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Recomendaciones: Mark Waid

Selección de los mejores trabajos del autor

Recomendaciones: Mark Waid

El 7, 8 y 9 de diciembre se estará celebrando el evento Argentina Comic-Con en Buenos Aires, Argentina. Y como invitado de comics se anunció, entre otros, a Mark Waid. Sin tanto preámbulo, usamos esto como excusa para recomendar 10 series del aclamado guionista, sin orden particular. Sí, seguramente queden varias afuera, ¡pero estas son nuestras favoritas!

Flash Vol. 2 (1992-2000)

Por: Damián Pérez

La serie de Flash es relanzada en 1986 post-Crisis on Infinite Earths, esta vez protagonizada por Wally West, el antiguo Kid-Flash, sidekick de Barry Allen. En los guiones se suceden Mike Baron y William Messner-Loebs quienes redondean en 62 números una etapa bastante digna, alejando a Wally de su imagen de adolescente. Pero la verdadera revolución ocurre en 1992 cuando agarra los guiones Mark Waid. Anteriormente había tirado magias con un relato donde interpretaba el legado del personaje, en el Flash 50th Anniversary Special (1990). Desde su primer arco “Born to Run”, Waid empieza a agregarle más dimensiones al mito de Flash, profundizando en las características de sus poderes y generando toda una mitología alrededor de la velocidad que no existía hasta el momento. Él es el creador del concepto de Speedforce, la fuerza externa que le da sus poderes a los velocistas. Y a su vez hace crecer a Flash y a Wally West en todas las direcciones, incluyendo las temporales, y nos demostró porque Wally siempre será el mejor Flash. Durante su etapa crea al personaje de Impulse, al villano Savitar y se mete en la relación entre Flash y Reverse Flash en la que quizás fue su mejor historia: “The Return of Barry Allen”. Entre sus arcos más recomendables podemos sumar a los mencionados a Terminal Velocity, Dead Heat, Race Against Time, The Flash of Two Cities y Chain Lighting. Waid dirigió los pormenores de Wally West durante Flash Vol. 2 #62-129, #0, #142-159, #231-236 (esta fue su última vuelta, en 2007), #1000000 y un multitud de especiales y annuals. Si Superman y Batman son los personajes que dieron forma al género de superhéroes, Flash es el que lo redefinió y lo hizo alcanzar nuevos estándares. Y Waid es quien mejor entendió esto.

Underworld Unleashed (1995)

Por: Bob Blondieness

A fines del año 1995, Mark coordinó el evento anual de DC: “Underworld Unleashed”.
La saga se desarrolló en tres números, varios especiales y series regulares.
La historia nos presenta a Neron, un demonio poderosísimo que -tras ser invocado por la Rogue’s Gallery de Flash- reúne a todos los villanos del DCU, se presenta con una frase del disco “Sympathy For the Devil” y les ofrece todo tipo de mejoras en sus poderes y habilidades, a cambio de que entreguen su alma, cual Fausto moderno.
Neron arma su “mesa chica” con el Joker, Luthor, Dr. Polaris, Kadabra y Circe, mata a Mongul como muestra de su poder y sale a hacer la misma oferta a varios héroes y entidades como The Spectre, que traerían grandes repercusiones en los meses siguientes.

El arte estuvo a cargo del querido Howard Porter, con unas tintas flúo acorde a la época.
La serie tuvo algunos grandes momentos, con reflexiones sobre la muerte, el paso del tiempo y un desenlace inesperado, ya que todo apuntaba a un personaje que en ese momento estaba desaparecido.
Unos años después, DC intentaría un plot similar en “Forever Evil”, aunque con resultados más modestos.

Captain America Vol. 1 y Vol. 3 (1994-1996, 1998-1999)

