfante desde las tierras de la corona el inglés Simon Furman.

Jazz en Gran Bretaña
Autobots como Jazz se adaptan a las costumbres locales cuando visitan las islas británicas. 

El nacimiento de la leyenda Furman

Simon Furman para los Transformers es lo que Chris Claremont para los mutantes. Si existe hasta hoy la franquicia Transformers es gracias a este señor inglés. Furman se estaba haciendo cargo de la serie de los robots que salía para Marvel UK, la cual tenía frecuencia semanal, por lo que necesitaba muchos números de relleno ya que no alcanzaban los reprints de los números americanos. Y ahí es donde aprovechaba para mechar y desarrollar numerosos conceptos y darle más profundidad a los personajes. Lo primero que hace el guionista es limpiar un poco el terreno y devuelve a Megatron al rol de villano poco a poco. Continúa siendo la serie donde se presentan nuevos juguetes/personajes cada tres números, pero con Furman esto deja de ser tan explícito y se mezcla mejor con el fluir de la historia. El problema para el lector es que ya hay demasiados personajes dando vueltas, y es difícil de manejar tanto para el lector como para el autor. Por eso la opción que elegirá Furman de aquí en adelante es centrar en unos pocos personajes el discurrir de las tramas y dejar al resto como secundarios o incluso como relleno de fondo. Y así se encariña con algunos que mencionaremos más adelante. En estos números, es acompañado por José Delbo, quien luego es reemplazado sucesivamente por Geoff Senior, Dwayne Turner y Andrew Wildman.

Muy poco después de arrancar, entre los números #61 y #66, Simon Furman empieza una de sus sagas más ambiciosas, la cuál se trae desde algunos plots que tenía en Marvel UK. La saga se llama Matrix Quest, e incluye la búsqueda de la Matriz de Liderazgo (o Matriz o Chispa de Creación, o Matriz de Vida, o simplemente la Matriz), un objeto indispensable de la mitología transformers que no deja de aparecer en todas sus encarnaciones. La Matriz es un concepto que Budiansky creó para sus primeros números, la cual se presenta como una alternativa para la "creación" (o procreación) de nuevos robots, ya que Hasbro no quería darles género a sus personajes (en realidad, no quería darles género femenino, razón por la que al día de hoy no existe figura de Arcee de Generation 1 -aunque hay anunciada una figura Masterpiece para este año-). Como Budiansky se encontró con el problema de crear nuevos personajes de forma verosímil, desarrolló esta especie de origen "asexual". La Matriz fue introducida en 1986 en la película de los Transformers y en la tercera temporada de la serie animada. Furman le dio otras vueltas al concepto, y con la saga Matrix Quest levantó la vara de calidad en las historias. Entre sus números se permite mezclar varios géneros, visitando el western, la aventura espacial, o el policial negro. Aprovecha también a contar historias sobre el origen de la raza robot de Cybertron y su creador Primus. Y si eso no fue suficiente, en el #67 arranca una historia en un futuro alternativo para traerse al personaje de Galvatron y ponerlo en continuidad. La narrativa de Furman tiene muchos paralelismos con la de Claremont (de quién el autor se proclama fan y lo señala como su principal influencia), dado que tiende a armar grandes arcos entremezclados, sembrando semillas de tramas futuras en cada uno. Incluso la historia con Galvatron que mencionamos puede considerarse un pequeño homenaje a Days of Future Past. Al igual que Claremont, Furman también tiene relaciones particulares con algunos personajes, como el desconocido Nightbeat a quién también le había dado protagonismo en la serie británica de los robots. Aunque a diferencia de Chris, Simon contó con menos números y menos años para hacer su trabajo. 

En lo que sería el último año de la serie, antes de llegar a su final en el número #80, Furman empieza a establecer un villano magnánimo ("peor que todos los anteriores") que nace de Matrix Quest. Este villano no es otro que Unicron y hace que Autobots y Decepticons se unan para enfrentarlo. En el medio desarrolla o vuelve a traer a varios villanos decepticon como Scorponok, Shockwave, Starscream y Bludgeon. Sin embargo, el clímax y desenlace de la historia llega en el #75, dejando cinco números más como un epílogo o aftermath, con el nuevo status de la paz entre las dos facciones de robtos. Eso hace que Furman deje algunos cabos sueltos y el final de la serie quede un poco a contramano. Pero esto no quedaría así, habría segunda oportunidad. Y dos veces.

