Historieta Argentina

Gilgamesh: Un monstruo, de Ricardo Ferrari y Lucho Olivera

Repaso del primer tomo de la Colección Infinito de Doedytores

Gilgamesh

Difícilmente el enorme Lucho Olivera (Corrientes, 1942-Buenos Aires, 2005) hubiera podido imaginar, allá por fines de la década del sesenta, que su creación como artista integral para Editorial Columba llegaría a perdurar por casi tres décadas. Es que Gilgamesh, el Inmortal nació como un humilde autoconclusivo para la antología D’Artagnan, pero pronto se convirtió en serie, merced al fuerte impacto generado en el público, que solicitó a los editores nuevas aventuras del rey sumerio que no podía morir. Dividida en cuatro diferentes etapas entre 1970 y 1998, contó con las colaboraciones de Sergio Mulko, Robin Wood, Ricardo Ferrari y Alfredo Grassi en el apartado argumental, y asistencia perfecta de Olivera en la faz gráfica.

La recuperación de este clásico nacional enrolado en la ciencia ficción corrió por cuenta del sello de Javier Doeyo, que desde 2008 hasta la actualidad, ha reeditado la totalidad del primer y último periodo impreso del personaje, a través de cuatro imprescindibles tomos. El lector argentino tiene ahora la posibilidad de acceder al periodo más extenso de la saga, pergeñado por el prolífico Ricardo Ferrari (Vedia, 1957). Estos 71 capítulos, publicados originalmente entre 1986 y 1994, comienzan a ser rescatados en su propia colección, inaugurada con el tomo que nos ocupa.

El libro que inicia la Colección Infinito, se titula Un Monstruo, contando con 80 páginas B/N en el tradicional formato comic book. Presenta una portada algo descuidada -tanto por la viñeta elegida como por su tratamiento-, la nota introductoria de rigor firmada por el amigo Ariel Avilez, y los siete primeros episodios del periplo; material cuya correspondencia con los números de la revista en que originalmente se editó no está consignada, a diferencia de los volúmenes previos presentados por Doedytores, que sí incluían esta información -valorada por el fan-.  

Vuelta por el universo

Base
Llegando a la base lunar

Para el lector recién llegado, cabe destacar que las referencias a acontecimientos previos que puedan llegar a encontrarse en estos relatos -de entre 10 y 12 páginas-, son más bien mínimas, volviendo amigable la lectura. Lo único que se necesita saber, es que en un distante futuro, el hombre de la vida eterna circula por el espacio a bordo de una astronave. Claro que quienes hayan leído las etapas anteriores del personaje van a disfrutar de ciertos guiños a algunos tópicos desarrollados por Mulko y Wood.   

La primera entrega, de título homónimo al libro, narra la llegada de la nave que transporta al protagonista a Nippur, planeta al que, allá lejos y hace tiempo, colonizó. Actualmente, los habitantes de este mundo se encuentran siendo el patio trasero de un conflicto bélico intergaláctico, razón por la que han tomado una particular decisión. ‘Leyenda del inmortal’, el segundo capítulo, narra la intercepción de la nave de nuestro calvo héroe por parte de un grupo de exploradores que intentan replicar su condición, con un interesante giro final. Sigue ‘Qtlan, Nihar y el libertador’, donde acontece otro cruce espacial, esta vez con un carguero-zoológico dirigido por una inteligencia artificial. Una raza pensante con rasgos reptiloides, cautiva, logrará asumir el mando tras una rebelión inspirada por Gilgamesh, inmerso en la locura.

‘El parásito’ relata la cruenta batalla contra una nave hostil, que acaba con ambas estrellándose en la superficie de nuestro satélite natural. En un combate decisivo, mano a mano contra la piloto atacante, una vampiresa, saldrá a la luz la cordura perdida. En ‘Juego de video’ se presentan varias dificultades a la hora de recorrer una base humana lunar abandonada, buscando el modo de regresar a nuestro planeta. El sitio, de origen militar, presenta un programa de simulación virtual que confundirá los sentidos del viejo monarca.
‘Hijo eléctrico’ constituye el primer paso en la accidentada travesía que lo traerá de regreso al hogar, luego del hallazgo de un antiguo y olvidado trasbordador. El viaje será interrumpido a partir del cruce con una antigua estación orbital a la deriva, en cuyo interior cierta extraña presencia aguarda visitas. Cierra el emotivo ‘Encuentros’, donde la exploración del gran crucero espacial Orión, último prodigio de la humanidad antes del caos atómico que asoló el planeta, derivará en una misión por la memoria.  

Desde los satélites

Tecnologias
Descubriendo nuevas tecnologias

Los argumentos de estos primeros números, sin ser una maravilla, resultan tan entretenidos como funcionales al rumbo que irá tomando la serie. Puede llegar a pensarse que la idea del guionista era, además de ir agarrándole ‘el pulso’ a tan compleja creación, despegarse un poco del último tramo de la etapa pergeñada por Wood -y sus muchas implicancias-.

Por el lado del dibujo, la plena madurez artística de Olivera se evidencia desde la mismísima puesta en página, donde su talento se complementa con oficio para sortear exitosamente esa proliferación de cuadritos tan propia del estilo Columba, mediante diferentes recursos. El blanco y negro vuelve todavía más disfrutable su arte; con trazos plenos de imaginería visual a la hora de retratar máquinas y contextos, pero capaces también de dotar de una gran expresividad a los personajes toda vez que las diversas tramas lo requieran.                                                                                                                                                       

En definitiva, bienvenido sea este lanzamiento y el grato rescate editorial que se propone de acá en más. Con el segundo volumen próximo a salir -de un total estimado en diez- y ajustando algunos detalles mínimos, la Biblioteca Infinito está llamada a ser una colección fundamental para el aficionado argentino. Que apoyamos y recomendamos, fervientemente.     

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Escrito por:
Mariano Sicart
Mariano Sicart
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