En 2012 la cadena CW se animó a hacer una serie del superhéroe Green Arrow, y desde entonces el “Arrowverso”, como le dicen algunos, se ha extendido con series como Flash y Legends of Tomorrow, o bien “rescatando” personajes de series canceladas como Constantine, haciendo apariciones especiales. Ya acabadas las primeras mitades de temporada de prácticamente todas las series de DC, hoy nos centraremos en lo que nos brindó el corredor escarlata en su cuarta temporada.
Esta versión de Barry Allen hizo su primera aparición en la segunda temporada de Arrow, pensado originalmente para ser introducido como Flash en el capítulo final de la misma. Sin embargo, los productores pensaron que darle una serie propia al personaje era más viable y así, en el 2014, salió el primer capítulo.
Para resumir rápidamente, la serie fue un éxito y en una más o menos entretenida primera temporada, vimos varios villanos clásicos de Flash como The Rogues o Gorilla Grodd, un crossover con Arrow (que luego sería una costumbre anual entre las cadenas de CW) y, por supuesto, el villano que no podía ser otro que Eobard Thawne, el Reverse Flash. Los escritores jugaron con el misterio sobre el villano, sus motivaciones y demás, adaptando de manera más o menos fiel la historia del cómic con la muerte de la madre de Barry y su padre siendo culpado. Arrancó bastante bien, pero vendió mucho humo y hacia el final, aunque no incorrecto en su ejecución, decepciona un poco con lo que prometía en su brillante primer capítulo.
Entonces vinieron la segunda y tercera temporada. No se puede negar que aún con sus no pocas falencias, tuvimos un desarrollo interesante hasta ese momento y ahora los seguidores esperábamos ver que vendría luego. Vaya decepción, repitieron la fórmula: el villano de turno es un velocista con una identidad que desconocemos y a lo largo de los capítulos intentarán engañarnos y confundirnos, para terminar siendo una de las opciones más obvias y poco sorpresivas. Pero acá si cabe rescatar que la revelación del villano fue interesante y sorprendente, pero lamentablemente se da tarde y lleva a cuestas toda una temporada que se vuelve muy repetitiva y no aporta nada innovador. Con los seguidores cansados de ver la misma historia re-contada una y otra vez a lo largo de tres temporadas, los productores entraron en razón y decidieron traer un nuevo tipo de villano, del que incluso fueron tirando pistas en algunos capítulos en la temporada anterior: DeVoe.

Debo reconocer que aunque he leído algunos cómics de Flash, no soy precisamente un experto conocedor del personaje, por lo que, cuando anunciaron al villano, sentí curiosidad e intriga, pero también mucho recelo. Ésta vez no es un velocista ni iban a jugar con su identidad, ya que iría con el rostro descubierto, por lo que había dos opciones: innovaban y nos traían algo interesante, o al salirse de su zona de confort, no sabrían hacia dónde ir y la serie empezaría su inminente declive.
Pues bien, habiendo visto ya la primera mitad de esta nueva temporada de 9 episodios (uno de ellos dedicado al crossover de series de CW, “Crisis on Earth-X”), puedo asegurarles que realmente se siente como una gran bocanada de aire fresco. Un chapuzón en la pileta en pleno verano, una cerveza bien fría en una noche calurosa, un helado de postre después de pizza con amigos. Bueno, se entendió. Aunque no es perfecta, con la nueva temporada, la serie de Flash finalmente ha encontrado un rumbo.
Con un primer capítulo un tanto obvio en su trama (si vieron el final de la tercera temporada, saben a lo que me refiero), la serie lentamente va tomando elementos de sus temporadas anteriores para ir modificándolos y darles otro giro. Uno de estos elementos que se repite, es el buscar una excusa puntual para dar origen a los villanos. En la primera, éstos obtenían sus poderes de la explosión que le dio a Barry los suyos. En la segunda, venían de una tierra paralela. En la tercera, los creaba el villano Alchemy. En esta cuarta, nuevamente surge un elemento como estos, y si bien en los primeros capítulos siguen con el “villain of the week” (villano de la semana) y la excusa de presentar un enemigo nuevo cada capítulo, a medida que avanzan los episodios lentamente este recurso se va desvaneciendo en pos de enfocarse más en la rivalidad de Flash y DeVoe, mientras profundizan en los arcos y desarrollo de los otros villanos.
En el caso de Barry, para comenzar, sufre un cambio significativo: Ya no es un personaje trágico. Que si salvaba a su madre, que si no, que si su padre, que las reflexiones filosóficas de ser un superhéroe, etc. Siempre había una tragedia detrás. Ahora es feliz y lleva una vida relativamente tranquila. Claro que tiene sus problemas, por supuesto, pero en su mayoría ya no pasan por un lado del peso y análisis de sus decisiones en su actuar como Flash, sino en las amenazas que se le presentan cotidianamente. Los pocos dramas personales no son tediosos y realmente se siente que aportan. Barry ya es un hombre seguro, sabe cómo llevar con sus cargas emocionales y tiene una relación sentimental estable, así que por suerte no vamos a verlo debatiendo con sus amigos sobre lo mal que se siente por cada vez que se enfrenta a un villano. Basta de telenovela barata. ¡Al fin!

