Conocí a Germán Erramouspe, como tantos otros lectores, por darle vida con sus dibujos a «El Hombre Primordial» (EHP), guionizado por Mauro Mantella. He leído varias de sus entrevistas, escuchado sus charlas y disfrutado sus historietas. Pero haciendo gala del #QuedateEnTuCasa, me nace la idea de contactarlo por redes sociales para charlar un rato, hacerle un par de preguntas... «Hacer una entrevista», le dije. Y aceptó. Lo que podría haber sido un ida y vuelta de preguntas y respuestas, tomó tintes más amenos, una suerte de charla, más o menos guiada. Bienvenidos sean al Mundo de Germán Erramouspe.
Hijo de los 90's
La pregunta obligada para arrancar era obvia. ¿Cómo decidiste dedicarte a esto? «Sé cuándo fue el momento que lo decidí, clavado. Los que me conocen están re podridos de escucharlo, pero fue a la salida del mediodía del turno mañana del secundario, en primer año. Tenía 13 años, era invierno, se sentían los primeros frescos. En el kiosko de revistas estaba el número 4 de X-Men publicado por editorial Columba. Yo ya venía comprando las historietas de DC que sacaba Perfil, y alguna Intervalo o El Tony... lo que el canillita me podía ofrecer. No conocía comiquerías, vivía en Brandsen, una ciudad alejada de CABA. La base, la raíz de la historieta ya estaba en mi cabeza y cuore, pero cuando vi ese cómic de los X-Men con la portada de Jim Lee...se me acomodaron las prioridades. Fue casi mágico. Ya tenía el número 1 y había flasheado, pero fue con el 4 que decidí dedicarme a esto...Sabía que iba a ser historietista. No dibujante, historietista», cuenta Germán.
A diferencia de otros dibujantes de historieta, Germán Erramouspe parece haber salido de la nada. Otros artistas son fácilmente rastreables al mundo del fanzine o publicaciones menores. Todo empezó, según nos cuenta, con X-Men #4 pero, ¿qué pasó en todos esos «Años Perdidos»? Entre X-Men y EHP debe haber algo para contar, además de una adolescencia copiando -y superando- a Jim Lee.
«Nah, qué superando... A Jim Lee lo sigo teniendo allá arriba... Junto con otros. No me ubicás de antes porque no publiqué en ningún otro lado antes de EHP: Fue mi primera experiencia profesional. Y fanzines sí, hice...dos números de 20 copias o 30, que solo fueron a parar a amigos, familiares, conocidos y alguna persona que lo habrá comprado. Pero no estaba en la movida fanzinera, lamentablemente.
En el año 96 se hizo la primer Fantabaires, yo tendría 14 años, y ahí descubrí a los muchachos que hacían fanzines. La convención se hizo en un segundo piso de un sociedad italiana, chiquito el lugar... Vino Alan Grant, el evento estaba al tope de gente. Ahí vi los trabajos de los chicos que hacían fanzines y... "wow". Yo había llevado mis dibujos con una historieta que hacía en ese entonces para mí (lamentablemente perdí los originales). La historieta era una revistita hecha como si fuese un comic book, dibujada de ambos lados de la hoja, coloreados... pero no tenia idea del concepto del fanzine. Es más, esa revistita solo era un objeto personal, un juego, un deseo... Pero era un desvergonzado y la mostraba a quien pudiera. Llegué a hacer 4 números de 22 páginas. Todo una copia de todo lo que conocía hasta el momento. Sí... un desvergonzado».
Continúa recordando «...Y ahí conocí a la gente de Catzole: Salvador Sanz, JJ Rovela y Julio Azamor (sus dibujos andaban por ahí, a él no lo vi)... también a Sebastián Ramseg, Gabriel Luque... Todo un grupo de gente que me mostró cómo dibujaban sus paginas: en blanco y negro, con hojas de alto gramaje, bah...me estaban mostrando sus originales en definitiva, aprendía viendo esas paginas.» Y, añade «Previo a eso, había pasado por Camelot (la comiquería) a comprar algo y Claudio Díaz (escritor de Relatos de Terra Incognita), que en ese entonces atendía ahí, me dijo al ver mis dibujos "¿Sabés que no se dibuja con lapicera negra? La tinta es aceitosa y se pierde en el tiempo". Esos fueron los primeros encuentros con algo que era más profesional. Salía de la burbuja del pibe que dibuja solo en su casa o con un amigo. Aprender que se puede dibujar con otras herramientas y ver que las páginas se hacían en hojas grandes, en blanco y negro y que no se pintaban directamente».
