Después de seis meses de ir comentando capítulo a capítulo el arco final de Attack on Titan, finalmente llegamos a la última entrega y nos despedimos de la titánica serie de Hajime Isayama, un clásico moderno del manga que rompió récords y ya hizo historia. Vamos directo al retumbar, así que recuerden que todo viene con SPOILERS.

Ya habíamos supuesto que, a diferencia de lo que se había implicado al principio del arco del retumbar de la tierra, Eren de hecho no masacró a todo el planeta. Si bien su genocidio no tuvo precedentes, los números ahora son claros: el Titán Fundador asesinó aproximadamente al 80% de la humanidad. Devastador, pero dándole a los humanos la posibilidad de reconstruir el mundo. Pero, entonces, ¿cuál era el plan de Eren? Repasemos.
Originalmente, el plan de Paradis era utilizar un retumbar en menor escala para amenazar al mundo y que dejen en paz a la isla. Con sus falencias, parecía la opción más pacífica, pero tenía muchos riesgos, implicaba manipular a Historia y su descendencia y tenía un límite de tiempo. Detrás de ese plan se escondían las verdaderas intenciones de Zeke, heredadas del doctor Ksaver: el plan Eutanasia, volver estériles a todos los eldianos y acabar con los titanes en un periodo de, como máximo, cien años. Sin embargo, por detrás de ese plan, Eren conspiró con Ymir para poder usar el fundador y usar el retumbar de la tierra; no solo una amenaza, sino efectuar un ataque contra Marley y todo el mundo que discrimina a los eldianos.

Todo este juego de intriga estuvo movilizado por los poderes de Eren de la visión futura del Titán de Ataque. Luego de la batalla de Shiganshina, Eren presenció sus recuerdos del futuro y se vio a sí mismo cometiendo el genocidio como el Titán Fundador, junto a otros eventos como la muerte de Sasha. Todo lo que sucedió post-time skip ya había sido fijado en piedra, por mucho que Eren intentó desviarse del camino. Al final, esclavo de su destino, Eren se resignó a ser el enemigo, o eso pareció.
En el último capítulo, descubrimos que Eren tuvo reuniones a través de la Coordenada con sus amigos antes de la batalla final, reuniones cuyos recuerdos borró hasta luego de su muerte con el poder del Fundador. En ellas, le reveló a sus aliados que en realidad todavía había un truco más. Eren no creía realmente que la solución fuera asesinar a todo el mundo para asegurar la libertad de Paradis. Sujeto por su propio futuro, Eren observó el corazón de Ymir y descubrió que en realidad toda esta historia era, en esencia, una historia de amor. Porque finalmente descubrimos la razón por la que Ymir, en vida, no se reveló ante el primer Rey Fritz a pesar de tener un poder indetenible: amor. Ymir estaba enamorada del rey, y por ese amor aguantó la tortura, sufrió y murió, heredándole al mundo los titanes. Tuvieron que pasar 2000 años para que encontrara a Mikasa, alguien lo suficientemente fuerte como para hacer lo que ella no pudo: romper la maldición del amor y asesinar a su enamorado por el bien del mundo. Confiando todo en Mikasa, Ymir le dio el poder a Eren para forzar esta situación y que Mikasa, finalmente, asesinara a Eren. Suena todo medio complejo, pero se basa en la inevitabilidad del destino de Eren y de Ymir, y en la fuerza de Mikasa de romper con las cadenas que los tenían atados a todos.

Eren, por su parte, le confía el futuro a Armin, quien al final toma el crédito por haberlo asesinado. Eren, confiando en Ymir, sabía que iba a ser detenido, y fuerza la situación hasta el límite para que lo asesinen de una vez y para siempre. Habiendo literalmente pisado casi todo el planeta y eliminando a la mayor parte de la humanidad, le deja a los eldianos una situación ideal, ya que el mundo sobreviviente no tiene las herramientas para vengarse de Eldia, y si por las dudas igual quieren hacerlo, se encarga de crear a un nuevo héroe, Armin. Al igual que la leyenda falsa de Helos, usan la mentira para fabricar un nuevo héroe, esta vez eldiano, para así crear un puente de alianza entre los eldianos y el resto del mundo.
Además, al asesinar al Titán Fundador sin devorarlo, este no reencarna en otro eldiano. El Titán Fundador desde el principio fue establecido como el nexo que une a todos los eldianos en la Coordenada. Sin Fundador no hay conexión entre los eldianos, no hay Coordenada por la que viajar a un nuevo cuerpo, por lo que, lógicamente, deja de haber titanes. Eren logra eliminar la amenaza de los titanes de este mundo sin condenar a la raza eldiana, recupera a todos los humanos que fueron convertidos en titanes contra su voluntad e incluso se deshace de la maldición de Ymir que hace que solo puedan vivir 13 años una vez que se convierte a los usuarios de titán. Al final, el escenario para Paradis y los eldianos del mundo termina siendo propicio, y si bien quedan algunas ramas bélicas (los Yeageristas), todo termina en una nota positiva en la que la paz y la libertad son finalmente alcanzables. Eren se convirtió en el villano de este mundo no para destruirlo, sino para ser destruido y unir a toda la humanidad en su contra.

Al final, quedan algunos detalles mencionables. En su despedida con Armin, Eren revela que, en sus viajes por los recuerdos del Titán de Ataque y el Fundador, tuvo oportunidad de estar presente el día del ataque a Shiganshina en su infancia, y que la razón por la cual el titán de su madrastra no devoró a Bertolt (quien tenía que vivir para ser devorado por Armin en el futuro) fue porque él lo desvió, causando (consciente o inconscientemente) que ese titán devorara a su madre y que siguiera vivo hasta que Eren lo utilizara cinco años después y descubriera al Fundador dentro suyo. Una revelación algo mórbida pero interesante.
Además, en esa misma conversación le revela a Armin que él tiene ciertos sentimientos poco concretos respecto a Mikasa, pero que no fue capaz de evitar seguir con su papel en el destino y aun así le dijo que la odiaba en su último encuentro en Paradis. Es un momento agridulce y hasta cómico del personaje, muy a tono con la extraña comedia que manejó Isayama a lo largo de toda la serie.
También vemos que, cuando desaparece el poder de Ymir de la Tierra, los eldianos ven una visión de las almas de sus amigos muertos en la Coordenada, incluyendo a Sasha, Hange, Erwin y el resto de los caídos de la Brigada, a los que Levi despide como el último capitán. Hablando de Levi, es importante notar cómo su personaje cada vez más fue relegado a medida que fue avanzando el arco, y cómo mientras más se complejizaba el conflicto, menos poder de acción tenía para frenar las cosas. Levi siempre fue un soldado que luchaba contra titanes y no más que eso. Ya vimos dos capítulos atrás cómo su último enfrentamiento con Zeke fue anticlimático, solo un asesinato, y ahora lo vemos finalmente retirado, postrado en silla de ruedas como un civil. Un final justo para el mensaje de paz que persiguió toda la serie.

Además, Annie consigue reunirse con su padre, Historia logra vivir con su hija y comenzar la alianza internacional que tanto deseaban y Reiner (contra todos sus deseos previos) sobrevive y se libra de la maldición de Ymir, por lo que puede vivir una larga vida.
Y no queda mucho más que comentar. Ahora solo nos queda esperar a fin del 2021/principios de 2022 para ver cómo termina la adaptación animada de toda esta historia, pero a efectos del manga original, este es el final. ¿Qué opinan ustedes?
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El manga de Attack on Titan es publicado en nuestro país por la editorial Ovni Press.