Historieta Argentina

La apuesta editorial de Multiversal Ediciones

La nueva editorial de Mariano Abrach

Presentamos a la nueva editorial de Mariano Abrach: Multiversal Ediciones

El que parece ser el mes más largo del año termina a lo grande, con temperaturas que rozan niveles infernales. Pero la ciudad de Rosario es amable y siempre guarda un refugio para charlar sobre uno de sus valores más preciados: la historieta.
Mariano Abrach milita la historieta desde hace años en diversos roles. Y este 2020 debuta como editor de un nuevo sello editorial: Multiversal Ediciones. Enterate lo que charló con nosotros, entre tragos de sidra artesanal.

B ─Contanos tus inicios, ¿cómo llegaste hasta acá?

MA ─En el 2009 empecé como columnista de historietas en el programa de radio de Leandro ArteagaLinterna Mágica”, donde estuve varios años. A la vez, había iniciado un blog propio exclusivo sobre DC Comics (que hace años no actualizo). Ese mismo año estaba terminando la carrera de Comunicación Social, y esa era la forma de no perder la práctica de seguir con la redacción y la radio, materias que tuve al inicio de la carrera. Cuando pensé lo del blog, tuve en cuenta algo que me estimule, por eso recurrí a DC Comics, justo previo al New 52, con la Crisis Infinita y otras historias de esa época. Así que me metí a conocer más sobre políticas editoriales, cómo funcionaban las cosas a nivel del mercado yanki, etc... ya que había perdido el hilo de la editorial.

Hasta que, en un punto, me puse al día con las novedades. Estaba al día con los lanzamientos semanales. Pero rápidamente me saturé. Luego pasa lo del Flashpoint y eso hace que deje DC definitivamente. En eso me llama Raúl López del sitio Zona Negativa, donde me convocaron para cubrir las noticias de DC. Ahí gané mucha experiencia sobre cómo funciona un medio digital, aunque nunca los llegué a conocer en persona. Cuando empiezo a alejarme de DC, Raúl me pidió que no me fuera y aproveché la movida de Image para arrancar una columna dedicada a editoriales independientes, justo cuando se comenzaba a publicar Saga, Manhattan Project y otras series de grandes autores que se mudaban a esa editorial. Comencé a descubrir otras cosas sobre la manera de hacer comics independientes fuera de las grandes editoriales. En coincidencia, aquí en Argentina pasaba algo parecido. Y eso fue una confluencia de la “manera de hacer” autogestiva (salvando la distancias). Pero me di cuenta que me sentía mas identificado con los métodos menos industriales y más artesanales, dando más lugar a los autores, para que puedan contar lo que les pasa y lo que sienten. Y además, seguí el camino del comic local: surgió la Crack Bang Boom y comencé a darle una mano a la revista Terminus. Y cuando se forma el Colectivo Big Sur, quedó integrado a ese grupo, dándole una mano a [Juan Angel] Szama y conociendo como se edita, la impresión, la distribución, ir a eventos, etc.

En esos años, había un problema con la distribución del material de editoriales nuevas: Plan T no lo manejaba y todo dependía de la distribuidora de Andrés [Accorsi, es decir Districomix]. Y justo Andrés iba a estar un tiempo fuera por cuestiones de salud. Y me dije: ¡no puede ser que la distribución de todas estas editoriales dependa de la salud de una sola persona! A la vez abre una comiquería aquí en Rosario [Misternerd], y me di cuenta que tenía un montón de contactos necesarios para la distribución, primero para ayudarlo a él y después para poder llegar a un montón de librerías independientes, que no estaban cubiertas por Districomix pero que gustan de la historieta. Así decidí convertirme en distribuidor. Lo que hacía (y sigo haciendo) es el trabajo de ir a la librería, charlar con ellos, dejarles material en consignación, buscarlo de nuevo, etc.

B ─Es decir que sos un “visitador médico” pero de libros...

