Como siempre digo, muchas veces la historia detrás de las historietas es tan importante como las historietas mismas, y si hay un libro que simbolice esta idea de forma casi perfecta es “Historias Cortas”, el libro publicado por EDUVIM, la editorial universitaria de Villa María, de la provincia de Córdoba; con guiones de Luciano Saracino y arte de Carlos Gómez. Este hermoso ejemplar fue una de las novedades más esperadas de la Crack Bang Boom de este 2018 y con razones de peso: dentro y fuera de sus 96 páginas tiene mucho para contar.
Para hablar de “Historias Cortas” primero tenemos que hablar de Télam, la agencia de noticias más importante de nuestro país y de toda Latinoamérica. En 2011 Lautaro Ortiz propuso a Télam la realización de un suplemento de historietas en el que trabajaran autores y artistas nacionales, produciendo material inédito para el proyecto. Varios nombres se barajaron y otros más se sumaron cuando el proyecto fue aprobado. Ariel Olivetti, Quique Alcatena, El Tomi, Minaverry, entre otros, y nuestros Saracino y Gómez. Las credenciales para ambos sobran (con Carlos apenas hace falta mencionar su titánico trabajo en Dago con el maestro Robin Wood; con Luciano tenemos que sacar el pergamino para mencionar todas las obras grosas que escribió). El 10 de diciembre de 2011 se distribuye por el interior del país el primer número del suplemento “HN”, el primero de 224.
En el #153 es donde se cruzan los autores que aquí nos competen, con las primeras tiras de “Kuntur”. Se cae de maduro que estos dos historietistas confluyen de forma perfecta y el producto es de excelente calidad. Sin embargo, esta primera historia sobre un místico guardián en la América colombina queda inconclusa para dar lugar a nuevas historias, historias cortas… y esas son las que recopila el libro que ahora tenemos entre nosotros.

En febrero del 2015, fascículo #165, los astros vuelven a encontrarse con este nuevo proyecto de tiras que ocupan todo el suplemento con magia, en este caso con “La Noche de los Bastones Largos”, que no solo le da la portada al libro recopilatorio sino que además es de las mejores del mismo, tanto por su guion fuerte y comprometido sino por los maravillosos y realistas trazos de Carlos Gómez. La magia no es casualidad, y se replica en cada nueva historia que realiza la dupla. Muy destacable la versatilidad de Gómez, que le pone el pecho a narrar crónica oscura, comedia caricaturesca, fantasía y hasta a hacer poesía con las tintas.
Hay muchos detalles interesantes, como que el profesor en la primera historia (al que le pegan el ahora icónico palazo) no es otro que el guionista, o la repetición de un tópico que Saracino ya domina y es la colonización inglesa, la “batalla perdida”, que en la historia humorística “La playa” se da el gusto de convertirla en una victoria. Otro detallito es que la tristísima “Dictadura” salió en el #168, el 28 de febrero de 2015, aunque en el libro figure que salió en el #165 (el mismo que “La noche de…”). Por supuesto que es una boludez que solo me importa a mí porque soy un quisquilloso.
Las historias comparten todas un núcleo de compromiso político e histórico que nunca flaquea, ni siquiera cuando, desde fines de 2015, los temas pasan de ser “la dictadura” o “los desaparecidos” para ser “la playa” y “el humor”. Saracino lo explica mejor que nadie:
“El que hace historieta no se desideologiza”

Me pregunto qué clase de cambio de paradigma político ocurrió en los últimos meses de 2015, pero lo que sí sé es que fue acompañado de un cambio de directivos en Télam con claras intenciones de desmantelar este refugio cultural que logró por primera vez darle un cargo público a los historietistas del país, que cobraran un sueldo fijo por su trabajo y hasta que tuvieran paritarias (¡!). Les tomó unos meses para que se terminaran los contratos, que obviamente no fueron renovados, y en Marzo de 2016 se descontinuó la publicación de “HN: Historietas Nacionales”.
Podríamos mencionar también que desde ese cambio de directivos no solo se cerró el suplemento de historietas sino todos los suplementos, junto con las versiones portuguesas e inglesas de sus portales web. Podríamos hablar de los despidos ocurridos a mediados de año que vaciaron a la agencia en un 40% y cómo eso llevó a que cinco provincias ya no tengan cobertura. Y sería interesantísimo hablar de cómo estos nuevos directivos y funcionarios están imputados en causas de malversación de fondos, entre otras. Podríamos mencionar todo eso, pero acá estamos para hablar de historietas y cómo hasta el 2015 había un espacio estatal para la expresión cultural de nuestros historietistas y después de 2015 no. Y yo tengo que volver a citar a Saracino porque ese tipo solo abre la boca para tirar máximas y en el video exclusivo que viene con el libro declara:
“Cuando se cierra la historieta es porque se están cerrando otras cosas”
Lo mencioné al principio: “Historias Cortas” es un ejemplar hermoso, desde el diseño evocativo a “Hora Cero Semanal” con la portada a tres colores y el formato apaisado hasta todos los extras que incluye (prólogo, conversaciones entre los autores, ese video exclusivo ya citado, tiras inéditas de la inconclusa “Kuntur”). Impreso en Córdoba, comprado en Rosario y leído en Buenos Aires, es una de las mejores compras que hice en la Crack Bang Boom, y es un candidato privilegiado al mejor libro de recopilación de material previo de este año. “Historias Cortas” es historia en historieta, no solo por los temas (explícitos o camuflados) que atraviesa en cada tira sino por su función como documento histórico de que una vez el Estado, que somos todos, apoyaba la realización de historietas de calidad.
