Postales de Villa Estante son reseñas/recomendaciones de libros que tengo en mis bibliotecas. También son un poco anécdotas de cómo conseguí tal o cual libro, muchos de ellos adquiridos (no siempre comprados) en el mítico local comercial de la editorial Llanto de Mudo en donde pasaba gran parte de mi tiempo cuando Diego Cortés estaba entre nosotros. No son críticas ni nada parecido y, de hecho, están escritas muy cutremente. Pueden pecar de optimistas y que alguno salte y diga “Eh, pero a este le gusta todo” ya que no tengo comics que no me gusten, siempre me he jactado de ser muy selectivo y tener algún que otro material no-tan-mainstream. Aclarado esto, les doy la bienvenida.
Bizarro Comics, de varios autores
Planeta DeAgostini, 2009. 440 páginas.
En DC se hacen los progres e invitan a una amplia (gigante) galería de historietistas indies para que reimaginen a sus personajes más icónicos y se les caguen de risa, y así dejar a Marvel con muy pocos autores para hacer lo mismo en Strange Tales.
De esta forma tenemos un libraco de casi 500 páginas de lo más ecléctico, no solo en los dibujos sino también en los guiones ya que son todas historietas cortas que oscilan entre las seis u ocho páginas. Paso a nombrar las que más me gustaron a mí que son varias, van en orden a como aparecen en el libro:
Green Lantern y las ocurrencias (guion de Chris Duffi y dibujo de Craig Thompson)
Nos cuenta que es lo que pasa con las cosas que se le ocurren materializar a Alan Scott con el anillo después de que las usa.
The Batman (guion de Chip Kidd y dibujo de Tony Millionaire)
Una historia exagerada y acartonada de Batman contra el Pingüino que es una delicia.

Leticia Lerner, la niñera de Superman (guion y dibujo de Kyle Baker)
Una noche extrema, peligrosa, arriesgada y terrorífica en donde Leticia va a sudar bulucas por cuidar al pequeño bebé Clark Kent. ¡Aguante Kyle!
Aquaman, el hombre que gritó Pez (guion de Jeff Czekaj y dibujos de Brian Ralph)
Una bien cortita y muda de un Aquaman cara de verga que invoca peces al pedo a lo Juanito y el lobo solo para cagarse de risa.
One-piece, two-piece, red-piece, blue-piece (guion de Bob Fingerman y dibujos de Dave-hacemeunpibe-Cooper)
Wonder woman va al shopping a comprar una malla con Calíope y Minerva y se encuentran con las gemelas Sarcástica e Insinceria que les hacen bullying todo el rato.
Esto sí que es Súper, Superman (guion de Ivan Brunetti y dibujos de Evan Dorkin)
Una de mis favoritas de todo el libro, donde Superman le lleva siempre una ventaja bastante notable a Batman en las misiones, haciendo que este se ponga del orto. Un giro al final delicioso.
Batman con Robín, el chico maravilla (guion de Chip Kidd y dibujos de Tony Millionaire)
Robin está poseído por El Monje y hace destrozos por toda ciudad Gótica. Otra vez exagerando las cosas al mejor estilo kitsch de la serie de los 60.
El Espectro (guion de Chris Duffi y dibujos de Craig Thompson)
Todos en la estación le tienen miedo a Jim Corrigan porque él es El Espectro y es un cara de verga, viejo amargado, intolerante del ojete que te hace pagar hasta si haces ruidos fuertes.
Aquaman (guion de Mike Doughty y dibujos de Danny Hellman)
Una bellísima y triste historia corta sobre un Aquaman cantante de folk depresivo.

Super-Dumped! (guion de Jhonny Ryan y dibujos de Dave-techupotodoslolapices-Cooper)
Wonder Woman deja a Superman por un nerd hediondo y machista fanático de la superheroina Poderosa, Limpiadora industrial (una aspiradora con cabeza de mujer) y se lo disputa con Supergirl, pero el ñoño horrible está enamorado de su personaje favorito.
Querido Superman (Guion de Dylan Horrocks y dibujos de Farel Dalrymple)
Flash, totalmente abatido y frustrado le escribe una carta a Superman cargada de sinceridad y cansancio. Hermosísimo comic, probablemente el mejor del libro.
Asistente de compras (guion y dibujo de Kyle Baker)
¿Vieron ese chiste de Grant Morrison sobre “¿Quién infla las ruedas del batimovil”? Bueno: Aguante Kyle Baker, loco.
Originalmente publicado como Bizarro Comics y Bizarro World por DC en 2001 y 2005 respectivamente. Una delicia de libro que prueba, una vez más, que las grandes historias que se pueden contar de estos personajes tan antiguos siempre vienen desde el lado indie.