El porteño. Para los uruguayos somos todos los argentinos, somos el vecino directo. Agrandado, nariz parada y que hizo todo mal urbanísticamente. Nos miran y nos observan. Clínicamente, como si fuera el Río de la Plata una vidriera sobre Buenos Aires (ver Casi Uruguayo del mismo autor).
Para los cordobeses, somos rivales. ¿De qué? No sé. Siempre se plantea un antagonismo contra el porteño. Como si fuéramos todos lo mismo, como si estuviéramos orgullosos de esta urbe roñosa y unitaria en la que vivimos.
Un marplatense como Gustavo Sala, que actualmente vive en Buenos Aires, nos hace una tomografía computada de nuestra caca más nauseabunda. Atinadamente elige capítulos que pintan (de marrón), una serigrafía que tiene todo, desde los kioskos de diarios hasta los taxis. La lucha de clases y la discusión política en la vereda, no faltan. Pero tampoco las observaciones sensibles o punzantes.
El autor juega desde adentro y desde afuera. Es el alfil ideal para hacernos caer en la cuenta que Diagonal Norte termina en un monumento horrendo, tan poronga, como el Obelisco. Nos enseña a reírnos de nosotros mismos, para poder soportar los embarres y viejas rencillas que existen desde Justo José de Urquiza, que no entiendo por qué sobreviven.
Además de los capítulos "cantados", la mayor sorpresa son los que realmente traen una mirada humorística sobre cuestiones antes inexploradas. Mi favorito, es el apartado dedicado a la oferta cultural y gastronómica. Donde uno de los mejores rasgos de la ciudad se convierte en material de burla. Sorprende además, la capacidad para transportarnos a esos lugares y situaciones.
Es por esto, que posiblemente sea uno de los mejores trabajos de dibujo y rotulado del autor. No ahorra nada, se dedica a detallar cada página al extremo. Cada parada de diario, cada pasajero del subte o el cuento de la fundación de la ciudad. Una maravilla que seguramente sea atesorada por sus fanáticos, porque abandona la usual capacidad de retratar personajes famosos y no tanto, para poner el acento en los lugares y los objetos que hacen a la protagonista del libro.
El humor de Gustavo Sala también está presente en su dimensión tradicional y con sus temas recurrentes. Pero en esta oportunidad hay algunos cuadros de arquitectura, o de tradición porteña, que emocionan como un tango bien cantado.
El libro está disponible en comiquerías y librerías en formato físico, pero también en digital en las plataformas habituales como Google Books, Amazon, iTunes, BajaLibros o Kindle.