Para lo más grandes, esos que a la mañana miran el peine en el baño y se preguntan para que lo tendrán, el nombre de Mauro Mantella quizás les traiga algún recuerdo. Quizás les suene haberlo leído en algún número de Comiqueando, o les recuerde algo que creen haber visto en la muy comentada antología Bastión. Para los que somos un poco menos viejos, que todavía nos peinamos de vez en cuando pero vemos aparecer un par de mechones grises, quizás recordemos aquellas historietas chiquitas que había editado Ovni Press cuando recién empezaba, que uno no sabía bien que era y, con suerte, te regalaban cuando comprabas un par de tomos de The Walking Dead en sus stands en diferentes ferias.
Mauro Mantella es una especie de personaje mitológico en la escena del cómic nacional. Su producción artística se puede considerar pequeña en comparación a la de otros grandes autores argentinos, sin embargo, cada uno de sus trabajos se hace sentir por su calidad superior. Y a pesar de todo, Mantella se ubica entre los mejores historietistas de esta generación, desde el lugar de guionista puro, como esos que sólo se dedican al guión y no agarran los lápices para dibujar. El nombre de Mauro Mantella pasó casi a ser un mito, desde aquellos trabajos avistados hace más de diez años a su nueva aparición en sociedad recién en 2017. Pero, ¿qué es lo que me lleva a querer recomendarle los trabajos de este autor? Bueno, vamos por pasos. En todas las historietas de Mauro Mantella se puede ver primero que es un gran lector de cómics y, segundo, es un gran fanático del formato y del medio. Cuando uno lee sus trabajos se puede interpretar ese amor por distintos autores, distintos personajes y distintas vertientes por las que ha divergido la historieta. Es fácil ver como un autor de este estilo fue primero que nada un gran lector y luego un gran guionista.
Para explicarlo no se me ocurre nada mejor que hacer un breve repaso por las historias surgidas de la cabeza de este autor. Vamos paso a paso:
78 Km/h
Esta historia, salida en la época del autor en Bastión, editada por Gárgola en el 2007, tiene una premisa atractiva. Un experimento científico, enfocado en frenar la degradación de la capa de ozono, terminá condenando a la humanidad y transformando al planeta en un páramo desértico donde el Sol calcina a cualquiera que pase unos pocos momentos bajo su luz. Para evitar la extinción muchos humanos optaron por vivir constantemente escapando de la luz del día, conduciendo a una velocidad constante siempre bajo la sombra (esa velocidad son los 78 Km/h que titulan la obra). Desde la más pura ciencia ficción, Mantella nos trae una historia distópica, con mucho de Mad Max en la mezcla y mucho de aquellos autores ingleses que impusieron la viñeta cinematográfica en los '70 y '80. Lo acompaña en el dibujo Tomás Aira, que a mi parecer es lo más flojo de esta historieta, aunque la resolución que elige para intercambiar entre las escenas con y sin luz solar me parece muy acertada. Hoy muy difícil de conseguir, quizás puedan cruzársela como saldo alguna vez. Quizás le hace falta una buena reedición.
Fantaciencia
Este fue el trabajo por el que yo conocí a Mantella. Me llegó de pura casualidad, como regalo. No tenía ni idea de lo que se trataba. Y lo leí de esa manera, cuando tenía poca historieta encima. Años después lo volví a leer y fue un viaje fantástico. Fantaciencia es una historia formidable y una carta de amor al cómic americano de los '60. Es una historia de la Silver Age pero contada por los autores modernos que vinieron después. Si me dicen que Fantaciencia está escrito por Grant Morrison me resulta completamente creíble. Cuenta la historia de un grupo, los Ficcionautas, quienes se dedican a navegar por los mundos de la ficción y a resolver anomalías y errores presentes en esas realidades. Los Ficcionautas residen en la ciudad de Hipercity y están integrados por la ex-actriz Zool Stone, el profesor Emerio Stanford. el aventurero Dalan Valley y Jack, el primer Homo fictio, un personaje de un cuento de Charles Dickens que por ser una "redundante incoherencia fáctica" fue rescatado y llevado a otra realidad. Sus misiones son dirigidas por el Omnilibro y por Lady Principia Conceptia desde Ideópolis. Y si esta introducción les parece poco, les nombro un par de conceptos más que pueden encontrarse en Fantaciencia: Sea-Monkeys evolucionados, un individuo que vive en su propia dimensión personal y se comunica a través de un agujero negro, una mujer que es la más hermosa del mundo pero sólo cuando está dentro de su hogar y la misión donde deben evitar que Ahab mate a Moby Dick para no cambiar el final del libro. Y todo eso ocurre en el primer capítulo de la historia. Toda esta magia armada en grillas clásicas, desbordada de conceptos morrisoneanos y homenajes kirbyescos, está apretada en sólo 64 páginas que lamentablemente piden a gritos una segunda parte. Leandro Rizzo dibuja con magnífico detalle cada una de estas páginas, funcionando como un gran partener para el guionista. Fantaciencia fue editada en 2008 por Ovni Press y hoy se encuentra descatalogada, muy a mi pesar.