MA ─Tal cual, es la mejor definición. Hay que ver lo que se vende, reponer, etc. En algunas funciona y otros no. Luego amplié la zona de influencia, añadiendo más localidades y más puntos de venta. Cuando abrió una comiquería en Villa Constitución [Arkham] los sumé al circuito. Y hace un año y medio comencé a trabajar en una librería tradicional, lo que me hizo conocer más aún el mundo editorial. Ahora pude ver en primera persona cómo funciona la librería desde adentro, cómo funcionan las editoriales hacia las librerías... Y todo fue confluyendo hacia este punto: tener una editorial propia. Así nace Multiversal Ediciones.

Multiversal Ediciones
Multiversal Ediciones llega a Rosario.

B ─Tuviste el privilegio de ser uno de los dos seleccionados del rubro “serie editorial” del programa Espacio Santafesino 2019, el único que incluye una novela gráfica. Contamos el proceso, ¿fuiste con más títulos además de los tres ya anunciados?

MA ─Exacto. El programa tenía dos lugares para editoriales. Hubo otros proyectos de comics que no llegaron a la final. Como te decía, mi idea editorial venía de hace años, y aproveché el Espacio Santafesino como medio para poder aportar y difundir más sobre historieta. El año pasado estaba en el momento justo: acomodado y con las ganas para hacerlo funcionar. Esto no deja de ser un laburo, aunque no espero hacerme rico ni ganar plata. El subsidio editorial pide un mínimo de tres títulos en una colección unida de alguna manera conceptual. Mi concepto es el de “trabajo de dibujantes argentinos hechos para el exterior”. La idea es dar a conocer todo lo que se hace afuera, por ahora priorizando la labor del dibujante. Elegí a Renzo Podestá, Alejandro Aragón y Lisandro Estherren. Apunté a una generación más cercana a mi edad, porque -por ejemplo- lo que hacen Eduardo Risso y Leo Fernández ya se publica y es conocido. Sin embargo, hay muchos grandes laburos de otros artistas que son desconocidos para el público general, por ahí incluso vienen a la Crack y pasan desapercibidos.

B ─Podestá, Estherren, Aragón, todos autores jóvenes, que -salvo Renzo- tienen escasa o nula presencia en Argentina. ¿La línea editorial seguirá ese camino? Es decir, el de acercar al público local obras que ya fueron publicadas en otros países...¿Tendrás en cuenta publicaciones históricas de autores más longevos?

MA ─En el caso de Alejandro [Aragón] no tiene casi nada publicado y Lisandro [Estherren] tiene poco y nada, con Pictus, Etchenique y no sé si algo más.
La verdad es que no descarto nada, para arrancar la idea es tomar autores de esta generación, pero constantemente estoy mirando trabajos de otros artistas, para poder comenzar a planear el año que sigue. En algún momento veré todo lo que tengo anotado y veremos cómo seguir. Por ejemplo: se que Quique [Alcatena] y [Carlos] Meglia tienen laburos inéditos en Argentina que estaría muy bueno publicar, y así hay un montón.  

B ─Entonces este año vas a sacar Ichabod Jones (Wannabe Press), The Last Contract (Boom! Studios) y Death Orb (Dark Horse). ¿Cómo llegaste a esos títulos? ¿Hubo que rosquear derechos con Boom! y Dark Horse? 

