Desde su concepción, hace ya algunos años, Alquimia Comics viene ofreciendo historietas de calidad, en un nivel que pocos logran alcanzar, con aventuras de corte fantástico, ciencia ficción o terror. Y con su última oferta editorial se atreven a tocar un género poco explotado en nuestro país: los superhéroes.

¿Porque es poco explotado? Estimado lector: sepa usted que existe una eterna polémica al respecto de esta temática, ya que hay quienes dicen que no es posible trasladar los códigos del género a nuestra coyuntura local, ya sea porque se pierde lo verosímil o simplemente porque fue concebido para funcionar en otro contexto, totalmente ajeno a la realidad que nos toca vivir por estas latitudes.
Pero el refrán dice que el que no arriesga no gana, y de esta forma, el equipo de Alquimistas deja atrás cualquier tabú y se mete de lleno a la aventura, bajo la conducción de Gaston Flores en guiones y Seba Guidobono en dibujos, con la ayuda de Fede Sartori y Facu Moyano en diseño e ideas varias. Veamos cómo les fue en el episodio inicial.
Quien vigilantea a los que vigilantean?

A mediados de los 90’s, un carismático presidente surgido de la zona cuyana prometió llevar al país a la gloria que alguna vez supo tener, poniéndolo al frente de una revolución productiva. ¡Y vaya que lo logró! El relato se traslada unos años al futuro, y nos presenta una Argentina pujante en lo tecnológico, claramente innovadora y llena de proyectos.
De a poco descubrimos que el Presidente no estuvo solo en su labor, ya que tuvo la ayuda de su propio equipo de superhéroes: Los Prodigios, una agrupación de marcado carácter militar, que trabaja para el gobierno de turno, con una agenda pública y actividades de mucha exposición y propaganda.
El lector conoce al equipo desde los ojos de Laura, alias Aurea, una joven que recién está probando sus poderes, en una ciudad muy parecida a Buenos Aires.
Y mientras Aurea hace su ingreso al grupo, caemos en cuenta de que no todas son rosas en la dinámica de trabajo interna: las intenciones que motivan a Los Prodigios no son precisamente heroicas, por debajo de la inmaculada imagen pública que pregonan, existen mezquinos complots que dividen al equipo, por cuestiones políticas y comerciales, algo que seguramente se desarrollará en los próximos números.

Si venís leyendo comics de supers, podrás reconocer las influencias en cada personaje: está el líder, el estratega, el hechicero, el que pone la fuerza, etc. Pero las comparaciones terminan ahí: Flores toma lo mejor del Mago de Northampton, lo mezcla con la biblia de Claremont, Byrne y nuestra propia agenda foránea, para generar un producto único, arraigado a los vaivenes políticos a los que tristemente estamos acostumbrados. El guionista tiene oficio y lo demuestra con creces: presenta la información justa, discrecionalmente, sin abrumar al lector pero dando el contexto necesario para enriquecer el plot. Los diálogos se sienten nuestros, no están forzados y podés reconocerlo como propio.
Guidobono acompaña bien en los momentos de acción y se luce en las imágenes de grupo. Y aunque podría trabajar mejor los fondos y algunas expresiones, lo compensa con una narrativa ágil y los clásicos encuadres de “peleas entre tipos con poderes”.
Conclusión
Se puede hacer comics de superheroes ambientado en nuestro país?

La respuesta es simple y definitiva: sí, se puede. Descubrí a Los Prodigios y vas a conocer como.
¡Y apurate! Pronto llega el siguiente episodio: "Los Desechables", la continuación de esta atrapante aventura, que seguro dará mucho de que hablar.
¡Larga vida a Los Prodigios!