En noviembre de 2020 cuando Federico Reggiani y Ángel Mosquito lanzaron su editorial, Libros del Cosmonauta, y anunciaron cuarenta libros de Roque y Gervasio con títulos como “El planeta con olor a pis de perro ha muerto”, “Cuarenta balcones y ninguna flor” o “Elvis fue vicepresidente”, creo que todos lo consideramos una broma, una sátira o una crítica a la costumbre de algunas editoriales de anunciar planes irrealizables.
A menos de dos años de ese momento, con cuatro tomitos de Roque y Gervasio publicados y el quinto en imprenta, empezamos a preguntarnos con cierto asombro: ¿Estos locos lo decían en serio? (De hecho se lo preguntamos a Reggiani en esta entrevista)
Y eso no es todo porque también publicaron La invasión de los hijos de Vega que lo tiene a Mosquito como autor integral, iniciaron la Biblioteca Completa de la Historia Espacial, los tres fanzines de la colección Manuales del Astronauta, y siguen con la Colección Astronave que ya acumula seis novelas de ciencia ficción en su catálogo.
Es más, habría que decir que por su ritmo de aparición, Roque y Gervasio son lo más cercano que hay en el mercado de la historieta argentina a una publicación periódica.
Por todo lo anterior, arrancamos este repaso antes de que se nos acumulen más.
Venganza Vegetal
Los libros de la serie tienen 80 páginas en un formato cuadradito de 15x15cm con unos diseños de portada increíbles a cargo de Edu Karakachoff. La mayoría de las páginas interiores usan una grilla de cuatro viñetas. Yo las hubiera separado con el caminito blanco en el medio pero, como no soy dibujante, no opino.
En este, Roque y Gervasio llegan a un planeta dominado por una forma de vida vegetal inteligente y particularmente interesada en copular con animales. O sea, con ellos.
Este primer tomo sirve para establecer el tono humorístico y disparatado de la serie, a la dupla protagónica y al tercer personaje recurrente (a veces ayudante, a veces antagonista): Doña Olga, suegra de Roque Aconcagua y socia capitalista de esta PyME de exploración espacial.
El lado de afuera del Cosmos
La posesión de un mapa para llegar al (teóricamente inexistente) sector 1012 del universo pone en marcha la acción.
Ataques de piratas espaciales, facciones mafiosas enfrentadas en el planeta QWERTY23, centáculos, enanos fríos calcáreos, topoideos ácidos caníbales y un pulpoideo tetrápodo blandito tendrán a nuestra heroica pareja corriendo de un lado para otro hasta llegar al lado de afuera del cosmos donde se encontrarán nada menos que con IHVH, también conocido como Dios.
Así que en el segundo volumen ya se reformula todo el tejido de la realidad y hasta la forma misma del universo. Tranqui.
Nota: Algunos personajes y entornos que aparecen fugazmente tienen muchísimo potencial para profundizar y contar más historias. Esperemos que haya nuevas aventuras en QWERTY 23 y que vuelva a aparecer Aurora.
¡Han plegado a Roque!
Parece que el puntito que creímos un aleph en el episodio anterior era en realidad la omnisciencia de Dios. Esto genera sucesivos plegamientos del espacio-tiempo por lo que coexisten múltiples versiones de Roque de manera simultánea.
El tono sigue siendo lúdico y gracioso pero no por eso deja de haber un uso muy inteligente del recurso y de todos los tópicos del género asociados al mismo. Recurrencias cíclicas, líneas de realidad paralela, paradojas... Cosas en las que Reggiani demuestra su conocimiento y su amor por el género de ciencia ficción.
Pequeña anécdota: Mosquito le tuvo que pedir a Fede que afloje un poco con el delirio porque ya estaba harto de dibujar a Roque. Y sí... una cosa es escribirlo y otra muy distinta tener que dibujar seis o siete Roques por viñeta.
Hasta ahora, mi episodio favorito de la serie.
En el Planeta Culo
¿Cómo combinar una reflexión sobre el yo con babosas que te parasitan el culo? ¿No es lo que nos preguntamos todos?
Pues aquí esta la respuesta.
Seguimos con los tópicos de la Ci-Fi clásica con la máquina que reduce a un personaje para que pueda meterse dentro del cuerpo de otro pero además: planetas conscientes, el Gervasio dentro del Gervasio dentro del Gervasio, cada vez más especies extraterrestres, mafias y corrupción en el negocio de la construcción interplanetaria.
Otra nota: Ya era bastante incómodo para el lector que doña Olga tenga una vida sexual tan activa pero nunca había visto un plano tan detallado de un orificio anal y podía haber vivido una vida larga y feliz sin verlo. Totalmente traumatizante.
Resto del mundo
Pero una parte esencial de interés de la serie se encuentra en las otras publicaciones que le dan marco y contexto. Me refiero al “Manual para el Curso Introductorio del Astronauta Interplanetario y su aplicación a la Conquista de planetas”; la “Guía turística de Planetas más o menos Civilizados”, el “Manual Aproximado de Exobiología” y la primera entrega de la Biblioteca de Historia Espacial: “Space Elvis Uno”.
Todos estos extras (además de ser muy graciosos) contribuyen a la construcción de un universo ficcional completo y detallado del cual, eventualmente podremos llegar a conocer decenas de planetas y especies extraterrestres diferentes con su historia, civilización y costumbres.
Hasta nos enteramos que los Conóideos Fúngicos que invadieron el planeta de los Pelados Ceseantes Grisáceos son la misma especie que intentó invadir la Tierra en Los visitantes del agujero del comedor. Este universo compartido justificaría el hecho de que en la serie de Maten al Mensajero aparezca un personaje casi idéntico a Roque. ¿Será un lejano antepasado?
Yo que alguna vez dije que el mercado argentino necesitaba volver a confiar en series con continuidad y personajes reconocibles, no puedo sino romper una lanza por el éxito de este proyecto editorial que con tanta calidad y energía viene apostando por el género de ciencia ficción desde una perspectiva actual y desenfadada.
Por más aventuras de Roque y Gervasio. Larga vida a Libros del Cosmonauta.