Los suecos tienen una palabra compuesta: Gråtoner. “Grå” vendría a ser gris, y “toner” tono. Tendríamos como significado en español algo así como “Tono de Grises”. Aunque a mí me gusta pensar más en su traducción como “Escalas de Grises” ¿A qué voy con todo esto? Bueno, que luego de ver la Segunda Temporada de Jessica Jones, me encontré con un drama del estilo “gråtoner”. Una historia donde tanto personajes principales, como secundarios, se vuelcan en una mezcla de grises en distintos tonos. A diferencia de su predecesora, la primera temporada, está ya no se anda con unos blancos y negros apenas conjugados en un ying-yang típico. Aunque nos intentará engañar haciéndose pasar por tal cosa desde el principio. Pero dije demasiado. Pasemos mejor a detallitos más técnicos antes de seguir con apreciaciones personales.
En lo que respecta a guion y dirección, todo sigue en manos de la guionista Melissa Rosenberg, responsable también de la primera entrega. De la misma manera, Tom Iacofano es quien sigue encargándose de la producción. Bueno, hablo como si ese tipo de cosas cambiaran mucho y no es así, en general. Vayamos hacía algo que interese más: actores y sus papeles. Tendremos obviamente de vuelta a Krysten Ritter en el papel protagónico de Jessica Jones, claramente acompañada en protagonismo, tanto por Rachael Taylor como Patricia “Trish” Walker, así como de Eka Darville como su leal asistente Malcolm Ducasse. También seguirá la participación de Carrie-Anne Moss como la despiadada abogada Jeryn Hogarth, aportando un hilo de historia secundaria que se entrelazara con la principal, obviamente. Luego tendremos nuevas adiciones de actores y personajes; ejemplo sería el del nuevo conserje del edificio Oscar interpretado por J.R. Ramírez, personaje con el cual nuestra protagonista comenzara a relacionarse accidentadamente. Podría nombrar más adiciones al elenco, pero lamentablemente no lo haré con la intención de revelarles lo menos posible sobre la trama. Y es que si tienen pensado ver esta temporada es importante para mí no cagarles ninguna sorpresa. Porque sorpresa sí que las hay y bastante impactantes.
Dejando entonces de lado a la creadora y actores involucrados, continuemos con la apreciación de esta segunda nueva temporada. Volveremos a ver una Jessica Jones aun conflictuada. Demasiado conflicuada, de hecho. Y es porque tendremos a la protagonista, desde inicio de temporada, aun quebrada por la decisión que tuvo que tomar con Killgrave: la de matarlo. Gran profundidad de la trama que girará en torno a la angustia y culpa de sentirse una asesina. Pero aun así no se tratará solamente de eso, sino que también alternará con los orígenes de los poderes de Jessica (entre otros tantos temas más). Nuestra protagonista se verá obligada a tener que enfrentarse a su pasado mientras investiga sobre la propia IGH, la organización responsable de otorgarle poderes luego del accidente automovilístico en el que casi muere junto al resto de su familia.
Con aquella primicia los nuevos capítulos se irán desenvolviendo, en ese ritmo lento aunque envolvente que M. Rosenberg pretende entregarnos. Mientras tanto se suman tanto viejos como nuevos personajes, como ya les dije antes. Todo con el objetivo argumental de proporcionar más conflicto, ya sea introduciéndose directamente en el estrepitoso “sendero de héroe” de Jessica, o bordeándolo con los secundarios que en paralelo sufren sus propios conflictos personales. Diagnósticos demoledores, adicciones punzantes y nuevos rivales estorban el camino con piedras a nuestra “heroína”. Está claro que la serie se dirige, más que nada, a un público que disfruta de la incesante tensión. La trama casi no se toma respiros. Y es gran parte todo lo contado en este párrafo lo que dividirá las aguas entre espectadores. Porque así debía ser, señoras y señores, la última temporada de JJ tiene tanto cosas buenas… como cosas malas.
Primero las buenas noticias…
Como ya dije antes, tanto la trama como los personajes en sí se complejizan mucho más que en la primera entrega. Al principio veremos a personajes principales como Malcolm y Trish mostrando facetas apolíneas, mientras que otros como Jessica y Hogarth contrastarán de forma más dionisiaca. A la par se dará unos indicios de un antagonista aparentemente demoniaco. Pero todos esos tonos, tanto claros como oscuros, se irán gradualmente diluyendo hasta el punto de casi parecer homogéneos entre sí. Y para aquel que busque justamente una trama del género “neo-noir”, aquel giro evolutivo de, como dije antes yo, “gråtoner” es lo que lo mantendrá aun como fiel espectador. Ya no habrá más lugar para un satánico Killgrave teniendo que ser detenido porque es malvado en sí. Acá todo se vuelve mucho más complejo y ambiguo moralmente.