Starscream en Buenos Aires
¡Cuidado! si ven un avión caza F-16 atacando el Obelisco sospechen que no sea un Decepticon.

Estos no son los Transformers de tus padres

Una de las razones para la cancelación de la serie en el número #80, aparte del desinterés de Marvel y la pronunciada baja de ventas, fue el cierre de la línea de juguetes por parte de Hasbro en 1991. Pero no mucho tiempo después, en 1993, Hasbro recurre a un relanzamiento de la línea, sin mucho más que versiones repintadas con gimmicks agregados de los mismos juguetes. La mayor parte de los cambios eran el agregado de colores más brillantes, flúor, mucho negro (el Optimus Prime de esta nueva línea llevaba un trailer negro con luces y sonidos). La juguetera la llamó Transformers Generation 2 (haciendo que todo lo anterior, y ahora "clásico", lleve el nombre de Generation 1). Y como era de esperar, una nueva serie de cómics Marvel acompañaría este lanzamiento (también hubo nueva serie animada, pero no eran más que capítulos de la serie previa con nueva intro y nuevos efectos de sonido y transiciones).

Para comenzar, en los números #138 a #142 de la todavía viva serie de G.I.Joe, las fuerzas de Cobra encuentran los restos de Megatron y lo reconstruyen, dándole un nuevo aspecto (y un coqueto modo alternativo de tanque). Luego viene un corto especial (Transformers Generation 2 Halloween Special Edition, que luego fuera incorporado como back-up en uno de los números de la serie) y el comienzo de Transformers Generation 2. Esta nueva serie duró sólo 12 números y estuvo a cargo del omnipresente Simon Furman, pero acompañado de Derek Yaniger, un artista completamente distinto a todos los que pasaron antes por los robots. Yaniger usa un estilo a medio camino entre Mike Mignola y el Simon Bisley de las portadas de Doom Patrol). Los nuevos diseños que ofrece para los robots están a tono con el estilo Grim & Gritty de 1993 y con esta Generation 2. Sin embargo es rápidamente reemplazado por Manny Galan y Andrew Wildman que intentan imitarlo con mucha suerte. Furman trata en esta nueva oportunidad de cerrar un poco sus ideas y traerse cosas que le faltaron de su paso por Marvel UK. El guionista elige reducir el elenco a unos pocos personajes protagonistas e intenta evitar las presentaciones de nuevos juguetes (aunque alguno está obligado a meter). Presenta una historia con varios villanos entrelazados: Bludgeon, Megatron renacido, el siempre traicionero Starscream, Jhiaxus y la segunda generación de cybertronianos y el Swarm.

Mete tanto adentro de esta historia que el final le queda muy abrupto. Y ahora vamos por la segunda-segunda oportunidad que tuvo Furman para cerrar esta historia.

