(Si no leíste la primera parte, podés encontrarla en este link).
Con la certeza que el proyecto Avengers de Disney pisaba cada vez más fuerte, Fox tuvo que replantear su estrategia cinematrográfica. Luego del saldo agridulce de X-Men Origins: Wolverine, y con fracasos muy resonantes como Daredevil, Elektra y 4 Fantásticos, había que revitalizar la franquicia o perecer...
Los superhéroes en la década del 2000
Que XXth Century Fox acertó en arrancar el milenio apostando por los superhéroes no hay duda pero, ¿qué lugar representan estas películas para esa década? ¿fueron las más vistas en términos generales? Y la respuesta es: sí y no. La negativa viene porque el cine de la década del 2000 al 2010 tiene como principales referentes en taquillas a la magia (es la década de Harry Potter sin dudas), la fantasía épica (Lord of the Rings, Crónicas de Narnia), y la animación (Monster Inc., Shrek, Ice Age y un largo etcétera), además de franquicias nuevas como Piratas del Caribe. Pero al mismo tiempo, es un “sí”, ya que comienzan a ingresar en estos rankings. Los casos más exitosos son los de Spiderman (2002, 2004, 2007) y Batman (2005, 2008), los únicos que consiguen ubicarse en top tres.
Entonces ¿qué lugar cosechan nuestros mutantes hasta el 2009? Un desempeño nada despreciable en taquilla mundial, impacto en merchandising y cultura pop (series animadas, videojuegos) y un buque insignia en la figura de Hugh Jackman, pero no mucho más. El mercado de los superhéroes mostraba una rentabilidad interesante, pero ubicaba a nuestros queridos mutantes en una segunda línea, lejos del nivel de recaudación de las Spiderman de Sam Raimi o el Batman de Nolan. Por otra parte, la novedad de Iron Man (2008) con excelentes críticas y recaudación (junto más dólares que Wolverine Origins), y la posterior compra de Marvel por Disney en el 2009 marcaba la llegada de un nuevo jugador a la escena.
Con un inicio muy prometedor con las dos primeras X-Men, las criticas negativas aumentaban y la recaudación bajaba.
No obstante, tampoco podemos hablar de fracaso, ya que existieron otros intentos que fueron resonantes desastres. La versión de Hulk de Ang Lee (2003), Punisher (2004), Catwoman (2004) o Ghost Rider (2007), por citar algunos ejemplos, eran claros exponentes de cuan profundo se podía caer en el abismo de las peliculas aburridas y decepcionantes.
Rebootear y dar de nuevo: el renacer de la franquicia (2011-2015)
Fox rápidamente aprendió que sin riesgo no había forma de romper la inercia descendiente en recaudación y críticas que sus películas generaban. Era momento de tomar más riesgos y desafiar al naciente UCM surgido con las películas de Hulk (2008), Iron Man (2008), Capitán América y Thor (ambas últimas en el 2011).
¿Cómo expande su universo cinemático Fox? En primer lugar, evita caer en dos errores muy usuales: el primer error es la imitación directa de sus competidores (Warner, Disney o Sony); el segundo error que Fox evita es apelar al reboot desaforado, buscado un hard reset que elimine todo lo conseguido. En cuanto al primer punto, si Disney apuntaba a películas en solitario que luego se unirían en una más coral (las famosas “fases”), Fox apunta a otra cosa. Utilizando su propio background de personajes, no hizo tabula rasa de ellos sino que apostó a una expansión de lo conocido, creando una trilogía-precuela: X-Men First Class (2011), X-Men Days of Future Past (2014) y X-Men Apocalipsis (2016). Asi, en vez de peliculas en solitario, vemos nacer y cambiar al grupo, al mismo tiempo que intercalarse en eventos y contextos históricos del siglo XX.
En esta línea ingresa el segundo elemento que se logró evitar con éxito. La trilogía-precuela se basa en tres personajes nuevos/viejos que estructuran la trilogía: Charles Xavier interpretado ahora por James McAvoy, Magneto por Michael Fassbender y Mystique por Jennifer Lawrence. Pero también se aprovecha para reescribir y expandir personajes icónicos del mundo mutante: Bestia es el gran ejemplo, que es incluido en el elenco fundador. Se suman luego Cíclope, Tormenta, Jean Grey, Nightcrawler, además de otros que aportan caras nuevas al proyecto. Hugh Jackman sigue en el rol de Wolverine, y será utilizado creativamente como nexo entre ambos mundos en X-Men Days of future Past (tambien en Logan). En lo personal, creo que X-Men Days of Future Past saldó una deuda que el fandom le pedía a estas películas desde hacía rato.
Por último, dos elementos que Fox no podía evitar. Uno era saltar hacia lo nuevo, evitando repetir la fórmula de Disney, y buscando revitalizar el género. El mejor ejemplo de esta apuesta fue Deadpool. Salida en 2015, la película sacudió el tedio en el que el género suele caer (Avengers: Age of Ultron estrenada ese año, es un buen ejemplo de lo repetitivo que puede llegar a ser la fórmula de salvar al mundo una vez más) y logró incorporar humor y violencia fuera de los límites que Disney, Warner o Sony se animaban a mostrar, creando un filón muy rentable en lo económico. Destaco que antes de Deadpool casi ninguna productora se animaba a apostar por este tipo de contenidos, ya que no son vendibles al publico infantil (el principal comprador del merchandising).