MA ─Aunque tuve otras ideas que no se pudieron concretar, intenté ir por el camino más simple: contactar a los artistas que yo (suponía) tenían los derechos. Tuve que hablar con Boom!, Dark Horse y Wannabe Press, que resultó ser la más simple, con un modelo muy parecido al que tenemos acá. En su momento Russell [Nohelty, dueño de la editorial] contactó a Renzo, y como justo estaba parando en mi casa tras su mudanza de Córdoba a Rosario, fue el primero al que consulté al momento de decidir qué publicar. Así que mientras compartíamos comidas y otros momentos cotidianos, le comenté mi idea y me avisó que tenía el proyecto de Ichabod, con muchas ganas de publicarlo en castellano. Y no es que lo tuve en cuenta solo por ser mi amigo: le pedí que me lo pase para leerlo, lo leí, me encantó, hablé con Russell, me dio el visto bueno para sacarlo y listo, fue mi primer seleccionado. 
Otras opciones fueron Damián Couceiro y Leo Fernandez, por sus laburos con [Peter] Milligan [N.de R. The Names, The Discipline], que además lleva al cine a “The Old Guard”. Pero era muy complicado, me parecía más factible arrancar con otros artistas de perfil más bajo, que no tengan tantas complicaciones de arreglos previos con otras editoriales. De todas formas hablo con Damián, preguntándole por la serie de ciencia ficción “Cluster” que sacó Boom! con guiones de Ed Brisson, sabiendo que ellos tenían los derechos. Y me cuenta que por un tiempo se los habían cedido a la editorial, así que tuve que hablar con el encargado de la editorial. A esa altura ya estaba muy avanzado con el proyecto, no me iba a achicar. Así que le escribí a Lance Kreiter [Vicepresidente de licencias y marketing de Boom!] y tuve que explicarle sobre el programa en Santa Fe, que es un subsidio, etc. Por suerte me encontré con una editorial que estaba tan interesada como yo en que salgan las cosas. Lance me devuelve no solo el ok, sino un link a todo el catálogo editorial, ofreciéndome lo que quiera. El problema con Cluster era que ya tenía un acuerdo con Medusa, una editorial española, y este incluía los derechos en latinoamérica, porque no suelen haber otras editoriales que se interesen en publicar su material. Para proyectos como este, en el caso de Argentina, solo tenemos a Utopía y Ovni, por ejemplo. De todas formas, Lance estaba dispuesto a preguntarle a Medusa si tenían planes para publicar Cluster en Argentina. Mientras tanto, yo seguía mirando el resto del catálogo. Y ahí caigo en Last Contract. Así que le escribo a Lisandro [Tekton] y le aviso a Lance que si se caía lo de Cluster, agarraba Last Contract. Lisandro (con quien ya había trabajado en Terminus) me dio el visto bueno y me quedaba fichar al tercer libro.

Ichabod Jones
Ichabod Jones, Cazador de Monstruos, de Renzo Podestá.

Y mientras estaba viendo laburos de Tomás Aira en Dark Horse [que podés encontrar en una reseña de este mismo sitio] y Fernando Baldó [Deep Gravity], Damián me sugiere hablar con Ale Aragón, que tiene “Death Orb”. Así llego a contactar a Dark Horse y les mando mi propuesta, con el recuento entero de mi subsidio y demás. La ventaja es que Dark Horse ya conoce algo de nuestra situación local, incluso me cuentan que acababan de arreglar algo para Argentina, que justo esa obra se había vendido muy bien y estaban interesados en publicarla acá. No tuve que negociar nada extra, con la aclaración de que aún no tenía los fondos para seguir adelante. Cuando me confirman que quedé seleccionado, les escribo nuevamente y firmamos contrato.
Recién ahora estoy empezando a laburar de verdad. Y aunque estoy esperando la fecha de confirmación de los eventos, seguramente Ichabod Jones salga para la próxima Dibujados!, porque ahí está su público, y también sale Wormboy 2. Y además armaremos un mini evento propio entre el Colectivo BS.
Luego, para mitad de año estará saliendo Last Contract, tal vez para el Villa Viñetas en Villa Constitución, un evento al que le tengo mucho cariño y donde siempre me han tratado muy bien. [N.de R.: este cronista puede dar fe de la calidad de este evento, ¡no se lo pierdan!].
Y por último Death Orb, que seguramente salga para la Crack Bang Boom, lo calculo para agosto. Apunto a tener los tres libros en imprenta para mitad de año, hacer una presentación previa y llevar a la CBB los tres libros ya publicados.

