Ya hablamos una vez de esta obra, cuando era solamente un webcómic, en “Tres Janchez al hilo”, pero apenas fueron dos párrafos para una historieta que se merece un poco más. Este mes salió a la venta por Ediciones Noviembre lo nuevo de Brian Janchez, “La Hija del Capintero”, y seguramente sea la mejor obra de Janchez en papel hasta el momento. Veamos por qué.
Como ya comentamos en otra ocasión, “La hija…” cuenta la historia de Berta que, en efecto, es hija de un carpintero. Junto con su familia judía vive arriba de una fábrica de muebles y se interesa en el oficio familiar, pero es excluida de la carpintería por ser mujer. Mientras arma muebles en miniatura y ve cómo el negocio es heredado por un hermano medio turbina al que no le interesa para nada la carpintería, Berta va creciendo, somos testigos de su historia y su vida a través de los años.
Lo primero que hay que mencionar de “La hija…” es que es la obra más larga de Janchez hasta el momento. Superando a las 62 páginas de “Schloism”. Acá nos encontramos con un libro de 92 páginas de formato y papel muy cómodos, distinto a los “libros-revista” como “El Permiso” y a las tiras como la ya mencionada “Schloism” o “McKosher”.
Parte de la extensión se debe a que incluye dos episodios extra que no estaban en la versión webcómic. Estos dos capítulos funcionan para expandir el pequeño universo de personajes que crea Janchez, pero como fueron dos podrían haber sido diez, y éste tranquilamente podría haber sido solo el volumen 1 de una serie de “La hija del carpintero”. ¿Por qué? Porque la obra no funciona linealmente, sino que se va abriendo en distintas mini-historias de los personajes secundarios. Arrancamos con Berta y su familia, pero después toma protagonismo el proveedor de madera de la fábrica, después el novio de Berta, después la madre de él y así todo el libro, siempre con Berta como hilo conductor. A medida que uno va leyendo se va dando cuenta que la verdadera historia de “La hija del carpintero” es la de varias familias judías viviendo en Argentina a fines del siglo XX y sus experiencias personales, religiosas y culturales, y es una decisión personal del autor ahondar en las vidas de unos y no de otros. Es más, no se profundiza nunca en la historia del hermano de Berta, que es el que propone la primera gran sorpresa del guion cuando se mencionan, casi al pasar, sus tendencias pirómanas.
Los que ya estén familiarizados con el estilo de Brian acá lo van a encontrar más pulido, más enfocado en contar la historia directamente y menos con sus clásicas “infografías” que ya son casi un sello. Eso no significa que no estén presentes, sino que dejan espacio para que las historias puedan fluir mejor. Siempre vale la pena resaltar el talento de Janchez para las expresiones, que con su estilo sencillo logra plasmar perfectamente sin que le sobre una línea. En los capítulos extra es donde se permite jugar más con la puesta en página, haciendo que fluya una partida de dominó entre las viñetas o metiendo “troquelados” en personajes o cuadros específicos.
Para los que no estén familiarizados con la obra de Brian, “La hija del carpintero” es un excelente punto de partida, ya que incluye todos los elementos típicos de una obra del editor de Ediciones Noviembre (judaísmo, dinámicas familiares complicadas, mujeres empoderadas y hombres sensibles) y además está publicado en un formato súper accesible ideal para regalar y regalarse. Ahora, esperamos con ansias el libro de su siguiente obra: “La chica y el perro”.