Sin lugar a dudas este período es el que produce la mejor síntesis entre riesgo artístico, calidad actoral e innovación en efectos especiales. La llegada de toda una nueva camada de actores produjo un efecto revitalizador no sólo para la franquicia de Fox, sino para el género en sí mismo. Películas como X-Men First Class, Logan o Deadpool (sobre todo esta última) reformulaban mucho del género en sí mismo, y proponían un nuevo diálogo con sus espectadores. Esto se tradujo no solo en una recepción entusiasta en los cines y en la recaudación (Deadpool es la película que más le recaudó a Fox: 783 millones para la primera, 785 millones para la segunda) sino que también propició la salida de otros formatos como las series Legion (2017-2019) y The Gifted (2019), que buscaron profundizar aspectos de un género en especial (thrillers psicológicos con Legion, Aventuras y romance más teen con The Gifted) así como lo había hecho Deadpool (una comedia de acción).
La caida final (2016-2020)
El mismo año en que Deadpool cosechaba aplausos y millones, ocurría el desastre de los 4 Fantásticos. La película estaba dirigida por un aclamado Josh Trank, un director que nos había sorprendido a todos con su potente mirada de los superhéroes en Chronicle (2012), había despertado curiosidad y expectativa, pero todo salió mal. 4 Fantásticos es una de las que menos recaudación tuvo (recaudó menos que Daredevil del 2003), además de críticas demoledoras (con justa razón). Aquí también se apostó por lo nuevo, pero todo salió mal. Se hizo un reboot total, con nuevo casting y una nueva historia de orígenes, pero fue extremadamente decepcionante y marcó la cancelación definitiva de ese producto. A partir de aca Fox quedó limitado con el universo mutante como única arma para enfrentar a los blockbusters de Marvel-Disney.
¿Cual es el problema con no poder salir de los límites de X-Men? Que en la vereda de enfrente Disney se afianzaba con Guardianes de la Galaxia (2014) y con su primer evento al estilo mutante: Capitán America: Civil War (2016). Son estas dos películas las que crean las bases finales de UCM y las que destruyen a sus competidoras (incluida DC-Warner). El UCM se expandía a niveles galácticos con un nuevo grupo de héroes (que también revitalizaron al género de la mano de James Gunn) y una de sus mejores producciones (esa banda de sonido, ¡por dios!); por otro lado, la ruptura del equipo de los Avengers marcaba un hito que dejaba consecuencias en otras películas, y que nos mostraba de una buena vez que esto era un universo compartido que cambiaba a lo largo del tiempo. Paradójicamente, el año 2014 fue uno de los mejores de Fox, ya que había logrado una producción que equiparó en recaudación a las de Marvel (con X-Men days of Future Past: 746 millones de dólares). Ese mismo año salieron Capitán America y el soldado del invierno (recaudó 714 millones) y Guardianes de la Galaxia (772 millones). Fox nunca más pudo igualar esa marca.
Para no extendernos demasiado, los últimos filmes de los mutantes, X-Men: Apocalipsis (2016) y Dark Phoenix (2019), no consiguen romper los techos que habían fijado First Class y Days of Future Past, y los mutantes quedan desangelados, desabridos. Si tuviera que resumirlo diría que se pierde el costado más humano de la cruzada y a pesar de los excelentes actores (Oscar Isaacs por ejemplo), tanto Apocalipsis como luego Dark Phoenix son villanos muy planos, genéricos. Algo parecido ocurre con Magneto, pieza clave en este universo. Para X-Men: Apocalipsis se lo reduce a un esbirro, y esa decisión suena antojadiza y poco orgánica al personaje. En Dark Phoenix ya directamente no se entiende qué rol tiene (lo mismo pasa con Mystique). En cuanto al nuevo equipo, curiosamente es la agrupación más conocida (Ciclope, Tormenta, Jean Grey), pero no consiguen ganarse nuestros corazones ni nuestros bolsillos. Incluso un personaje femenino tan fuerte como el de Tormenta tiene escasas líneas de diálogo, como si no supieran que hacer con ella.
En el polo opuesto, Deadpool y Logan fueron las que mas logros le traen a Fox para entonces (excelente recaudación, muy buenas criticas), pero son un canto de cisne ante la victoria de Marvel-Disney. Lo desesperante (al menos para quien escribe estas líneas) es que al mundo mutante no les faltan personajes interesantes, sino que hay una sobreabundancia de ellos. En términos creativos, las últimas producciones de Fox se amesetan y cuesta darle coherencia a un mundo que hasta entonces estaba bien encaminado. Esto se hace más evidente también porque al momento en que las películas se acercan a nuestra temporalidad (el siglo XXI) las figuras de Xavier y Magneto comienzan a perder protagonismo, pero no encuentran nuevos personajes (mas allá de Deadpool) con los cuales sostener la franquicia.
La estocada final se resuelve fuera de las pantallas. La salida desprolija, desordenada, casi bizarra de las últimas dos películas (X-Men Dark Phoenix y New Mutants) recortadas a pedido de su nuevo dueño (Disney compra Fox en marzo del 2019, pero desde el 2017 estaban en tratativas) cierra un proyecto ambicioso que, cuando se lo propuso, logró reformular el género con propuestas audaces, jugadas y que lograron productos artísticos de una calidad superior a mucho de lo que hay en el género hoy.
En la próxima entrega, las conclusiones...