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B ─El Colectivo Big Sur está formado por Le Noise, La Pinta y Szama. ¿Cómo funciona “Multiversal Ediciones” dentro del resto del catálogo editorial?

MA ─Tengo la suerte de pertenecer a este colectivo editorial. Cuando les conté de mis planes me invitaron inmediatamente a formar parte como editorial. Aunque de los tres sellos hay planes para traer obras hechas afuera, yo de arranque me aboco a publicar lo que no salió en nuestro país, aunque sea el primer año. De todas formas mi intención es, una vez publicados estos tres tomos, sacar dos colecciones más: una con material original con artistas locales y otra con obras de autores 100% extranjeros. Aún no tengo nada concreto ni cerrado, estoy totalmente abierto a escuchar sugerencias de lectores y colegas. Anoto todo, siempre teniendo en cuenta que sea algo que me guste y me movilice, es una editorial autogestiva y casi personal. Por suerte, el público que tenemos en el Colectivo te permite hacer las tirada mínimas que exigen las imprentas. Una editorial que me gusta mucho es Black Mask Studios, que tiene mucho material, muy bueno y nada editado en castellano. Después tengo planes para hablar con autores de forma directa, abriendo un juego súper estimulante pero que a su vez te da un poco de miedo, ya que no podes elegir diez obras para publicar porque los costos no dan. Tengo que pensar a largo plazo. Mi planteo con el proyecto es que con las ventas de los libros se genera un ingreso que permita ir a un cuarto libro el próximo año. Vamos a ver como funciona. Tal vez en noviembre tenga novedades, veremos cuando llegue el momento.
Durante febrero estaré lanzando una campaña de preventa [¡ya está publicada en la página de la editorial!], con la idea de vender los tres libros con un mega descuento, priorizando al bolsillo de los lectores. Aunque es un arma de doble filo (te puede comer la inflación) apunto a llegar a un piso de ventas, para crear una comunidad en torno a la editorial, fidelizando al lector, entrar en contacto y que nos sirva a todos. Si eso funciona, ya sé que puedo empezar a pensar en las publicaciones del siguiente año, porque el público podría crecer.
Sabiendo eso, planifico las publicaciones mientras ingresa el retorno de comiquerías, eventos, librerías, etc. Y eso va alimentando el juego. Veremos como responde el público.

La preventa es un compromiso que hago con el lector, con varias opciones: el que quiera comprar solo uno, los tres y así. Es un vínculo que me parece que hay que mantener, con los lectores, las librerías y el resto de los actores.

B ─Al margen de los coleccionables que vienen de afuera, hoy prácticamente no existen historietas en los kioscos de revistas. ¿Tienen pensado llegar a estos lugares, además de la actual presencia en librerías y eventos especializados?

Death Orb
Death Orb de Ryan Ferrier y Ale Aragon.

MA ─El kiosco tiene sus complicaciones. La primera es la cantidad de canales y la relación con los ejemplares impresos que dispongo: si imprimo una cantidad, solo puedo abastecer cierta cantidad de canales y también me tienen que quedar algunos ejemplares para eventos y similes. Además tenés el tema de la distribución: hay un montón de matices con la distribución en kioscos, desde cómo circula, a cómo vuelven si no se venden, hay muchas complicaciones y riesgos. Aunque no lo descarto, no entra en mis posibilidades con lo que puedo imprimir ahora, no es mi prioridad y no lo tengo pensado en el corto plazo. A largo plazo sí, ya que me gustaría ampliar el alcance de la distribución y una de las formas de hacerlo es esa. En principio voy a priorizar a las comiquerías y las librerías, pero como lector no me olvidaré de los kioscos. Mi idea como editor es llegar a todo aquel que esté interesado en la historieta, que como mínimo sepa que existe este material, más allá que le guste o no. Por eso desde el año pasado desde el Colectivo BS sumamos a una cadena de librerías, donde mandamos varios títulos viejos y alguno de los nuevos. Y aunque se vende muchísimo menos, es una ventana nueva y llegás a puntos donde las distribuidoras tradicionales no llegaban. Otra opción es trabajar de forma directa con algunas librerías concretas. Entiendo el dilema de los kioscos y de hecho tengo apuntado los contactos que me permitirían llegar, pero hoy mi objetivo principal es otro.

