Planeta de Agostini anunció que a partir de abril comenzará la reedición de Nippur de Lagash, la inmortal creación de Robin Wood y Lucho Olivera en tomos de tapa dura de alrededor de noventa páginas.
Como todo material nuevo que llega a nuestro mercado, el anuncio generó entusiasmo y expectativa. Particularmente, teniendo en cuenta que no es frecuente que una editorial europea de la calidad de Planeta de Agostini se lance a una empresa tan incierta como es el rescate de un personaje de la historieta argentina.
Para muchos, hablar de Nippur es redundante dado que se trata de uno de los personajes más conocidos y populares de nuestro país, con una presencia en el mercado de varias décadas. No obstante, es perfectamente posible que los lectores nuevos no tengan suficiente información y se estén preguntando si vale la pena engancharse en una colección más en estos tiempos de misiadura y fulería rantifusa. Pensando en ellos es que escribimos este artículo.
La historia
Robin Wood tenía 23 años cuando creó a este personaje y, a lo largo de su dilatada carrera, habrá de crear decenas de series más. El modelo de producción de Columba era casi el de una factoría y los guionistas llegaban a entregar más de veinte guiones mensuales. Armando Fernández, otro guionista de la editorial, cuenta anécdotas de treinta guiones en un mes o recibir un encargo urgente y tener que escribir un guion en una noche. Como pueden imaginarse, no todo el material publicado en esas condiciones tenía una calidad destacable. En las sagas abundaban los capítulos intrascendentes, la misma historia se contaba mil veces protagonizada por distintos personajes y en distintos marcos históricos, el dibujo era muy irregular, se notaban los apuros y hasta se calcaban viñetas. No obstante, a los personajes más exitosos se les brindaba un poco más de cuidado y la calidad promedio era superior a la de los otros títulos. Este fue el caso de “Nippur de Lagash”
Nippur es uno de los más importantes generales a las órdenes de Urukagina, rey de Lagash en la antigua sumeria. El sangriento golpe de estado perpetrado por Luggal-Zagizi lo obliga a desterrarse de su ciudad y comenzar una vida de aventurero errante. Sí… les spoileé el primer episodio pero era necesario. Nippur es un magnífico guerrero, fuerte, valiente, justo, leal, seductor, pintón… y todas las otras virtudes positivas que se les vayan ocurriendo. Las historias suelen ser agridulces y hay un tono de melancolía que las sobrevuela pero esto siempre se debe a factores exteriores y no al épico protagonista. El mundo es cruel, la vida es triste pero Nippur es un héroe que no tiene grises. Quizás, algunos lectores actuales lo encuentren algo falto de complejidad y matices pero lo compensa sobradamente con heroismo y un tono épico que siempre emociona.
Por mi parte, considero que los guiones de Wood (a pesar del paso del tiempo y los condicionamientos editoriales) son buenísimos. Los lectores actuales, tal vez noten una abundancia de texto que hoy ya no está de moda pero lo mismo van a sentir si leen un comic de Oesterheld o Stan Lee. Y por si se lo preguntan, Robin Wood no tiene nada que envidiarle a los dos ilustres ejemplos mencionados.
El arte

En lo que respecta al dibujo, la cosa se complica. Lucho Olivera, co creador del personaje y dibujante a cargo de los primeros años de la serie, es excepcional. Tiene un manejo de las sombras y las tramas increíble y se anima a experimentar con la técnica en una publicación que, realmente, no lo recompensaba en absoluto. De hecho, cuando las historias empiezan a publicarse a color, casi todo el buen arte de Lucho se pierde debajo de espantosos manchones de color plano. Obvio que él también trabajaba con las prisas del sistema de producción que antes mencionamos y esto se nota en algunas viñetas algo descuidadas, faltas de detalles o de fondos; pero se redime con otras páginas más inspiradas que son verdaderas obras de arte.
El tema es que a Olivera lo sucederán en la parte gráfica de la serie tres dibujantes mucho más irregulares: Ricardo Villagrán, Carlos Leopardi y Sergio Mulko. Muchas viñetas de Villagrán tienen una calidad notable, personalmente nunca llegó a gustarme tanto como Lucho pero reconozco que su arte tiene momentos muy elaborados y de resultados efectivos. Cuando este artista correntino pase a ocuparse del comic-book de Nippur, será reemplazado en la revista de antología por Carlos Leopardi quien dibuja algunas de las mejores páginas del errante en su historia editorial. Lamentablemente, al cancelarse el comic, Villagrán vuelve a ocuparse de la serie en “Nippur Mágnum”. De todas formas, en todo este extenso periodo, la calidad en el apartado gráfico tiene momentos buenísimos y otros mediocres pero es muy aceptable en promedio.