Bizancio
La versatilidad de Mauro empieza a notarse cuando llegamos a Bizancio "Punta Baja". Este cómic editado por Ovni Press en 2009 cuenta la historia de Marcos Bizancio, una especie de detective/exorcista con un par de momentos extraños en su pasado, el cual llega al pueblo de Punta Baja. Este pueblo tiene toda la pinta de estar emplazado al costado de cualquier ruta del interior de la Provincia de Buenos Aires y, como en todo pueblo, hay historias ocultas. Bizancio presenta todos los elementos de las mejores historias del Vértigo de los '90. Si me dicen que esto lo escribió Peter Milligan o Garth Ennis puedo llegar a dudarlo. A la vez, un montón de elementos locales desbordan por los márgenes de las viñetas. Magia negra, elementos demoníacos, cigarrillos y horrores humanos de los más indescriptibles salen a la luz en esta historia. Es muy claro que la intención del autor era usar a Marcos Bizancio como un elemento para contar distintas historias, pero sólo este tomo fue editado. El mismo posee 80 páginas y se completa con otro historia de Bizancio: "Círculo", y con algunos bocetos del dibujante, Sergio Monjes.
El Hombre Primordial
Y me saco el sombrero y me paro para hablar del Hombre Primordial. Hay tanto pero tanto en esta historia que cualquier texto se quedaría corto. Primero lo histórico, esta historia ya había sido serializada en aquella antología Bastión que mencioné anteriormente. Segundo, lo autoral, en esta ocasión Mantella es acompañado por un increíble Germán Erramouspe para ilustrar cada página. Y tercero la historia. El Hombre Primordial es la historia de Max Redland, un pibe con síndrome de Down y con una existencia de mierda. Pero como si su vida no fuera suficientemente chota, se entera que tiene VIH, por culpa de las violaciones que sufrió de niño. Y cuando todo se va al reverendo carajo, Max descubre que tiene poderes. Esta no es la típica historia donde se intenta escribir sobre superhéroes pero con idiosincracia argentina. Esta es una historia sobre el género superheroico, sobre los alcances de la humanidad y como esta reaccionaría ante la existencia de un ser superpoderoso, esta es una historia sobre el bien y el mal, sobre la ética y los valores católicos que vienen dándole vueltas al mundo occidental desde hace más de 2000 años. Y si encima te digo que toda la historia es un muy claro homenaje a Alan Moore, al barbeta de Miracleman y Watchmen, al mago de Northhampton? Creeme, tenés que leer El Hombre Primordial. Mauro Mantella intenta con esta historia emular hasta el más mínimo detalle de Moore en su forma de narrar historias pero a la vez no cae en una repetición. El Hombre Primordial no es su versión de Miracleman (como éste tampoco fue simplemente la versión de Moore de Marvelman). El Hombre Primordial es una historia en sí misma, distinta, que va por otros caminos y juega con un montón de cosas que te van a poner la piel de gallina. Por suerte para todos, Rabdomantes hizo un libro con esta historia hace muy poquito, en el 2017 que todavía podés conseguir.
Ucrónicas
Como si no fuera suficiente, casi al final de 2017 apareció Ucrónicas, un libro también editado por Rabdomantes que incluía un montón de historias cortas que Mauro Mantella había realizado con varios dibujantes para diferentes publicaciones. El desfile de dibujantes por sí solo ya es una alerta para prestarle atención a Ucrónicas: Alejandro Aragón, Federico Dallocchio, Juan Manuel Rodríguez, Mauro Lirussi, Omar Pacino, Facundo Percio, Leonardo Pietro (!!), Leandro Rizzo, Germán Ponce y Salvador Sanz. Y sí no alcanza con eso, veamos un poco sobre que tratan las historias. En Ucrónicas vamos a encontrarnos con un par de historias muy interesantes y originales que versan sobre zombies, como Amor Negro y Zombisbena, historias de la mejor ciencia ficción que podrían haber sido publicadas a principios de los '80 en la 2000 AD (Omninauta, El Arca), historias que le dan una vuelta más al mito vampírico (El Beso Inmortal), historias que debaten sobre la concepción misma del bien y el mal (Ser y Tiempo), historias sobre la religión y el más allá (Fusión, El Cielo de los Perritos -que hace quedar a "Todos los perros van al cielo" como una cuento humorístico), historias de terror y horror visceral (Coleccionistas), historias de superhéroes fuera de lo tradicional (¡Las Aventuras de Supraman!) y, lo mejor que guarda el tomo, la historia jamás contada de los playmóbil (El Día de los Plásticos Rotos). No hay una sola historia que desmerezca la compilación. Todas permiten mostrar la versatilidad y la imaginación ilimitada de Mantella. La única que según mi conocimiento se quedó afuera, y entiendo las razones, es la que Mauro realizó para el tomo El Perro Llamador de la Colección El Eternauta en 2010, "La Balada de los Gurbos", que para colmo cuenta con los dibujos de Quique Alcatena.
Me queda afuera de la reseña el trabajo de Mantella en Genoma, una historia inconclusa editada en formato cómic book hace mucho por Deux (y bueno...) y dibujada por Gabriel Rearte. Si alguna vez me lo cruzo por algún lado, no voy a dudar en leerlo. Hoy día Mantella está trabajando en Monarch, una historieta para el mercado norteamericano que espero alguna vez verla dando vueltas por las comiquerías argentinas en una edición local.
Como cierre, invito a cualquiera que todavía no conozca el trabajo de Mauro Mantella a buscar sus dos libros editados por Rabdomantes y, si tienen suerte, a buscar el resto de sus trabajos.