B ─Siguiendo esta misma línea, hay una reclamo habitual entre aficionados y fans: las editoriales locales NO ofrecen una alternativa digital, para el caso que alguien quiera adquirirla de forma legal. ¿Hay algún plan para resolver esto? 

MA ─En Colectivo BS, el único sello que tiene implementado el canal digital es Le Noise.
En el caso de Multiversal, los contratos que firmé no incluyen la venta digital, así que por el momento no va a ser posible. Aunque es todo súper charlable, si durante el año veo que la demanda aumenta, puedo llegar a hablarlo con la editorial para que el contrato se modifique y pueda ofrecerlo de esa forma. A mi me gustaría que se pueda distribuir a nivel regional: que podamos mandar libros a Perú, Chile, México, etc. Esa es una gran deuda que tenemos todos los países y todas las editoriales, que no es imposible pero siempre se posterga ante otras prioridades.

Desde mi sección en Zona Negativa intenté mantener una sección de comic latinoamericano, hasta que me enfrenté al mismo problema: responder a la pregunta de "¿cómo hago para leer esto?”. En su momento Comicopolis y la Crack invitaban a varios autores de latinoamérica, venían muchos de Chile, Bolivia y Uruguay, que llevaban y traían material entre países. La idea es buena pero después te encontrás con problemas de aduana, impuestos, distribución, etc... La verdad. estaría muy bueno hacer que pase: a Uruguay le interesa lo que hacemos, a nosotros nos interesa lo que hacen ellos, y así. Habría que aprovechar los eventos para hacer las cosas más fluidas.

La opción digital te sirve cuando se agotó en imprenta, es algo pendiente que tenemos que resolver. En mi caso particular, no me preocupé en pedirlo porque (salvo el de Renzo) son comics que ya se han publicado antes y se consiguen en los canales digitales habituales.
De todas formas es algo a tener en cuenta y no lo descarto. Antes tengo que armar una página web propia y resolver otras cuestiones. Voy a tener en cuenta cuantos me lo piden, así lo puedo pedir en los contratos.
Lo ideal es que el libro pueda llegar a todos, son cosas a resolver para que más gente pueda leer más comics.

Lo que creo es que hacen falta más eventos: tendríamos que tener uno por provincia, donde las editoriales podamos referenciarnos y cada uno pueda mostrar lo que se hace en todo el país. Este año tenemos pensado ir al que se hace en Viedma [Comarca Comic Fest] y a cualquier otro que nos inviten. El contacto es fundamental: vas a un lugar, conoces una comiquería nueva, haces el contacto y das a conocer el material. Y ganamos todos.
En mi laburo en la librería veo que cuando una editorial funciona bien, y el material te llega a través de un distribuidor, terminás salteándolo para hablar directamente con la editorial. Mi objetivo como editorial es hacerte conocer: llegás como un Caballo de Troya entre un montón de libros, hasta que el librero te conoce, se interesa y te pide más. El editor tiene que estar en todos los lugares, su trabajo es hacer que todos te conozcan: que el de la librería te reconozca y valore tu material. Y aunque nunca vamos a ser Penguin, el objetivo es estar en el foco de atención de los lectores y de los puntos de venta.

B ─Conociendo por dentro el panorama actual, ¿qué expectativas tenés para el futuro? ¿Realmente estamos frente al inicio de una nueva primavera editorial?

The Last Contract
The Last Contract de Ed Brisson y Lisandro Estherren.

