Con motivo del festejo de nuestro primer mesario, mi novio me regaló una copia de Intensa, de Sole Otero (Hotel de las Ideas, Mayo 2019) y, tras varios intentos fallidos de leerlo en el transporte público*, conseguí devorarlo –ya resguardada en mi habitación. Hoy paso a compartirles mis pensamientos sobre este bello libro.
*Si son personas pudorosas, les recomiendo que mejor maten el tiempo de viaje de otro modo y guarden la lectura para otro momento, pues, a pesar de lo que el precioso trazo de la autora nos pueda hacer creer, quizás no se trate de una obra subte friendly.
Comencemos por aquello que me llamó la atención en primer lugar: los colores bisexuales (como me gusta decir). La combinación de distintos tonos de azules, morados y rosas me fascina, no solo por la selección per se, sino por cómo la armonía generada por la mixtura y por las suaves pinceladas tan características de la autora, habilita una ambientación por momentos delicada y dulce y, por momentos, frívola. La ilustración es simple y amigable; no se trata de vaguedades o falta de talento, todo lo contrario. Los personajes están bien diseñados, bien definidos, y la estética de cada uno es gustosa. El arte secuencial que se contempla es fantástico; ojear las páginas, sin siquiera detenerse en la lectura, ya es de por sí placentero.
Pero, ¿Qué se narra en ellas?
Al inicio, un video tutorial nos pone en contexto: resulta ser que todas las hembras del planeta Club han decidido fugarse en una nave nodriza como intento de contrarrestar los efectos de su inminente muerte tras la reproducción sexual (muerte reproductiva), y se proponen estudiar otras formas de alcanzar la procreación sin riesgos mortales. Se establecen en una flota espacial distribuida de forma tal que un cordón de naves se dedica a la extracción de recursos, y otro a monitorear el cuadrante; y se organizan socialmente para poder satisfacer tanto sus necesidades primarias como secundarias (incluidas las sexuales), sin requerir de los machos.
Así, se nos presenta a Coco, nuestra protagonista, designada como una de las monitoras. Condenada al aburrimiento cósmico, apela a la herramienta de hipnosis, desarrollada por sus pares, y secuestra a un humano (Pedro) para saciar su sed de sexo, sin saber las consecuencias emocionales que esto traería.

Todo el cómic se interna, en un primer momento, en los deseos sexuales de Coco y todos los recursos a los que debe recurrir para poder cumplirlos. XOXO, una inteligencia artificial (que recuerda a J.A.R.V.I.S. de Iron Man), a través de estadísticas y estudios pormenorizados, la va guiando en su voluntad, le diseña un cuerpo humano y le proporciona la información necesaria para que ella pueda venir a la Tierra a emular ser una de nosotros y así, acercarse a su juguete sexual, por el cual irá desarrollando ciertas emociones nuevas…
Hay mucho detenimiento en el abordaje del placer, y las viñetas son totalmente explícitas al respecto. Sin embargo, ni es chocante, ni es violento, ni es incómodo de recorrer; al contrario, y la ilustración tiene todo que ver en este sentido.
A medida que avanza la historia, se indagan cuestiones más profundas en relación a los vínculos. En concreto, se explora toda una sociología alrededor de los elementos internalizados a propósito del sexo y el complejo mundo del flirteo, el enamoramiento y las relaciones de pareja propiamente dichas. Coco es la excusa perfecta para pararnos desde fuera y poner bajo el foco todos esos protocolos que participan en la socialización. Protocolos que, entre inocencias y hartazgos, rompe y cuestiona continuamente, catalogándola como una "persona" intensa.
La obra no se propone analizar qué está bien y qué está mal, sino simplemente identifica lo que tiende a ocurrir. En ocasiones, Coco se pregunta por qué los humanos tienen conductas concretas desde un punto de vista específico sobre vínculos sexo-afectivos (por qué la mujer debe cambiarse de ropa para ciertos eventos, pero no el hombre; por qué no es bien visto esperar sexo en la primer salida, etc.) y desde un punto de vista general, de la vida en sociedad (por qué no es correcto comer ratones vivos en público), pero generalmente no se le da respuesta alguna. Realmente no es menester, para este cómic, ni darnos clases de moral, ni procurarnos una tesis de Facultad.

Algo divertido a destacar es que, si bien Coco no socializó las mismas construcciones, de todas formas, utiliza un léxico muy similar al que nosotros podemos apelar en nuestra cotidianidad. Términos como “coger”, por ejemplo, empleados con el mismo significado rioplatense que conocemos. No es exclusivo de nuestra protagonista, otros personajes clubianos también tienden a argentinizarse, sin mencionar a XOXO, que no solo no es impersonal al hablar, sino que también tiene este lenguaje muy incorporado.
Conclusión
Si bien los aspectos de las relaciones sociales son complejos en sí mismos, al igual que toda la biografía previa de Coco, la historia está narrada de una manera clara, directa, simple. Avanza con un ritmo relativamente rápido que se disfruta completamente. El intercambio de diálogos, por su parte, es orgánico y hace que la lectura sea amena, a pesar de los ocasionales tecnicismos.
La construcción de los personajes es interesante. En concreto, Coco lo es. A pesar de sus obsesiones, sabe muy bien qué quiere, aunque tenga problemas para conseguirlo –pues no socializó los elementos clave para poder vincularse adecuadamente. Es simpática y alocada. Y sí, es intensa.
Recomiendo altamente esta historieta. Me parece sugestiva la idea de proponernos reflexionar sobre todos estos comportamientos que se ponen en juego a la hora de relacionarnos sexo-afectivamente entre nosotros, a la vez que disfrutamos una lectura muy copada.