Germán se ríe cuando digo que no debo ser el único que lo juzga en este momento por decir que tiene «allá arriba» a Jim Lee. «¡Me topo siempre con que me juzgan por eso...! Pero cuando salió, Jim Lee era explosivo. Éramos muchos a los que nos partió la cabeza. Además lo estaba leyendo en dos historietas en paralelo: X-Men por un lado que era todo personajes con brillitos... y Punisher por el otro, todo oscuro. Te podrá gustar o no, pero siempre, me parece, que tiene pasión. Y desde joven ya tenía un estilo definido. Muy definido. Fue cambiando un poco, pero su estilo estaba arriba, en lo alto, junto con una generación de tipos como Mark Silvestri, que definieron una estética y estaba buenísimo lo que hacían».
MB─ Buenísimo lo que hacían... Buenísimo para vos.
GE─ Sí, para mí (risas).
MB─ Igualmente, entiendo lo que decís. A mí me encantaba (en pasado, eh) Joe Madureira. En Camelot, la primera revista que compré, fue Astonishing X-Men #4, Era de Apocalipsis... Amaba ese diseño de Rogue.
GE─ Bueno, ¿ves?... ¡A mi Madureira nunca me movió un pelo y supo influenciar a otra parte del piberío! (risas)
Influencias
El entrevistado ya nos habló de su primer contacto con el mundo de la historieta, y lo que significó Jim Lee en su decisión de volverse historietista. Pero, ¿qué otras influencias merodearon el pasado de Germán y siguen vigentes hasta el día de hoy? Al preguntarle, el primer nombre que viene a su mente es David Mazzucchelli. «Tanto a nivel dibujo como guion, tengo que nombrarlo. Su trabajo en Batman Año Uno me marcó hasta el día de hoy. Me partió la cabeza. Nunca lo imité, pero hay cosas que veo que hago en mis trabajos y es claro que lo aprendí viendo el suyo. No fue decisivo como lo de Jim Lee, pero ahí estaba la base de todo. Creo que iba a quinto grado cuando me compré este cómic de Batman. Pasé por el puesto de diarios y vi una revista del mencionado héroe, la cual pasé a buscar al día siguiente por la mañana... pero ya había pasado el recambio de revistas. No estaba la que vi, en su lugar estaba el primer capitulo de Año Uno. "Este dibujo no parece Batman". Estaba medio decepcionado, Esperaba ver a Batman con su traje Azul y gris y una estética un poco más pop que aun mantenía en los principios de los 80. La empecé a leer y fue una locura, el guion encajaba con el ese dibujo, que pasó de la decepción a la perfección. Así que, respondiendo a tu pregunta y sumando otro nombre: Frank Miller. Es de los guionistas que más me gustan, tiene un estilo que veo que muchos otros tienden a imitar. Esa forma de narrar el pensamiento del personaje mientras realiza una acción... Vos te das cuenta cuando alguien hizo “la gran Frank Miller” y le queda mal. Solo a él le sale bien describirte una pelea con... Daredevil o Batman, pensando "no le parto la cabeza, tengo 10 formas de golpearlo... y 5 de quebrarle el brazo desde este ángulo". Cosas de ese estilo. Eso me encantaba».

MB─ Hay más, me imagino.
GE─ Esos son tempranos. Ahora te nombro a Jean Giraud (Moebius)... Pero en la época de Blueberry. Me gusta el vuelo que tiene. Alex Toth, me parece increíble y cada día me gusta más. Son muchos los que tengo en el podio. A Alberto Breccia lo descubrí de más grande, y también me alucinó. Lo primero que leí de él fue Los ojos de plomo, la primera aventura de Mort Cinder, pero una última parte, ponele, las últimas 20 páginas, porque lo leí fraccionado en la antología La Rambla. Tendría 16 o 17 años.
«Perdón por lo extenso, ¡pero me gusta hablar de comics!», se disculpa modestamente Germán.
MB─¿Y gráficamente?
GE─ Gráficamente Miller también está en mis influencias, y Hugo Pratt. Pero de los tipos que estudié...Que estudié e imite la línea en su momento, como dibujante... Jim Lee. Aunque mi estilo no se parece en nada.
De ahí pasé de querer copiar a diseñar mi propio estilo, por decirlo de alguna manera. Copiar, y copiar, era la forma. Poner sombras mal hechas, copiar del Sin City de Miller, usar hojas A3... En Brandsen estaba dibujando todas las horas del día que podía mientras no estaba en el secundario... Dibujábamos con un amigo, Sergio Monjes, que dibujó Bizancio acá en Argentina (guionizado por Mauro Mantella). Sergio, para mí, es uno de los mejores dibujantes de historieta que tenemos hoy en día.