MA ─Soy bastante optimista, creo que estamos en un excelente momento a lo que fue hace diez años atrás, cuando teníamos muy pocas opciones. Hoy tenemos varias ofertas de material de afuera, con publicaciones de DC, Marvel, Image, con clásicos, poco tiempo de espera con las publicaciones nuevas. Y además tenemos un montón de editoriales locales: Loco Rabia, Hotel de las Ideas, hay un panorama mucho más interesante, no llegaría a catalogarlo como “primavera”, creo que esto es un piso, no deberíamos conformarnos con esto, pero tampoco podemos volver atrás, tenemos que trabajar para sostener esto, hacerlo crecer y que sea mejor. También se habla mucho de la industria: ¿hay una industria del comic en la Argentina? En realidad el comic -al igual que la poesía y el teatro- está metido dentro de otra industria más grande que es la industria editorial. Hay editoriales grandes y chicas, cada una con sus particularidades. Existe una industria editorial y el comic se mete como un actor más. No vamos a sacar lo que saca Penguin o Planeta por mes, nosotros estamos en los mismos locales que ellos, en una librería podes tener un comic al lado de un libro de Salamandra. Estamos inmersos en esa industria, tenemos que sostener eso que logramos, pero tiene que ir de acá para arriba. Comparado con lo que era a mediados del 2005 estamos mejor, pero me parece que podemos estar aún mejor, llegando a más público, seguir funcionando, tratar de imprimir dos o más libros por año. Todo esto no es fácil, pero lo hacemos y no nos conformamos con cada meta que vamos logrando. Y así seguimos creciendo. Si te dormís en los laureles, todo queda en la nada. Lo mismo pasa con los eventos: no podés dejar de trabajar, es difícil sostenerlo, pero es parte del hacer crecer el piso que conseguimos. Hay que ir a todos los eventos del país, hacer que las editoriales quieran ir. Y así. Yo como editor nuevo, me lo planteo como tarea obligada: trataré de ir a todos los eventos posibles para hacer conocer la editorial. Al final del año haré un balance y veré como me fue. Se trata de una militancia.

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B ─¿Algo más que quieras destacar que te haya quedado en el tintero?

MA ─El respeto al lector me parece muy importante: en las editoriales chicas, que nos conocemos entre todos (al punto de conocer nombre y apellido de nuestros lectores), me parece fundamental mantener el respeto al lector, con el laburo que le pongo a cada libro. Por eso quiero ir de a poco, para que cada libro sea lo mejor posible. Seguramente tendré errores, pero haré el mejor intento. Mantendré el respeto al lector, a los autores y al libro terminado. Dentro de la industria, lo nuestro es un trabajo muy artesanal.

Como los artesanos de antaño, que estaban inmersos en una industria, lo mío es cuidar mucho al libro terminado, para que no le falte el respeto al que lo lee, ni al que lo hizo, y para que todo el que lo vea diga "¡está muy bueno!”. En ese sentido, tuve un debate personal, que fue definirme por el tamaño. Si bien el 24x17 es más barato y conveniente, eso implica la reducción de la obra original, lo tenes que modificar y preferí respetar el tamaño original, de 26x17. Como lector me lo planteé y me di cuenta que me gustaría que salga en ese formato. Lo presupuesté, me cerraba y decidí ir por ese camino. Tal vez me compro un problema a futuro, pero preferí optar por ahí. Cuando empecé el proyecto me hice una serie de “mandamientos internos”, con cosas que quiero respetar, y el tamaño de la obra original es uno de esos puntos. Si el dibujante lo hizo así, lo sacamos en ese tamaño o lo sacamos en un tamaño proporcional. Lo seguiré manteniendo.

Desde aquí, estaremos siguiendo todas las novedades de Multiversal. Podes ver el plan editorial completo y las opciones de suscripción.

¡Y a esperar los próximos lanzamientos!

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Escrito por:
Bob Blondieness
Nerd profesional. Su objetivo es lograr la alquimia perfecta entre la carne asada y el buen vino.
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