Por: Damián Pérez

Mark Gruenwald terminaba su etapa guionizando la serie de Steve Rogers luego de más de diez años cuando llega Mark Waid. Y en tan solo dos arcos da vuelta completamente al personaje haciendo olvidar los últimos y pestilentes años de Gruenwald. Waid vuelve a transformar a Rogers en un aventurero y en un símbolo, vuelve a traer a la fallecida Sharon Carter y le da nuevos aires a Red Skull, que había caído hasta lo caricaturesco en los años previos. Pero todo esto se trunca hacia 1996 por el mayor evento cataclísmico que ocurrió en el Universo Marvel: la movida de Heroes Reborn. El Cap pasa al universo Reborn donde es ultrajado por las pérfidas manos de Rob Liefeld pero, por suerte, la pesadilla concluye y Mark Waid vuelve a hacerse cargo al comienzo del tercer volumen del Cap, en una de las más nobles reparaciones históricas de la historia del cómic. La pericia de Waid es merecidamente reconocida y durante 23 números vuelve a derrochar magia. Para destacar el #14, centrado en el pasado de Red Skull como nazi y cuyos diálogos fueran originalmente censurados por Marvel. Se dice que por esta censura Waid no continuó más allá del #23, donde la serie pasa a ser guionizada por Dan Jurgens (luego de un número de relleno por Tom DeFalco). En paralelo a este Vol. 3 tenemos la genial maxiserie Captain America: Sentinel of Liberty, donde en doce números Waid repasa toda la historia del personaje, visitando cada etapa y jugando con las características de cada época (en un ejercicio parecido al que luego realizaría en Silver Age). ¿Qué tenemos en estas etapas? Red Skull desatado, intriga policial, aventuras con espías, la mejor Sharon Carter posible, Hydra, el Cosmic Cube reescribiendo en el pasado del Cap (¿te suena Nick Spencer?). Esto lo vas a poder encontrar en Captain America Vol. 1 #444-454, Vol. 3 #1-23 y en Sentinel of Liberty #1-12. Waid retornaría a narrar historias del Cap en la poco reconocida miniserie Man Out of Time y en la historia breve que recomiendo a los gritos: The Persistence of Memorabilia, en el Captain America #600 (especialmente para todos aquellos que no terminan de entender al personaje). Reciente volvió a tomar las riendas tras la marcha de Spencer, en la etapa Marvel Legacy, escribiendo también el número 700.

Kingdome Come (1996)

Por: Facundo Vázquez

El héroe desencantado renuncia a su santa cruzada y se retira durante diez años. Sin la influencia simbólica que representaba, durante los años de su ausencia pública, la sociedad se va al re carajo. El héroe decide volver pero más viejo, oscuro y fascista que antes.
Diez años después de que Frank Miller revolucionara el mundo del comic con este planteo, Mark Waid escribe el elseworld del elseworld o “¿Qué pasaría si el protagonista de DKR fuera Superman?”.

No obstante, la obra también tiene virtudes que trascienden el homenaje: el enfoque narrativo centrado en The Spectre y el ministro protestante que humaniza su mirada (y la del lector), su versión de los otros miembros de la liga de la justicia y de cómo cada uno afrontó la claudicación de Superman, el Billy Batson más aterrador que se vio alguna vez en un cómic, el arte de Alex Ross Dios...

Aunque la premisa argumental básica sea la misma del DKR, el homenaje demuestra respeto y amor por la obra original y este “Kingdom Come” se gana por méritos propios el lugar que actualmente tiene entre las obras maestras del cómic americano.

A Midsummer’s Nightmare (1996)

Por: Facundo Vázquez

Inmediatamente a continuación de la obra anterior, Waid y Nicieza escriben esta historia de la JLA cuyo plot, seguramente, también les suene de otro lado: Sin ninguna explicación, nos encontramos en un mundo lleno de seres superpoderosos pero en el cual no tienen poderes los héroes que conocemos desde siempre. Y no solo eso, sino que ni siquiera se conocen entre ellos ni parecen recordar que alguna vez fueron los héroes más grandes de la tierra. De a poco, algunos personajes van rompiendo la ilusión y ayudan a despertar a los otros. Encuentran al ser súper poderoso que había alterado la realidad y lo obligan a devolver el mundo a la normalidad. En este caso, es Waid el que se anticipa por nueve años a “House of M” y es Bendis el que se inspira (demasiado, diría yo) en una idea ajena.

Por lo demás, la obra falla tanto en guion como en dibujo. Pero lo que menos me gustan son los diálogos: “Ese Booster vale su peso en oro”; “Para estas cosas, Arthur (Curry) es como un pez fuera del agua”. Tal vez, tuvo la mala suerte de haber sido publicada inmediatamente a continuación de “Kingdom Come” y quedar muy lejos de su calidad. De hecho, hay un par de referencias bastante simpáticas a KC cuando Clark Kent cubre las guerras de bandas entre super seres o cuando la liga cae momentáneamente bajo el hechizo de Know Man y ven sus versiones del universo elseworld.

Desde el punto de vista histórico tiene la relevancia de volver a la noción clásica de la JLA (los siete magníficos reunidos para superar una amenaza que individualmente no podrían blah...), sentando las bases para el run de Morrison.

The Kingdom (1999)

Por: Bob Blondieness

Tras el éxito obtenido con la ultra taquillera “Kingdom Come”, unos años más tarde DC lanzó “The Kingdom”, una precuela y secuela a la vez, otra vez con guiones de Waid, pero con arte de nuestro Ariel Olivetti y Mike Zeck.