Desde este punto, Germán nos cuenta lo que fue conscientemente el primer fanzine que realizó, retomando algo que dijo anteriormente. «Tuvo 2 numeritos nada más, de 20 páginas cada uno, con guión propio. Lo hice cuando iba a tercer año, me acuerdo que llevé a Fantabaires 97 el primer número. 20 ejemplares, los muchachos de los fanzines me dejaron amablemente ponerlos en su batea. Habré vendido uno solo, los demás los terminé regalando a amigos. El segundo numero habrá tenido 4 copias. Como te decía, lamentablemente nunca estuve en el circuito de fanzines, dibujaba solo para mí haciendo muestras… Dibujar siempre el mismo monigote anatómico una y otra vez para asimilarlo y volverlo a romper, seguir aprendiendo sobre lo aprendido. Un acto de repetición constante, un ritual casi religioso (risas)».
GE─ La charla me trajo recuerdos. Lo hice recién: ¡Un Cíclope a lo Jim Lee!

MB─¡Cyclops es mi personaje favorito de X-Men! En una época molestaba a todos los dibujantes para que me dibujen uno.
GE─ Sí, el mío también.
MB─ Ese Cyclops ya tiene nombre, es mío eh...
GE─ Trato hecho.
¿Quedó algo por agregar? Seguro que sí, y Germán se explaya: «A las influencias que están inconscientes como Mazzucchelli, te sumo a Norm Breyfogle. Tampoco lo imité, pero siempre estuvo ahí para ser mirado y admirado. Me pasaba -y sigue pasando- que los cómics primero me entran por el dibujante. Que una obra diga que tiene guión de... "Fulanito" (no vamos a decir nombres), no me dice nada en general, pero si dice dibujado por "Menganito"... y encima tiene guiones de alguien que es bueno, genial. Adentro. Lo mío es visual primero. Obvio que es una decepción tener un buen dibujo y un guión nefasto».
Y sin poder evitar caer en el lugar común, el nombre del Mago de Northampton se hace presente. «Sería muy hipócrita decirte que Alan Moore es una influencia a la hora de elegir lecturas, porque no lo es. Pero La Broma Asesina me volvió loco. Lo leí cuando lo sacó Editorial Perfil, a los 12 o 13 años. No soy fan de Moore, pero todo lo que leí me pareció excelente. Y los dibujos de Bolland... espectacular. Watchmen no lo tenía cuando estaba en boca de todos. Cuando lo leí pasados los años me encantó. V de Vendetta nunca lo compré, no lo tengo, pero me lo prestaron hace años y lo recuerdo patentemente. Eso pasa porque es una gran historia, pero no voy de cabeza a comprar algo de Alan sabiendo que siempre es excelente y que al leerlo lo voy a disfrutar, es una falencia que tengo. “La cosa” me entra, primariamente, de forma visual».
Quedó colgado otro nombre. En esta ocasión, un referente nacional. «Horacio Altuna es uno de los dibujantes más grosos que hay. Siempre quise dibujar Buenos Aires como él. Era hermoso ver a "El Nene Montanaro" en la contratapa del diario Clarín con esa Buenos Aires tan bien retratada. ¡Encima Altuna estaba dibujando desde España!. Si hay que hacer una historieta costumbrista, pienso siempre en él».
MB─ No sabía que se conocían con Sergio Monjes. Bizancio es una de mis historietas locales favoritas. Vos se lo "presentaste" a Mauro? ¿Fue casualidad que laburaran juntos?
GE─ No, yo se lo presenté a Matías Timarchi. Bizancio salió primero por Ovni Press, ahora lo reeditó Rabdomantes Ediciones. Pero fue un proyecto que nació ahí, cuando Ovni estaba en pañales. Se lo presente a Matías, que lo contactó con Mantella. Matías y Sergio hoy en día están trabajando juntos haciendo Machine Girl para Stonebot Comics y, como te dije antes... Sergio la descose!
Cruzando Fronteras
Como pasa con muchos dibujantes nacionales, para poder vivir de su arte tienen que recurrir a la industria extranjera. ¿Cómo fueron los primeros pasos de Germán fuera de Argentina? Según cuenta, Matías Timarchi tuvo la idea de representar a algunos dibujantes que habían trabajado junto a él. «Yo quería trabajar para afuera, pero nunca había mandado una muestra oficialmente. Tampoco sabia cómo. Matías fue a San Diego y probó suerte (a la primera no funcionó). Yo había hecho una muestra de Conan en ese momento, y tenía también las páginas de EHP».