No es una nueva generación, es una regeneración

Llegado el año 2012, ahora con los robots en un nuevo auge debido a las horribles pero exitosas películas de Michael Bay, los derechos de la franquicia de cómics estaban en manos de IDW Publishing (luego de un par de años en la desaparecida Dreamwave). ¿Por qué hablar de IDW si el título de nota dice Marvel? Bueno, hay una buena explicación. Simon Furman, nuevamente, junto a Andrew Wildman, vuelven a tener una oportunidad de cerrar mejor sus historias en la nueva serie Transformers Regeneration One. Y de verdad constituye una continuación de aquello que quedó inconcluso en 1991. Tanto, que eligen arrancar con un número #80.5, seguido por el #81 y así hasta el #100 en 2014 (con la hermosa frase de portada -ya usada en el final de aquella etapa: 100# in a four-issue limited series...). Los autores deciden ignorar los sucesos de Generation 2, aunque reflotan algunos elementos (como la participación de Jhiaxus y la segunda generación de cybertronianos) pero esta vez sí logran un buen trabajo. Con un arte muchísimo mejor que el que podía esperarse en las épocas previas, guiones más profundos y mejor desarrollados, Regeneration One es un más que digno final para la historia que comenzara la franquicia. Vuelven a aparecer Megatron, Scorponok, Starscream, Galvatron, Bludgeon y Shockwave como villanos, pero Furman aprovecha para desarrollar mejor a otros personajes como Hot Rod (y pone en continuidad su transformación en Rodimus Prime), Ultra Magnus, Kup y Grimlock. Aprovecha para mostrarnos a su idea de Optimus Prime, un líder experimentado, sabio, pero no impoluto, que tiene dudas, comete errores y trata de corregirlos, como ya había hecho en el final de la etapa de Marvel. Toma a Rodimus Prime como un discípulo de éste, que a medida que avanza la historia se va convirtiendo en el protagonista la historia. Ante la facilidad que le da el no estar atado al lanzamiento de juguetes toma la gran elección de reducir el cast de personajes principales, e incluso aprovecha para elegir entre sus favoritos (nuevamente vuelve Nightbeat, haciendo team-ups con Bumblebee y trae el concepto de Wreckers liderados por Kup -un grupo de autobots rebeldes que llevan misiones no consentidas por Optimus Prime- que había explotado en Marvel UK) y aprovecha para cerrar todos los cabos sueltos que pudieran haber quedado, incluyendo algunos que se le escaparon a Bob Budiansky. Esta serie es un muy buen complemento para cerrar el viaje iniciado en 1984 (¡30 años después!).

Tres finales y un principio
El final de la primer serie, el comienzo y el final de la Generation 2, y el último final en Regeneration One.

A modo de resumen

La serie original de Transformers comenzó en 1984 como una miniserie de cuatro números que se extendió durante 80 y terminó en 1991. Hay reediciones en libro por parte de IDW, con versiones en castellano por Planeta DeAgostini, en grandes tomos que recopilan de a 13 números. 

Salieron varias miniseries en el medio, comenzando por Transformers The Movie (tres números en 1986).
El crossover G.I.Joe/Transformers, de cuatro partes en 1987, y la miniserie de cuatro números Transformers: Headmasters entre 1987 y 1988. Tanto la serie principal como las miniseries fueron editadas en su momento por Forum en España, quienes no dejaron nada sin publicar.

Todo esto fue acompañado por Transformers: Universe, recopilacion entre 1986 y 1987 en cuatro números de las fichas de personajes escritas por Bob Budiansky que acompañaban los números de la serie regular.

Transformers Generation 2, con 12 números entre 1993 y 1994, más el especial promocional Transformers Generation 2 Halloween Special Edition (Forum sacó la serie en español en su momento y Titan Books recopiló en 2002 todo en dos TPBs, Dark Designs con los números #1 a #6 y Rage in Heaven con los números #7 a #12).

Transformers Regeneration One (esta vez por IDW Publishing) con 21 números, del #80.5 al #100, entre 2012 y 2014.

Como dato de color, les comento que hubo retroalimentación entre los cómics y la primer serie animada, que duró cuatro temporadas entre 1984 y 1988 (la cuarta sólo duró tres capítulos muy poco conocidos, conocidos como The Rebirth). No sólo con algunos conceptos como la Matrix que ya mencionamos, sino también con algunos guionistas de cómics que pasaron a escribir algunos guiones para la serie, como Lein Wein, Paul Dini, Gerry Conway (autor de uno de los más interesantes episodios de la tercer temporada, titulado "Forever is a long time coming") y el incansable Marv Wolfman (autor de las dos partes del final de la tercera temporada, el icónico "The Return of Optimus Prime").

Y sólo me queda decir para quién quiera hacer el viaje de conocer esta franquicia en su versión cómic:

Transform! and roll out!

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Escrito por:
Damián Pérez
Llamé Kalelia a un caracol fósil por el primer superhéroe.
Damián Pérez
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