El evento se estructuró en dos números y varios especiales, retomando varias ideas y anclando a los personajes del universo “oficial” con los de la miniserie original.
Gog ha decidido acabar con Superman, ¡con mucho éxito! Pero a pesar de que lo mata una y otra vez, los Linear Men lo siguen detectando vivo en el presente y en el futuro a la vez… ¿Cuál es la explicación a esta paradoja?
A pesar del tibio éxito, con este evento Waid definió el concepto de “Hypertime”, que sirve para explicar absolutamente todas las apariciones previas de la totalidad de los personajes de la editorial, justificando cualquier contradicción de continuidad.

Recientemente diversos autores han retomado esta idea, tan simple y potente como alguna vez lo fue el “Flash Of Two Earths” concebido por Gardner Fox y otras teorías que involucran Otros Mundos.

Silver Age (2000)

Por: Bob Blondieness

A principios de siglo, DC se propuso homenajear a una de las épocas más fructíferas de su ilustre historia editorial, en lo que respecta a creatividad y volumen de publicaciones. Con esa idea, Waid ideó el evento “Silver Age”.

Publicada en 12 partes, la premisa que plantea es muy sencilla: el villano intergaláctico Agamemno intercambia las mentes de varios personajes, logrando que todos los cuerpos de los miembros de la Justice League sean ocupados por las mentes de la Injustice League. Entonces, diversos héroes salen a enfrentarlos y hacer el aguante hasta que los originales logran regresar y retomar el control de sus propios cuerpos.

Las historias seguían la misma estética y estructura narrativa de la Edad de Plata, incluyendo falsas publicidades y presentando a personajes como Dial H for Hero y los Challengers of the Unknown en sus versiones clásicas.

En el extremo de la parodia, Waid reúne a Metamorpho, Deadman, Batgirl, Atomic Knight, Mento, Adam Strange y Blackhawk, para presentarlos como una nueva versión de los “Seven Soldiers of Victory”, logrando una de las formaciones de superhéroes más extrañas y disfuncionales alguna vez ensambladas (sí, lo hizo mucho antes que Grant Morrison).

El mismo Waid utilizó este plot como base para desarrollar otras historias en la serie regular de la JLA, como “Tower of Babel” y “Divided We Fall”.

Superman: Birthright (2003-2004)

Por: Damián Pérez

El primer superhéroe atravesaba una nueva época de auge debido a la serie de televisión Smallville (2001-2011) que contaba en tono de novela adolescente las primeras aventuras de un joven Clark Kent en su pueblo de Kansas. Para aprovechar la movida y sumarse a la nueva ola de reversiones modernas a los orígenes de personajes (estamos en la época de la línea Ultimate en Marvel), DC Comics pone en manos de Mark Waid a su personaje más icónico. Y Waid no defrauda. En doce números relata los comienzos de Kal-El agregando muchos matices emotivos al personaje, elementos de la Silver Age y características de Smallville (como la relación previa de Clark y Lex en Smallville). Esta historia constituye la primer revisión del origen de Superman desde el Man of Steel (1986) de John Byrne. En su momento ésto trajo bastante polvareda y, a pesar que se suponía una especie de elseworld autocontenido, la editorial terminó instalando esta historia como el nuevo origen canónico del personaje (aunque por muy pocos años, debido al Superman: Secret Origin de Geoff Johns que apareció en 2009). Superman: Birthright es una carta de amor de Waid a aquellos elementos que según el autor son intrínsecos a Superman. La relación de Clark con Krypton, con sus padres biológicos y el vínculo Clark-Lex son los ejes centrales de esta historia que termina con un mensaje de esperanza que puede hacerte soltar más de una lágrima.

Irredeemable/Incorruptible (2009 – 2012)

Por: José Luis Boterberg

En la Nueva York Comic Con del 2009 Mark Waid hacía la presentación de su nueva serie en la editorial independiente Boom! Studios, la misma arrancaría en Abril y constaría de 45 números, los primeros 25 dibujados por Peter Krause y los siguientes serían realizados por Diego Barreto. Ambos dibujantes, sin ser una maravilla la parte gráfica, cumplen con llevarnos por este idilio entre Plutonian (esta especie de Superman con problemas de ira) y Modeus (el Lex Luthor de este mundo).

La historia va a contarnos como este alienígena a lo Kal-El comienza a cazar y asesinar Supers de su mundo y en un ataque de ira destruiría varias ciudades del planeta. Flashbacks de su pasado nos irán mostrando su interacción con el mundo desde niño y lo complicado de no saber usar sus poderes, el temor de sus padres ante el desarrollo de estos, y cómo estas habilidades en su adolescencia le van a jugar en contra. Su adultez mejoraría bastante comprometiéndose con la humanidad gracias a su unión al grupo Paradigma (la JLA de este mundo) y al apoyo de los demás miembros, más su relación amorosa con Alana (la Lois de esta realidad), con quien trabaja en una radio bajo la identidad secreta de Dan Hartigan. Pero un buen día, la ira y las inconformidades en su vida, los traumas del pasado más otras situaciones, llevarían al Plutonian a transmutarse de ser un Héroe a un súper déspota que odia la humanidad, siendo ahí donde arranca la historia de éste cazando a sus compañeros de armas. ¿Y el Lex de este mundo qué onda? Durante la serie iremos descubriendo los oscuros planes de éste para con el Plutonian.

