Historieta Argentina

El golpe de la Cucaracha, de Gato Fernández

Reseña de su esperada primera novela gráfica

El golpe de la Cucaracha, de Gato Fernández

"En la casa hay fantasmas" reza el subtítulo del libro desde la portada. Y ese enigmático mensaje es el que abre la puerta a lo que representa el primer trabajo extenso para la artista integral Cecilia "Gato" Fernández. Pero ¿qué significa la frase? Los fantasmas son entidades incorpóreas que representan la presencia de espíritus y suelen proceder del pasado. La cultura popular asocia los fantasmas a entidades con viejos asuntos que necesitan ser resueltos antes de dar el siguiente paso. También los ubica ligados a casas antiguas, donde se dedican a asustar a quienes las habiten. Y, si la analizamos, la historia que nos presenta la artista junta todos esos elementos. En la casa hay fantasmas.

Los fantasmas de El Golpe de la Cucaracha no están cubiertos de sábanas blancas y son bastante tangibles. Habitan muchas casas en muchos lugares, pero poquísimas veces nos enteramos que están ahí. Incluso pueden estar en la casa de algún amigo o amiga, o en la de algún familiar. Y causan muchísimo más terror que cualquier aparición.

La historia de Gato Fernández, ganadora como novela gráfica en el concurso de Literatura del Fondo Nacional de las Artes 2020, trata sobre el abuso. Y los fantasmas son aquellas personas que perpetran abusos. No le estoy spoileando nada, querido lector, la autora se encarga de avisarnos antes de la primera viñeta que esta obra va dedicada a todas aquellas personas que están sobreviviendo a él. Y también a quienes no lo lograron.

Los ratones que pueblan la imaginación de Lucía
Los ratones que pueblan la imaginación de Lucía, su forma de manejar la realidad.

No quiero contar mucho más del desarrollo porque espero que cada quien pueda tener su propia experiencia leyendo el gran trabajo que desarrolla Gato en estas páginas. Es una historia muy personal que hace pensar y provoca muchos sentimientos en el lector. Y no todos ellos agradables. Hay una protagonista, una pequeña niña de nombre Lucía, de muy corta edad. También hay otros personajes que conviven con Lucía: su hermano mayor, su madre, su abuela. Y Alberto. El relato nos enseña como Lucía se relaciona con los integrantes de su familia, como juega con su hermano, como pasa el tiempo con su abuela. También nos muestra su vínculo con la religión, el juego cotidiano, el jardín de infantes o las peleas entre sus padres.

Gato Fernández posee un dibujo que a la vista puede resultar bastante sintético, con pocas líneas, trazo sinuoso y un poco desgarbado. No escatima en agregar detalles en las viñetas, que muestran el mundo de Lucía un poquito más allá de lo que simplemente se cuenta en los globos de texto. La narrativa intenta ser simple, sin sumarle muchas complicaciones, ya que los propios hechos que se cuentan muchas veces tienen su propio peso agregado. Y en esas secuencias más fuertes y tortuosas es donde el trazo sinuoso y turbulento de la artista adquiere más fuerza. Es interesante como elige contar esas partes de la historia, muchas veces sin recurrir a analogías complicadas. Es la historia de un abuso sexual sobre una niña, y si al lector le resulta desagradable y terrible es porque el abuso es desagradable y terrible. Pero como la protagonista tiene una visión infantil, la autora se ayuda de esa misma visión para rodear muchas de las cosas que pasan, incluyendo en las viñetas el mundo imaginario de Lucía. Tenemos constantemente la presencia de unos seres que ella llama "ratones", tenemos fantasmas, cucarachas, juguetes parlanchines y diablillos que indudablemente representan lo que está mal. También las secuencias donde Lucía se adentra en mundos imaginarios con su hermano, o aquellas donde simplemente está jugando, ayudan a describir lo que pasa por su cabeza.

La mirada de Gato Fernández sobre lo que está contando es sumamente personal y muy profunda. No escatima en nada. Desarrolla el abuso sin ponerse colorada a la hora de retratarlo, no da vueltas y dice las cosas claras. Muestra como la familia, los conocidos y hasta los profesionales que tienen que detectarlo pueden fallar a la hora de manejar estas situaciones. Muchas aristas del problema están contempladas en la historia. Y lo que le queda al lector es esa sensación de impotencia, unas ganas terribles de tratar de ayudar a la pequeña Lucía a salir de ahí.

Lucía habla con Dios en un bidet
Lucía habla con Dios. Y Dios está en su bidet.

Muchas veces hablamos de historias que sirven como vías de escape, que nos permiten relajarnos y divertirnos por un rato, perdiéndonos en mundos ficticios. Otras veces hablamos de historias que aprovechan la ficción para llegarnos de algún modo y hacernos pensar un poco más. Pero hay unas pocas historias que no sólo nos hacen pensar, sino que también nos hacen replantearnos cosas sobre nosotros mismos y nos conmueven profundamente. En este último grupo están obras como Píldoras Azules (Pilules bleues) de Frederik Peeters, La favorite de Mathias Lehmann, El azul es un color cálido (Le bleu es une couleur chaude) de Julie Maroh, La Casa de Paco Roca o, en el ámbito local, Poncho Fue de Sole Otero. Y en ese grupo limitado de historias está también El Golpe de la Cucaracha, de Gato Fernández. Sin dudas estamos ante lo que va a ser uno de los libros más importantes del 2021. Le dejo al lector la oportunidad de sentir todo esto que produce la artista con su historia.

Actualmente está activa la preventa del libro, que saldrá los primeros días de Marzo de la mano de Historieteca Editorial:

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Escrito por:
Damián Pérez
Llamé Kalelia a un caracol fósil por el primer superhéroe.
Damián Pérez
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