Otra cosa para destacar es que, aunque no están del todo bien hechos, al menos los “engaños narrativos” más relevantes son los que están bien logrados. Lo que realmente no te deberías esperar sucede de una forma que te sorprende. El revés más importante está bien concebido para que te asombres y a la vez sientas que hay completa lógica. O sea, no te la esperas ni ahí pero a la vez no exclamás con un indignado “¡¿KHE?!”. Eso hoy en día es más que suficiente, un logro que pocas series están obteniendo.
Finalmente para destacar, hay que mencionar que es innecesario pasar por The Defenders antes de ir directo a la segunda temporada. Seré honesto, el gran crossover que nos prometió Netflix entre protas de series relacionadas fue lo contrario a brillante. Aunque me pareció entretenida, no estaba tan lejos de ser un bodrio. Y poder salteársela sin sentir que hay un lapso relevante entre primera y segunda temporada de JJ es una pegada. Ningún espectador nuevo de la serie en su totalidad debería fumarse de por medio a Iron Osde pisando cada palito que le tiran con una Mano.
Ahora lo malo…
Otra vez nos repetimos en la fórmula de desarrollo gradual, lo cual no es intrínsecamente malo para una serie de esta índole. Al contrario, le es necesario ir construyéndose lentamente. Esta serie no es como un tequila que se toma de una. Es más bien como un whisky de los que se toma Jessica: Hay que ir lento. Pero lamentablemente eso le juega en contra a la hora de abarcar a más público. Son pocos los que nos bancamos que una serie tarde en despegar. Y eso a Jessica no le juega a su favor en el momento de captar más audiencia. Para poner en contraste, contrario fue el caso de Daredevil, el cual por su dinamismo, más o menos constante, se logró ganar un ejército de gente que la defiende como la mejor serie en su totalidad (a pesar de que claramente la segunda temporada no fue tan buena como la primera).
Para sumar a su lista de defectos cabe destacar sus efectos especiales. Apenas se los usan y no abusan realmente de ellos, lo cual es bueno ya que, con esa calidad, si hubieran abundado… Ufff, la serie hubiera parecido hasta de cartón (como sucedió con… ¡Sí, adivinaron: The Droguensers!). El problema es que cuando aparecen frente al ojo humano no les es difícil notar que no son la gran cosa. Tenemos también un poco de maquillaje apenas creíble, pero apenas usado para uno o dos capítulos. Mi diagnostico optimista al respecto: Pudo haber sido peor, pudo haber sido Zack Snyder.
Por último para criticar, parece que en un momento todo le sucede mal a Jessica. Obviamente hay unos respiritos donde las cosas le salen bien. Pero uno no puede terminar de decirse a sí mismo “¡Puta madre! ¡Yo a este punto ya me tiraba de un décimo tercer piso!”. Para el que leyó el comics de Bendis y Gaydos, sabe que Jones es un personaje con dilemas más mundanos. Es oscuro, depresivo en cierta forma, pero no de forma excesiva. Las cosas que le sucedían al personaje de papel no eran tan trágicas como en la serie. Y eso hace que para el que leyó, antes o después de primera temporada, le parezca excesiva la tragedia de la versión audio-visual. Ya el final de esta segunda temporada es “agridulce”. Tan agridulce como un limón al que le pusiste un poco de azúcar… y luego te lo chorreaste a los ojos.
Después de expresar mi punto de vista de que fue lo bueno y lo malo (pero sin revelarles nada de la trama), me gustaría dejar en claro unas opiniones finales. En comparación con la primera temporada, la segunda me pareció claramente mejor. Aunque la primera se destaca por tener a un mostro como David Tennant actuando de antagonista principal y ese es un aspecto que no se le puede negar como superior respecto a la actual, creo que en lo que se refiere tanto a lógica narrativa, como a evolución de personajes, la última entrega está muchísimo mejor orquestada.
Por otro lado y para ir cerrando, esta segunda temporada mantiene a Jessica Jones dentro de un podio: El podio de series mejor logradas del Universo Marvel/Netflix. Obviamente Daredevil sigue en la cabeza, al menos gracias a esa primera temporada tan esplendorosa. Pero no se puede negar que JJ le sigue en segundo puesto (o tercero, aún no he visto la serie de The Punisher) y que luego hay un gran abismo que los separa del resto. Vale la pena verla, al menos si la primera te atrapó y estás con ganas de ver algo más que buenos y malos. Así que en conclusión definitiva: Me gustó y estoy seguro que a más de uno le gustará, ya que mantiene la calidad que desde un principio se pretendía con el proyecto y logra mostrar un costado más oscuro y realista del mundillo audiovisual creado por Marvel Television. Cosa que bien se logra con un buen uso de escalas de grises.