Si bien no es una premisa innovadora o algo que ya no hayamos leído, y que de hecho otros autores como Millar, Ennis o Straczinsky ya han abordado en otros títulos, es interesante ver cómo lo desarrolla Waid aquí y sobre todo por el guiño que hace el escritor a la Golden Age al final de la serie.

En Diciembre del 2009 se comenzaría a publicar el spin off de Irredeemable titulado Incorruptible que duraría 30 números, también escrito por Waid y dibujado por varios artistas, de los cuales el más destacable es Marcio Takara.

En este título, que corre paralelamente en tiempo y espacio a Irredeemable, nos vamos a encontrar con Max Damage, un ladrón de Bancos y Némesis también del Plutonian, que tiene el poder de volverse fuerte y resistente mientras más horas permanezca despierto. Así como en la serie principal vemos como el Héroe se transforma en Villano, en esta vamos a ver como el Villano se torna Héroe buscando la redención de su ser. Max Damage buscará hacer el bien en este Estados Unidos devastado por la ira del Plutonian, y atestiguaremos cómo este se va a ir preparando para enfrentarse con el héroe devenido en villano: la forma será tratando de permanecer el mayor tiempo posible sin dormir, cosa que también le comenzará a jugar en contra ya que nadie puede permanecer tanto tiempo despierto sin volverse loco en el proceso.

Las dos series van a ir por rumbos distintos con la promesa de llegar a un clímax en el que veamos a Plutonian vs Max Damage, pero obviamente no voy a spoilearles el final de las mismas.

Mi apreciación final es que ambas series, sin ser una maravilla, están muy bien escritas con personajes bien definidos e interesantes, con problemas y situaciones de la vida real. No digo que sea una historia que va a cambiarte la vida, pero te va a brindar un buen rato de diversión.

Archie (2015-2018)

Por: Matías Mir

Una de las sorpresas más inesperadas del 2015 fue que Archie Comics, la editorial que en su auge era leída por medio millón de personas al mes y que en el nuevo milenio encontró su último refugio en supermercados, peluquerías y debajo de mesas ratonas; iba a cancelar su título más longevo (en el satánico issue #666) y relanzar la serie con Waid a la cabeza. Y uno ahí se podía preguntar por qué eligieron a un exitoso guionista de superhéroes para encabezar el reboot de la comedia romántica más larga de la historia de los cómics, pero al leer el primer capítulo de este nuevo volumen todas las dudas se disiparon. Waid demostró ser un gran fanático de la serie clásica y encontró cómo incorporar todos los elementos y personajes de una franquicia de casi 80 años en un escenario moderno, de forma colorida, gracioso e interesante. Lo primero que tuvo en cuenta fue que todo el mundo conoce a los personajes y sus dinámicas, así que se ahorró todas las introducciones y fue directo a lo divertido: el histeriqueo, las cagadas y la edaddelpavismo. Después tomó la decisión de no seguir la fórmula de “Archie cambia de mina según el capítulo” y fue más a un triángulo amoroso de “Archie termina con Betty, se pone de novio con Verónica y vemos qué sale”. Por último, y más importante, encontró la forma de que todo el público, veteranos y nuevos lectores, volvieran a reírse con Archie, aceptando la ridiculez de las premisas originales e incorporándola a la historia de forma un tanto irónica y un tanto como homenaje a todas esas historias que leía en su infancia. Tal vez hoy nadie se ría de Archie cayéndose de culo en la calle al intentar impresionar a Betty, pero sí te cagas de risa cuando ves que, de alguna forma, prendió fuego los helados en una heladería. Clásico Archie.

La serie no fue un éxito en el mercado general, pero vendió diez veces más que los números clásicos el año anterior, e incluso superó en ventas a la sensacionalista MUERTE del personaje en una historia fuera de continuidad. Y encima dio el puntapié a toda una nueva franquicia, el NEW RIVERDALE, que inspiró muchos spin-offs (algunos en continuidad, otros en sus propios sellos. Recomiendo mucho todo lo que sale en ARCHIE HORROR) y, más importante, una serie de televisión de Archie. Estos personajes no tuvieron tanta fama desde “Sugar, Sugar”, y la mente maestra detrás de todo fue Mark Waid.

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Escrito por:
Staff de Ouroboros
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