Fue un año complicado donde trabajó en una productora haciendo storyboard para animación, también trabajó en un cómic que no se editó nunca, de un guionista yankee independiente, William Roe, que pagaba de su bolsillo porque no tenía editorial que lo respaldara económicamente. «Hicimos una cosa onda Star Trek, donde sucedía todo en una nave. Como 40 páginas donde solo había gente charlando, por lo que aprendí a mover la cámara lo más creativamente posible dentro de mis conocimientos y limitaciones para que no sea muy aburrido el asunto. Pero ésto no fue publicado, así que es medio en vano mencionarlo», agrega.
¿Y cómo fue el salto? «...Es así como el editor de Avatar Press entró al sitio donde Matías subía los trabajos que hacíamos los dibujantes con los que él trabajaba, y vio unas páginas que hice. Eran de una historia onda James Bond en el desierto afgano, estaba disfrazado con un turbante en una moto. Le gustaron, y me alegro aun hoy que así fuera (risas). Esta historia del pseudo Bond era también para un guionista independiente, Peter Vine».

Y así fue como arrancó a dibujar en Avatar una historia nueva con guion de Simon Spurrier, llamada Disenchanted.
MB─ Dibujaste guiones de Mike Costa, Simon Spurrier, David Hine, Amy Chu... Todos los guionistas suelen tener dinámicas distintas con los artistas. ¿Tuviste mayor o menor contacto con alguno? ¿Hablaron algo? ¿Con cuál te sentiste más cómodo, no por el guión en sí sino por la forma de trabajar?
GE─ Durante toda la etapa de avatar no tuve contacto con los guionistas, porque el editor tenía una forma de trabajar donde vos le tenías que escribir a él, y él se ocupaba de escribirle al guionista. No quería que estuviésemos en contacto directo. Con Hine particularmente hablé ya terminando de hacer Night of the Living Dead, porque nos agregamos a Facebook. Y lo que sí te puedo decir, es que disfruté mucho sus guiones. Es muy visual su estilo. De esa época en Avatar, es con el que más disfruté trabajar. No me gusta dibujar zombies, es algo que no me entusiasma para nada, pero hacer este cómic estuvo buenísimo. David Hine agregaba en los guiones detalles que sirven mucho al dibujante y no te marean para nada. Dentro de la misma editorial volvimos a laburar en un arco argumental de Crossed, serie que no me gustaba en lo más mínimo, pero con los guiones de él, trabajarla fue un placer.
Recordando su último trabajo para Estados Unidos, Germán nos habla de Amy Chu, la guionista con quien hicieron Green Hornet para Dynamite. A diferencia de su paso por Avatar, en esta ocasión el trabajo con el editor era distinto. «Anthony Marques, el editor, intercambió nuestros E-Mails para que podamos estar en contacto. Amy me escribía, chateábamos... Muy copada, la verdad que siempre fue muy amable. En una entrevista que le hicieron previo a la salida de Green Hornet, habló muy bien de mi estilo de dibujo pese a que la entrevista era para que hablara sobre ella. Muy agradecido, muy buena onda y generosa. Se laburó tanto con ella como con el editor de forma muy fluida. La dinámica de trabajo parecía más un laburo de autor como lo que estoy haciendo ahora para Francia, que uno de licencia. Había muy buena comunicación», destaca.
MB─ Seguramente el editor de Avatar no quería que se asocien y corten por su cuenta, receloso del trabajo.
GE─ Sí, todo da a suponer que es como vos decís, pero boeh... suposiciones, ¿no?
Hay muchos casos donde el editor se pone medio quisquilloso con algunos apartados artísticos, correcciones o cosas que quiere que se modifiquen. Consultándole a Germán si le tocó vivir alguna experiencia de este tipo con algún editor o guionista, contesta «Editores...La verdad que no. Malos tragos no he tenido con respecto a correcciones y hacerme laburar de más. Sí capaz que, cuando empezás un proyecto, hay que ajustarse a la línea editorial o a lo que el proyecto requiera. Me pasó con William Christensen (de Avatar Press) con la última serie que hice para ellos: Dark Gods. Yo quería hacer un estilo un poco más dinámico, tal vez más exagerado en los rostros, escaparle a ese estilo pseudo realista que hago (que no es realismo)... Hice los diseños de los personajes con esas intenciones, fueron aprobados y arranqué las primeras páginas, mandé los lápices y estuvieron aprobados también. Y cuando empecé a entintar... medio que no le gustó, y tuve que rehacer muchas cosas. Pero solo eso, volví a lo clásico de mi dibujo, lo que le gustaba a él como editor».

