Comics

True Faith, de Garth Ennis y Warren Pleece

Crónicas de un desengaño religioso

True Faith, de Garth Ennis y Warren Pleece

Un poco de historia

Publicada por primera vez en octubre de 1989 en la revista británica Crisis, True Faith es el segundo trabajo profesional del guionista Garth Ennis (siendo el primero “Troubled souls”, realizado para el mismo magazine con John McCrea en los lápices). Esta antología fue la publicación de corte político y social de la editorial Fleetway. Artistas del nivel de Grant Morrison, David Hine, Oscar Zarate, Brendan McCarthy, Peter Milligan Pat Mills pasaron por Crisis y dejaron su marca, con obras de renombre y polémicas como Skin, The New Statesmen, The New adventures of Hitler y Third World War.

Luego del paso por Crisis, True Faith se recopiló completa en octubre de 1990 en Inglaterra, pero fue retirada del mercado a los dos meses, luego de fuertes críticas de grupos de presión religiosos. Un acto de autocensura por parte de la editorial.

Durante siete años fue un ítem difícil de adquirir, hasta que la ídola de Karen Berger la rescató del limbo en USA en el sello Vertigo de DC Comics.

Como dato de color los autores se basaron en la homónima canción de New Order para el título.

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Izquierda: Portada del #29 de la antología Crisis. Derecha: Portada de la primera recopilación de True Faith, posteriormente censurada.

Sinopsis, o ¿qué fue lo que molestó tanto?

True Faith cuenta la historia de Nigel Gibson y Terence “Terry” Adair. Nigel es un joven estudiante ateo con interés romántico (o más bien carnal) en la hermosa Angela, una compañera de secundaria ultracristiana. Terry es un vendedor de productos de baño, devoto cristiano, que luego de rezar por su familia en la iglesia se entera de la muerte de su esposa e hijo recién nacido. Esto inicia su camino de venganza buscando nada más y nada menos que a Dios. El destino hace que se crucen en el Red Rover, el bar del barrio. Y es cuando Nigel expone sus argumentos poco religiosos al grupito de amigos ultracristiano de Angela, que un ebrio Terry se involucra en la conversación y expresa a viva voz su gran anhelo: Matar a Dios. Estas declaraciones despiertan el interés de Nigel, que sigue a Terry hasta su casa, y se mete a escondidas dentro. Ahí se encuentra un arsenal y un diario, donde Terry cuenta su historia y su intención, quemar todas las iglesias hasta que Dios se le presente cara a cara.

Todos los fuegos.
Todos los fuegos.

Sobre el guion

Cuesta creer que fue escrita por alguien de 19 años, porque aborda una temática dura. La historia sigue un rumbo lineal. Es entretenida y muestra la desesperanza y desengaño de la clase media en el fin de la era Thatcher. Acá se pueden ver las semillas de muchas ideas sobre las religiones organizadas que Ennis terminaría de redondear en Preacher. Hay humor negro sin desborde. La catalogaría dentro de la bibliografía del autor como una obra seria. La crítica hacia el cristianismo y a la hipocresía religiosa se hace presente, con hincapié en la Iglesia Anglicana y su relación con el gobierno. Hay violencia física pero la que prevalece es la psicológica. La historia es muy buena pero lo que más rescato es la lectura entre líneas y las reflexiones al final.

El dibujo

En este trabajo Warren Pleece se caracteriza por un dibujo clásico realista cuyo punto fuerte es la expresividad y rasgos faciales fuertes. Usa una línea semigruesa y varios negros plenos. La paleta de colores es oscura, sombría, desteñida hasta los momentos cruciales en los que se iluminan poniendo énfasis en los rojos y amarillos. Todo pintado con colores aguados que me recuerdan estilísticamente al trabajo de David Lloyd. Indirectamente, esos tonos apagados y las caras duras transmiten la atmósfera oscura de la época.

El fogo bonito por Warren Pleece.
El fogo bonito por Warren Pleece.

El veredicto

Es una obra interesante, pero no imprescindible. Divertida y de ágil lectura. Tiene alguna vuelta de tuerca interesante, pero la acción, la provocación y la bajada de línea anti-religiosa son los protagonistas. La gráfica te lleva de paseo por esa Inglaterra sucia retratada en los primeros números de Hellblazer de Delano. Acá no vas a encontrar al Ennis desbocado de The Boys o Punisher de Marvel Knights, sino un Ennis prolijo con puntos en común con algunos números unitarios de Hellblazer, sin dejar de lado el cinismo y la violencia que lo caracteriza). Aunque se ve uno de los grandes tópicos de Ennis (la crítica a la iglesia) hay muchos elementos comunes de los que carece, como el desarrollo de la amistad. Tiene trascendencia dado que fue la obra que visualizó al enfant terrible y le permitió abrirse a nuevos mercados. Definitivamente recomendable para seguidores de Varg Vikernes, y creo que va a gustarle a aquellos lectores de comics en donde hay protagonismo de la crítica social como Girl, Kill your Boyfriend o Transmetropolitan.

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Escrito por:
Matías Espantoso
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