Mi problema es con Mulko. No encuentro por donde agarrarlo. Siempre me produjo rechazo su estilo y hasta diría que me terminó alejando de la serie a pesar de amar los guiones de Robin Wood. Podríamos decir que si de cuatro dibujantes que tuvo la serie, tres me gustan, el promedio es muy bueno. Ocurre que Mulko es el que más páginas llegó a dibujar, produciendo más de 150 capítulos entre sus dos periodos (de 1972 a 1976 y de 1988 a 1994).

Las ediciones disponibles
Siempre que un material se reedita, uno piensa en las otras ediciones que existieron del mismo para comparar las ventajas que le aporta el nuevo proyecto. En el caso de Nippur, se comenzó a publicar en el número 151 de la revista “D’Artagnan” del año 1967. Ahí comenzó a aparecer en historias a blanco y negro pero en números salteados. Paulatinamente, su popularidad entre los lectores comenzó a crecer, su aparición se volvió más regular, se lo empezó a publicar en color y, finalmente, fue la cabecera de su propia revista: “Nippur Magnum”
Tener la historia completa de Nippur en todas las revistas de antología en las que se publicó originalmente es poco menos que imposible y no sé si existirá algún coleccionista que pueda jactarse de semejante hazaña. Lo que sí sé es que si tal tesoro existe, no debe ser frecuente ni fácil de almacenar. De modo que una recopilación de ese material no solo es útil sino absolutamente necesaria.
Ocurre que este material ya fue parcialmente reeditado en varias ocasiones. La primera recopilación consistió en dos tomos que Columba publicó en 1981 y que los coleccionistas llamamos cariñosamente “el negro y el rojo”. Allí se reunieron en orden más o menos cronológico 61 historias incluidas entre la “D’Artagnan” 151 y la 266 todas a cargo de la dupla de autores originales y muchas de ellas coloreadas por primera vez para esa edición. Este material actualmente es muy difícil de conseguir, suele tener un precio muy alto y estar en mal estado de conservación. Ya en la década del 90 y en franca decadencia, Columba trató de esquivarle al cierre definitivo reeditando muchos de sus títulos más populares de las décadas anteriores en varios formatos. Nippur fue una de las obras elegidas y algunas de las primeras historias fueron republicadas en la “Colección Clásicos” mientras otras se adaptaron a un formato similar al del comic americano. Todo siempre con la infame calidad de papel e impresión que siempre caracterizó a la editorial.
Una tercera reedición parcial de material fue la que llevó a cabo Doedytores entre 2003 y 2004, reuniendo páginas que nunca antes habían sido republicadas y que correspondían a los comic-books del personaje que Wood había producido con Villagrán y Mulko a principio de los setentas.
Todos estos fueron proyectos que intentaron rescatar un material de gran valor que, por las características de las publicaciones originales, eran inaccesibles al público, pero todas fueron reediciones parciales y ninguna se propuso reunir todo el material del personaje de manera integral… Hasta 2012
En 2012, ECC emprende la reedición del material original (en blanco y negro) modificando la horrible tipografía mecánica de Columba por una letra más acorde a los tiempos que corren. Estos volúmenes publicados dentro de la Colección Robin Wood sí parecían tener la intención de constituirse en una reedición integral y exhaustiva del errante y llegaron más lejos que nadie publicando ocho tomos con las primeras 118 historias. Lamentablemente, la última entrega fue de 2015 y, según parece, la serie fue cancelada dejando trunca (otra vez) una edición completa de este clásico.
El veredicto
Celebramos el proyecto de rescatar un clásico de la historieta argentina en edición integral y tapa dura. Sería genial que esta vez sí se pueda completar la reedición de todo el material. Es una oportunidad para que los fanáticos puedan pasarse de las viejas revistas destrozadas a una edición más prolija y lujosa, y para que los nuevos lectores puedan entrar en contacto con una de las grandes obras del panorama local. Personalmente, les recomendaría no perderse los primeros volúmenes donde Robin Wood y Lucho Olivera hacen su magia y le dan al personaje toda la chapa que lo transformó en el clásico que es.
No obstante, el desprevenido lector debe tener en cuenta un par de cuestiones antes de vender su casa para adquirir esta colección completa: Si bien la calidad del guion será bastante pareja a lo largo de los 64 tomos, la del dibujo es muy irregular oscilando entre la gloria y la mediocridad más abyecta. Tampoco entusiasma el anuncio de Planeta que promete publicar cada historia respetando la edición original. Es decir, imprimiendo en escalofriante color los episodios que se publicaron de esa manera por primera vez. Esto es un punto muy negativo si comparamos esta edición con la de ECC (en estricto BN), ya que el color original de Columba era una falta de respeto a los dibujantes y un atentado contra las retinas sensibles.
Nosotros cumplimos con avisar.
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muchas gracias por el aviso, si tienen o saben donde o como se pueden conseguir y comprar algunos blanco y negro lo agradeceré, abrazo!!