Tras la esperada llegada de Defenders a Netflix, Marvel ha estrenado la última de sus series realizadas en conjunto con el servicio de streaming: The Punisher. Habiendo hecho el personaje su debut en la segunda temporada de Daredevil, Netflix y Marvel decidieron sacar una serie del personaje en solitario debido a la buena aceptación y repercusión que tuvo entre los fanáticos y espectadores. Y bien, ¿cómo resultó la movida?
Como ya he mencionado, Punisher debutó en Daredevil. Aunque no lo tenga como protagonista, nos cuentan su origen y motivaciones para emprender su venganza. Sin embargo, hay muchas cosas que no nos han contado o que hemos aprendido de forma vaga, mayormente en relatos de los propios personajes. El pasado de Frank Castle como marine, su relación con su familia, sus amigos...todos detalles inexplorados que esta serie aprovecha para forjar su cosmología propia.
La historia continúa tras los sucesos de la segunda temporada de Daredevil. Si viste dicha serie, ya sabés quién es Frank Castle, conocés sus motivaciones, su personalidad. Dicho de otra forma, ya conocés al personaje. The Punisher dá por entendido que viste Daredevil y no se preocupa en recontar todo su pasado y origen. Sin embargo, esto no es signo de que la serie comience con un ritmo frenético por ahorrarse la presentación del protagonista y su mundo. De hecho, es casi al revés. Los primeros capítulos son tranquilos, hasta casi lentos, pero no precisamente aburridos. La serie se toma su tiempo para que reconectemos con Frank, saber qué ha estado haciendo todo este tiempo desde la última vez que lo vimos, y de a poco ir introduciéndonos personajes secundarios y villanos que irán desarrollándose a medida que avance la historia. Sin embargo, los fanáticos, lectores o conocedores del mundo de Punisher en los cómics cuentan con una desventaja: conocen justamente a los personajes adaptados, y se hace previsible el rumbo que tomarán en su desarrollo y sus relaciones con Frank. Todo llevado al punto que la trama puede tener giros o plot twists que terminan resultando obvios, pero el desconocedor seguramente disfrute mucho más. Ignorance is bliss.

A su vez, vamos conociendo más de Frank Castle y se amplía la tragedia familiar, en una historia que además de tener el típico toque callejero o urbano que caracteriza a las series de Netflix, va evolucionando hacia el espionaje y conspiración política. Vamos a pasear un poco por el pasado de Frank antes de volverse The Punisher: su tiempo con los marines, los amigos (y enemigos) que hizo allí, su familia, etc. Sin embargo, aunque interesante, la historia se vuelve por momentos predecible. Se “notan los hilos” de los guionistas, construyendo y desarrollando historias y personajes que es imposible que no acaben como lo hacen, pero son realmente puntos menores y que no llegan a molestar o ser un incordio por su obviedad. En parte, debido a que pese a ser notorios, están bien llevados.
Una característica realmente destacable de la serie es la cantidad de temáticas que tocan y sus desarrollos, que aunque presenten cierta inclinación o postura, muestran desde varias perspectivas distintos conflictos que exceden la ficción y pertenecen al mundo real: la corrupción en la política, la imagen de las fuerzas armadas en la opinión pública, los traumas de los soldados al volver de la guerra, e incluso cosas más mundanas como la superación personal, la responsabilidad, afrontamiento de errores personales y la familia. Pese a que la historia es ya de por sí entretenida, estos elementos dotan al argumento de ciertos aspectos que logran traspasar la pantalla e impactar de forma diferente al espectador, puesto que al ser problemas del mundo real y del día a día, pueden llegar a generar empatía.

Dicho todo esto, ¿cómo se sostiene? ¿Cómo mantiene el dinamismo la serie a lo largo de sus trece capítulos? Es una serie de acción, no nos olvidemos. Acción violenta e intensa. El nivel de gore está al servicio del día. Si bien en principio hay momentos y escenas con un nivel realista y crudo (aunque moderado), el nivel de intensidad va aumentando a medida van transcurriendo los episodios, hasta que finalmente tenemos verdaderos festivales de kétchup salpicado por todas partes.
Sin entrar en spoilers, el nivel de violencia es muy variado y dinámico: desde típicos tiroteos, hasta malvivientes asesinados a mazazos, pasando por persecuciones en autos. Hay de todo. Pero recuerden que esto no es la última película de James Bond. No hay grandes despliegues técnicos dignos de una superproducción de Hollywood, pero en cierta forma esto ayuda a mantener el tono intimista, y el resultado es más que digno.
Ya para finalizar, en conclusiones generales, podemos decir que estamos ante una buena serie. En lo personal, la primera temporada de Daredevil se mantiene como la campeona invicta, pero estamos ante una de las mejores coproducciones realizadas entre Netflix y Marvel. Tiene sus errores, por supuesto, no es perfecta, pero cumple.
¿Mi consejo? Mirala sin pretensiones. Si te gusta el personaje, las tramas de espionaje, la violencia extrema y el gore, mirala que la vas a disfrutar. Te lo aseguro.