Postales de Villa Estante son reseñas/recomendaciones de libros que tengo en mis bibliotecas. También son un poco anécdotas de cómo conseguí tal o cual libro, muchos de ellos adquiridos (no siempre comprados) en el mítico local comercial de la editorial Llanto de mudo en donde pasaba gran parte de mi tiempo cuando Diego Cortés estaba entre nosotros. No son críticas ni nada parecido y, de hecho, están escritas muy cutremente. Pueden pecar de optimistas y que alguno salte y diga “Eh, pero a este le gusta todo” ya que no tengo comics que no me gusten, siempre me he jactado de ser muy selectivo y tener algún que otro material no-tan-mainstream. Aclarado esto les doy la bienvenida.
Las mejores historias de Superman Jamás contadas
Ediciones Zinco. 1987 334 páginas.
Esta antología recopila historietas de Supes desde 1940 hasta 1986 y son:
- “Superman contra Luthor” de Siegel y Shuster (Superman #4)
- “Superman contra el arquero” de Siegel y Shuster (Superman #13)
- “¿Y si Superman terminase la guerra?” de Siegel y Shuster (Look magazine)
- “El misterioso Mr. Mxyztplk” de Siegel y Sikela (Superman #30)
- “El origen de Superman” de Wayne Boring (Superman #53)
- “La chica de acero” de Binder y Sprang (Superman #123)
- “Clark Kent en la escuela” de Plastino (Superman #125)
- “La super llave de Fort Superman” de Boring (Action Comics #241)
- “La batalla con Bizarro” de Binder y Papp (Superboy #68)
- “La chica del pasado de Superman de Finger y Boring (Superman #129)
- “La otra vida de Superman” de Binder y Boring (Superman #132)
- “La noche del 31 de marzo” de Binder y Swan (Superman #145)
- “La muerte de Superman” de Siegel y Swan (Superman #149)
- “La asombrosa historia de Superman rojo y Superman azul" (ojo para los que culpan a los 90 por esta bazofia. Acá era más interesante de hecho) de Dorfman y Swan (Superman #162)
- “La gente sempiterna” de Jack Kirby (Forever People #1)
- “¿Tiene que haber un Superman?” de Maggin y Swan (Superman #247)
- “Para el hombre que lo tiene todo” de Moore y Gibbons (Superman Annual #11)
- “El secreto revelado” de John Byrne (Superman #2)

¿Para qué vamos a decir que el libro tiene la mejor historieta de Superman que es la de Alan Moore de la que han hablado tanto si, en verdad, la reseña de hoy es para contar la verdadera muerte de Superman?
Con el mismo nombre de la saga de 1992, esta historia de 1961 escrita por Jerry Siegel y dibujada por Curt (haceme un chico) Swan y con color del grandioso Bill Wray nos narra lo siguiente:
En la primera parte, como Lex Luthor en prisión (después de hacerle la cabeza al director de la cárcel con la excusa de que ha recapacitado y quiere ayudar), encuentra unos minerales brillantes que procede a estudiar. La cuestión es que el cabeza de pito estudia que te estudia las piedritas y da con un suero que cura TODAS las enfermedades del mundo. Si, así como lo leíste. Un groso el Lex.
Superman se decide a ayudar cuando ve que los resultados son reales y le junta, en el espacio, todos esos minerales denominados como “Elemento Z” y se lo lleva a las autoridades para que el (ex) villano haga más suero y así salvar a toda la humanidad. Lex hace el suero y de tanto exponerse a las piedritas se vuelve bueno. Él y Superchango se hacen re amigotes, destruyen la guarida de villano de Luthor y recuerdan viejos tiempos... pero caen unos antiguos secuaces a decirle al pelado que deje de hacerse el sota y que mate a Superman o lo duermen para siempre.
En la segunda parte, Lex manda a cagar a esos malotes y Superman le salva la vida cuando ellos lo están por matar, le da el reloj de señales de Jimmy para que lo llame cada vez que haya problemas lo que Lex hace varias veces. Como Superman se preocupa mucho por los constantes atentados que sufre su nuevo amigo le construye un laboratorio en órbita para que no sea molestado nunca más.
Una semana después Luthor lo llama por una emergencia gracias a un cohete que le deja Superman para que lo lance si todo se pone mal, ya que las ondas del reloj no viajan a través del espacio. El boy scout va y como un caballo entra en la trampa de Lex: Gracias a una lámpara gigante que emite rayos de kriptonita verde reduce al kriptoniano al exponerlo unos segundos. Pero no solo eso, también tiene secuestrados a Jimmy Olsen, Perry White y Lois Lane para que presencien como el titán de acero se seca y se pone verde por los rayos y así, Superman muere. Luthor lo deja en el planeta tierra con la capita roja cubriéndole la cabeza junto a sus amigos horrorizados y tristes y el capítulo termina con Luthor diciéndoles a todos que mató a Superman porque él es el más poronga.
La tercera parte es el velorio de Superman. Tristes, toda la población desfila delante de su cadáver metido en un sarcófago de cristal. Así vemos llorar a extraterrestres varios, amigos, Lois, Lana, la Legión de Superhéroes del futuro, su prima Supergirl y hasta Kripto, en una secuencia de triste adiós al hombre de acero que sigue verde y seco de muerto.
La cuestión es que el culiadazo macrista de Luthor hace una fiestonga para contarles a todos los malos como mató al máximo héroe de la tierra cuando llega Supergirl disfrazada de Superman para llevarse al pelado a Kandor en donde lo enjuician, lo declaran culpable y lo mandan a la zona fantasma. Y listo, así termina el comic.

Eso, amiguetes, es LA muerte de Superman. ¿Qué me venís con la mierda esa de Dan Jurgens o el jueguito ambicioso del pelado Morrison? Esto tiene 32 páginas y fue escrito en 1961 ¡¡Y por Jerry Siegel!! Aprendan, muertos, a Superman se lo mata con Kriptonita.
Claro que en la primera página de la historia, enmarcado por una ilustración de Superman y Luthor sonrientes y aclamados por una multitud, aparece un texto que dice: “Una excitante historia imaginaria (jamás sucedió pero podría hacerlo algún día).” Como si el judío supiera de antemano que iban a esperar a que la quedase para sacar la mierda esa con Doomsday.
Este libro es la edición en español de uno que salió por DC en 1987, no es un recopilatorio random que hicieron los gallegos. El libro tiene tapas duras y negras con solo el logo de Superman en blanco y una bellísima sobrecubierta hecha por John Byrne.