Respecto a su método de trabajo, agrega «tengo un método de laburo que lo tienen muchisimos dibujantes. Primero envío los layouts, los diseños de la página. Mis layouts son muy entendibles para que el editor o guionista los comprendan y si hay que corregir o ajustar algo trato de que sea en esa etapa, para evitar hacer correcciones sobre unas páginas ya entintadas (que también suele pasar). Si hubiera que hacer una corrección no me quejo. O sí, pero bueno... Son las reglas del juego y el juego es que sea legible lo que queremos contar en una historieta».
¿Y guionistas? «La primer experiencia fue con Mantella, alguien que sabía lo que quería. Por otro lado yo también sabía lo que quería dibujar, entonces no hubo... "dejame que encuentre la palabra"... (NdelE: No la encontró). Ambos tenemos visiones bastante distintas de cómo encarar un trabajo y si bien los dos éramos inexpertos, llegamos a acuerdos felices para que pudiera salir una obra que nos gustara a ambos. Años posteriores, Cuando tuve que hacer lo de Disenchanted, ya tenía un background que me ayudó a encarar el trabajo con Spurrier, del cual no recuerdo que me marcara alguna corrección. Sus guiones técnicos eran bastante descriptivos, me recordaba mucho a la forma de Mantella. No en el contenido de sus historias, pero sí en la forma de describir un guión para el dibujante. Parecía que realizaron el mismo camino de aprendizaje, había yeites reconocibles entre si.»
Proyectos personales y locales
Cuando le pregunto a Germán si en algún momento de su vida profesional lo sedujo la idea de ser autor integral (o sea, dibujar sus propios guiones), me contesta que sí, que sigue teniendo esa idea, pero que carece de tiempo. «El personaje del fanzine de cuando tenía 16 años está remodelado y tengo el plot, la idea. Pero no tengo tiempo de ponerme a dibujarlo y escribirlo».
La idea de ver más material suyo en Argentina es seductora, por lo que, al preguntarle si le gustaría trabajar en algún momento con algún guionista que publique en Argentina regularmente, Germán responde que le gustaría trabajar con Rodolfo Santullo y Damián Connelly. «Con Santullo hace rato que venimos charlando para trabajar juntos, pero no se ha dado. Con Conelly lo mismo. Son guionistas que me gustan. Tampoco me leo todo lo que hacen, pero las cosas que he leído me gustan mucho. Manejan buenos diálogos, fluidos, creíbles. Me interesan mucho los guionistas que hacen que te creas a los personajes, que no sean acartonados». Agrega, también, que tiene un proyecto con Nicolás Brondo, y que si bien el guión ya está hecho, faltaría cumplir su parte con el dibujo. Pero por ahora, sus proyectos con guiones e ideas propias están parados. «Esperemos poder hacerlos pronto. Por ahora son sólo proyectos, proyecciones, nada concreto pero sí deseado».
Imaginándonos que hay tiempo de sobra y libertad creativa, seguramente haya un género o estética que le gustaría explorar. ¿Una Space Opera sería, una comedia con protagonistas antropomórficos. Algo debe tener prioridad en la mente de Germán Erramouspe. «Mirá... Géneros, te puedo decir lo que no me gusta. Dibujar zombies, que ya lo hice. Una Space Opera no me genera mucho entusiasmo tampoco, aunque el desafío capaz estaría bueno. Me siento cómodo con el género Noir, con los policiales, las aventuras. Me gusta la aventura, me gusta poder plasmar dinamismo en las páginas. Que sea rítmica la cosa. Me gusta la narrativa con mucho ritmo, hasta cuando hay una charla. Y la aventura se puede poner en una historia noir o costumbrista, no tiene que ser exactamente sinónimo de Indiana Jones, ¿no?.
El mejor ejemplo que te puedo dar, que me parece que puede llegar a tenerlo todo, es la serie Twin Peaks. Un policial con misticismo, estilo noir, humor. Juega con todo, es un claro ejemplo de que se pueden abordar todos los géneros de una forma bien hecha, dependiendo como lo encares».
La entrevista sigue, pero hasta acá llegamos por hoy en lo que podríamos definir como una introducción de su trayectoria. En unos días, podrán leer la segunda y última parte, donde Germán contará más a fondo los elementos que utiliza para dibujar, sus objetivos como historietista, su visión de la realidad de la historieta en Argentina, sus últimos trabajos, y algunas cosas más. Los espero en El mundo oculto de Germán Erramouspe.
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