Siguiendo con los personajes, obviamente regresan sus compañeros de Star Labs: Caitlin, Cisco y Wells. Y es con este último que vuelven a deshacer la fórmula. Presentándonos un Harrison Wells distinto cada temporada, acá simplemente vuelven a traer al de la segunda y del que, cabe destacar, mejoraron bastante ya que le quitaron parte del ego fanfarrón y malhumorado que lo caracterizaba y en ocasiones ya llegaba a molestar por lo grotesco, para suavizarlo un poco y darnos una versión más amena y hasta más creíble.
Cisco es el que menos cambios sufre y por el momento no hay mucho desarrollo más allá de cómo acabó en la temporada anterior, relegándose a ser más que nada un personaje de apoyo y quitándole un poco su puesto de comic-relief que tira bromas molestas... para darle diálogos más serios, aunque todavía simpáticos (y en ocasiones soltando algún chiste malo, pero ya no tanto). Hay un capítulo dónde surge un personaje con cierta relevancia en su historia personal, y si bien es una trama bastante boba, la serie ha aprendido a no tomarse en serio lo ridículo y termina presentándonos una trama bastante simpática, con un pequeño detallito fanservice para el cinéfilo.
Caitlin, por otra parte, arrastra un problema personal bastante jodido y parece haber absorbido todo el dramatismo que Barry había dejado, para acoplarlo a su desarrollo. La idea que nos plantean para el personaje y su trasfondo no es mala, pero los escritores no saben cómo hacer evolucionar su desarrollo, al punto de terminar en un ciclo repetitivo de hechos que no llevan a ninguna parte.
En cuanto a la familia Allen, pasa lo mismo que con el protagonista. Se volvieron personajes más alegres, dejando de lado el recurso repetido hasta el hartazgo de variar entre querer darle consejos a Barry sobre cómo afrontar su vida y romperle las bolas con dramas pelotudos y caprichos infantiles que se la hacen más difícil. Joe e Iris ya son oficialmente parte del "Team Flash" y están contentos con ello, son personajes que suman a la trama y aportan para llevarla adelante. Brilla por su ausencia Wally, que si bien aparece esporádicamente, ya perdió su condición de regular y sus actos de presencia breves son para recordar que él todavía sigue por allí dando vueltas.
Hay un nuevo personaje y todo apunta a que será un regular en la serie. Aunque si bien posiblemente ya saben a quién me refiero, voy a dejarlo de incógnito ya que es un conocido personaje de los cómics y su aparición podría llegar a ser una grata sorpresa para los conocedor del Universo DC. Sin embargo, hasta ahora el personaje no ha tenido un desarrollo muy interesante y tomó el lugar de Cisco como el clásico personaje que tira chistes. Aun así, no llega a ser una molestia y el fan-service que supone ver un personaje no de primera línea pero sí bastante conocido sumarse al universo de las series CW, en lo personal, supera cualquier queja que podría suponer la forma en que lo adaptan y desarrollan, al menos por ahora.
Hasta acá podría parecer que todo es un mundo de ensueño en la serie para los personajes, pero seamos sinceros: si no hay conflicto, es aburrido. Y es justamente la aparición del misterioso DeVoe, lo que pone en jaque toda esa paz y tranquilidad. Pero no nos confundamos. Aunque no es un gran villano hasta el momento, se aleja de ser un personaje plano. En los primeros capítulos parece ser simplemente la mente maestra malvada que se va a ocultar entre las sombras toda la temporada, pero por suerte esto deja de ser así cuando la historia central pasa a ser el enfrentamiento entre él y Flash. La rivalidad entre ambos avanza orgánicamente, superando incluso el mero enfrentamiento físico, llevándolo a una carrera de mente, dónde el villano elabora planes que ponen en situaciones complicadas constantemente no solo a Flash, sino a su alter-ego Barry Allen.

La acción sigue estando a la orden del día, aunque bien el CGI no es precisamente de calidad marca Hollywood, bastan para poder ver cómodamente y sin urticaria las habilidades de nuestro superhéroe en todo su esplendor.
En definitiva, con esta cuarta temporada, la serie ha dejado de lado su zona de confort para brindarnos algo nuevo y que funciona. Aunque sigue teniendo sus falencias, hasta ahora he de decir que viene sorprendiendo, dejando de lado el misterio a resolver en cada temporada por una nueva sensación de intriga, en querer saber cómo va a avanzar la historia. Un villano con un concepto innovador para lo que veníamos acostumbrados, un argumento interesante y un mejor desarrollo en los personajes, hicieron que por fin se nos brinde un producto de, aunque no excelente, más que decente calidad. Hicieron la tarea, y la hicieron bien.